Presos en el infierno

El calvario en una cárcel de Perú de un camionero madrileño detenido en el aeropuerto de Lima con más de tres kilos de cocaína encima es una de las 120 historias de presos españoles que cumplen condena en penales de todo el mundo y narran su experiencia en Encarcelados. La serie documental ha visitado algunas de las prisiones más conflictivas y peligrosas de América Latina para mostrar las condiciones en que se encuentran los presos, el hacinamiento, la falta de comida, las enfermedades, así como las extorsiones y torturas dentro de las penitenciarías.

Duros e inhumanos. Así describen sus autores, Alejandra Andrade y Jalis de la Serna, los penales en los que se encuentran algunos de los 2.500 presos fuera de España. Encarcelados, que se estrena hoy en La Sexta (22.40) ha hablado, por ejemplo, con 20 de los 218 compatriotas bajo rejas en Colombia. Han accedido a uno de los módulos de aislamiento, en el que se encuentra Popeye, sicario del narcotraficate Pablo Escobar, que cuenta con excepcionales medidas de seguridad —“los funcionarios prueban cada día la comida antes de entregársela”, aseguran los responsables del programa— para evitar su asesinato.

En la República Dominicana, el programa visita una de las prisiones más hacinadas de todo el continente: construida para 800 reclusos, entre sus paredes malviven 8.000, entre ellos siete españoles. Encarcelados ha recogido allí el testimonio de un miembro de ETA, un empresario de Mallorca y un exasesor fiscal. También ha hablado con los presos que cumplen condena en Brasil y que son utilizados como mano de obra barata en la construcción o en la fabricación de balones para el próximo Mundial. En El Salvador han contactado con líderes de las maras, las peligrosas pandillas de delincuentes.

“La mayoría de los presos están descontentos por la atención que les presta el consulado, pero no nos metemos a valorar el trabajo de las autoridades españolas en esos países”, explicaron los autores en el Festival de Vitoria, donde se ha presentado la serie.