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Luther, ¿qué te han hecho?

Toni García

Algo le habrá pasado a Neil Cross, quién sabe, quizás las buenas críticas o un periodo de sequía creativa. Lo que está claro es que la tercera temporada de la magnífica Luther es mucho menos magnífica que las anteriores y que el lío generado por las líneas de guión borrosas –casi- se come al conjunto entero.

(Ojo, montones de spoilers)

Luther arranca con nuestro detective de siempre, excelente Idris Elba, que igual te arregla un roto que un descosido. Hay algo en la manera de caminar del tipo, de la forma en que su abrigo encaja con sus hombros, que transmite exactamente la esencia de este detective, mitad Colombo, mitad Virgil Tibbs, cuyos demonios asoman cuando menos se lo espera. Tener un hombre como Elba al frente del reparto es una garantía de éxito y por eso, con lo más difícil ya hecho, lo prioritario debería ser arropar al protagonista en una historia con alma de telaraña: algo pegajoso y peligroso a un tiempo.

Sin embargo, y después de una excelente segunda temporada (los gemelos asesinos han sido de lo mejor de la serie hasta ahora y el clímax final una auténtica gozada) parece que Cross y sus guionistas se hayan quedado secos. Arranca el asunto con un asesino fetichista (una trama pobre, incluyendo el tópico del niño que vio morir a su madre y cuyo trauma le empuja a repetir la escena, esta vez con él de maniaco) y a un troll que acaba mal. Lo del troll es agradable de ver, ya se sabe, un troll es un troll, pero no es un gran hallazgo dramático. Eso sí, sirve para que veamos la mejor escena de la tercera temporada, esa conversación (brutal) entre los padres de una de las víctimas de un depredador cibernético y Luther. Una escena tan demoledora que cuando acaba uno recuerda por qué Luther puede ser una serie gloriosa.

Luther1

Pero, ay, en ese primer episodio se nos presentan ya a los que serán los responsables del despiporre de una serie que hasta ahora brillaba por su solvencia y solidez. Esos dos agentes de Asuntos Internos (¿seguro?) que trabajan en un sótano: el uno, un alcohólico del que no sabemos nada, un don nadie que parece tener cuentas pendientes con Luther; la otra, una exagente del propio Luther ahora pasada al lado de la verdad y la justicia (¿ein?) y que pretende desenmascarar a su exjefe y demostrar que es un policía corrupto.

Todo esto estaría muy bien si no fuera porque ambos están escritos con un plastidecor que el guionista debía ir borrando con el dorso de la mano mientras trataba de escribir nuevas líneas. Así, con cada movimiento, los responsables de Luther se olvidan de lo que han dicho cinco minutos antes y entramos en el delirio: el agente que persigue a Luther es un pendenciero borracho que duerme la mona en el sótano y ella, la adalid de la justicia, no sabe ni poner un pie delante del otro para salir de un sitio.

¿De dónde salen estos dos?, ¿quién coordina la unidad?, ¿ante quién responden? Si es una misión oficial porque no se desarrolla bajo parámetros oficiales, ¿por qué el agente al mando parece saberlo todo de Luther? ¿Quién ha autorizado la investigación y por qué desea hacerlo caer? ¿Por qué se reúnen en un sótano? ¿Por qué la agente justiciera que desea capturar al presunto corrupto está dispuesta a toda clase de chanchullos para atraparle? Alguno me puede contestar que esta es una serie de ficción pero ya lo dijo Truman Capote: "La diferencia entre realidad y ficción es que la ficción debe ser coherente".

Hagamos un fast forward hasta el momento en que el compañero de Luther es asesinado. De repente el dúo sacapuntas irrumpe en la escena y detiene a Luther: sin ningún tipo de evidencia, sin pruebas, sin identificarse. Si realmente tienen ese tipo de acceso y poder ¿por qué no lo utilizan para influir en el jefe de Luther (Schenk, que, por cierto, ve cómo detienen a su agente y no abre ni la boca: ¿conoce a los de Asuntos Internos? ¿conocía la operación de antemano? Si es así, ¿por qué no exige saber en qué términos se produce la detención?) o pedir más personal? Está claro que lo van a necesitar para atrincherarse en un edificio en mitad de ninguna parte para esperar al asesino (una decisión muy sabia, qué duda cabe).

¿De verdad el agente borracho es lo que un departamento de Asuntos Internos ha decidido asignar para intentar parar al mejor detective de la división? Por no hablar del traslado de Luther a no se sabe dónde, sin el permiso de nadie. De acuerdo, el borrachuzo tendrá sus contactos, pero ¿de verdad puede secuestrar a un agente condecorado, meterlo en un coche y llevárselo adonde le de la gana?

Nada tiene sentido en el arco argumental de Luther. Ni siquiera esa tosca relación sentimental que empieza con el accidente de coche peor escenificado de la historia de los falsos accidentes de coche. La aparición de Ruth Wilson (Alice), que ha pasado de ser un personaje ambiguo, morboso, magnético, a una especie de superhéroe con botas altas que sonríe mientras dispara, tampoco mejora las cosas. Esa especie de villana Bondiana que nos cae bien aunque sea una psicópata y que para ser una superviviente hace cosas muy extrañas (esa entrada en el edificio, cámara en mano, para el cara a cara con el agresor –si el agresor fuera listo le habría pegado un tiro a la cámara, luego a ella y luego a Luther, y listos) parece que ocupa aquí el mismo papel que el de un chaleco salvavidas en un barco que se hunde: agárrate a él y que sea lo que Dios quiera.

Lutheralice

El cambio de rol de Alice, que ha dejado su ying y yang en un yang a secas, es otra muestra del poco envite dramático que ha atesorada esta tercera temporada de Luther, apuntalado al final por ese marido que quiere vengar la muerte de su mujer y que acaba convertido en un ángel de la muerte obsesionado con Luther y su señora. No hay manera de entender de dónde sale la inquina, de uno que empieza castigando a los malos y acaba persiguiendo a la novia rubia de un detective y secuestrando embarazadas para amordazarlas en un sótano. Perdone, pero no me creo nada señor guionista.

Naturalmente, la inercia ganadora de la serie es algo que no puede dejar de destacarse: Luther se mira con gusto y media frase de Elba suena mejor que la gran mayoría de las parrafadas de las otras series, pero la deriva dramática de una serie tan poderosa no es algo baldío. Algo ha pasado en esta tercera temporada, puede que simple pereza, puede que las prisas, puede que las ganas de crear un conflicto mayor, permanente, que exponga al protagonista ante nuestros ojos. Sea como fuere, nada ha funcionado y Luther debería pasarse por un balneario y ponerse las pilas antes de que empecemos con el mantra: “este no es nuestro detective que nos lo han cambiado”.

Comentarios

De acuerdo en parte con el texto, aunque también es cierto que la segunda temporada ya estaba un peldaño por debajo de la primera.Escribo por si alguien me puede responder a si esta tercera temporada está confirmado que es la última. Esperemos que no y que esto remonte.
Justo después de comenzar con el primer caso de la temporada, Schenk le da a Luther el caso del troll en el primer capítulo, un caso que los de asuntos internos van a utilizar para monitorizar los movimientos de Luther. A lo mejor no era consciente de la magnitud de la operación contra Luther (un desastre, por otra parte), pero creo que Schenk sí era consciente de ella.
La frase de Capote es tremenda y precisa, como un buen flechazo o dardo. Mientras que la realidad se encarga cada día que pasa de joderle el pastel a cualquier creyente (o sigue durmiendo y no se entera, o el tipo es cruel) y tenemos que aceptarla tal cual es. La ficción no soporta ni una sola desafinación. Porque una sola basta para hacernos parar orejas y ojos y empezar a registrar cada nueva palabra, cada nuevo dato como si en ello se nos fuera la vida. Y, claro, así es fácil encontrar errores. Y mucho más si son de bulto y a uno le gustan las cosas buenas de la vida. Coherencia. Una palabra que va muy mal con muchas drogas.
Muy de acuerdo. Esta temporada ha bajado mucho el nivel. No es que haya sido horrenda, porque el nivel estaba muy alto...ha sido pasar de un excelente a un nivel simplemente aceptable, bueno. Los malos en esta ocasión no tienen el poder de fascinación que tenían los de anteriores temporadas (el justiciero llega a ser rídiculo por momentos) y mi adorada e idolatrada Alice se ha convertido en Lara Croft (sólo se salva y sólo la reconozco en aquel diálogo en el que poniéndose al día, Luther le pregunta que le ocurrió a su marido y ella suelta algo parecido a "bueno...todas las niñas de pequeñas quieren ser princesas, yo quería ser una viuda"). Y ya lo de la parejita de asuntos internos directamente roza lo de delictivo, jamás he visto algo más absurdo.
Ayyyy... ya me extrañaba a mi... Los señoritos blogueros, nunca hablan de Luther, y una vez que hablan, es para zurrarle.En primer lugar, Neooni, te informo de lo que el señorito bloguero ha omitido, seguramente porque tiene de eso tan repajolera idea como de series de tv (y lo digo por la frasecita de "Sea como fuere, nada ha funcionado y Luther debería pasarse por un balneario y ponerse las pilas antes de que empecemos con el mantra: “este no es nuestro detective que nos lo han cambiado”.) Esta era la última temporada de Luther, que los fanses hemos estado esperando desde hace ya muucho tiempo. Y sabíamos todos que iban a ser solo cuatro capítulos, y que no iban a haber más, se acabó. También sabemos que el único proyecto en firme relacionado con Luther es una película, que, por lo que se comenta, está algo avanzado. También hay rumores de algo que, personalmente me encantaría, que es un spin off de Alice.A ver, querido señorito bloguero. En cuatro episodios, de una hora, la cosa no da para más (el porque no se sabe, si fue la BBC, si fue Idris que tenía trabajo por un tubo en Hollywood, etc. aunque en esta temporada estaba involucrado como productor ejecutivo,como en las anteriores). Pero parece que a tí te gusta que te lo den todo mascadito, que te expliquen de donde vienen todas las cosas y el porque de las mismas. No se te ocurra ver Fringe, por ejemplo, porque si aquí te fallan cosas...Hay que darle espacio a la imaginación. A mí quien narices me importa quien manda al duo sacapuntas a tocarle los huevos a Luther? Lo que importa es que aparecen para tratar de joder la marrana, no quien los ha mandado, eso carece de importancia. Aparte, ya se sabe que los de Asuntos Internos siempre van a su aire en todas las pelis y que no son muy queridos por el resto de tropa policial.La única razón de que esta temporada sea más "floja" (y lo pongo entre comillas porque no es esa la palabra a utilizar) es porque sólo ha tenido 4 putos episodios, o sea que le han recortado un 33 % con respecto a las anteriores. Aun así, Cross & Co. son capaces de hilar un argumento que te atrapa, tramas paralelas que discurren a lo largo de los episodios.Y la aparición de Alice es, como siempre, excelente. En su línea habitual, con ese sarcasmo fino y oscuro como una noche sin luna, poniendo su punto de calma en mitad de la pesadilla en la que se ve envuelto Luther.En lo único que puedo coincidir contigo es que media frase de Idris, medio minuto de Ruth Wilson valen más que temporadas enteras de series de 23 episodios, no voy a decir ninguna, pero hay tantas.Señorito bloguero, se ve el poco aprecio que le tiene usted a este tipo de series. Imagino que es usted más de otro estilo, esas series en las que se explica todo bien explicadito desde un principio, así uno no tiene que pensa rmucho.También se nota por la cantidad de spoilers, vamos, que la has destrozado para quien quiera verla, lo que me extraña es que no digas quien muere... a ver si en ese rato te fuiste a hacer un pipi... :) :)
Luther siempre me ha parecido correcto, no lo he visionado demasiado atentamente,pero creo que una cuarta serie estaría bien.
Nunca escribo en estos sitios, pero me he indignado con tu entrada sobre Luther. Demuestras que no tienes mucha idea sobre series, ni sobre actuación. Luther, la serie, es un bomboncito hecho con mimo y en serie limitada. ES una joya de coleccionista! Esta última temporada de Luther ha sido genial no, lo siguiente. He rebobinado para ver una y otra vez gestos y diálogos de Idris, de Alice..., son dos actorazos como la copa de un pìno. Por cierto, en versión original, siempre hay que ver las series en versión original, subtituladas o no,( eso va a gustos y posibilidades). Luther se sale!!! ALice es tremenda!!! adoro a Alice, vivan las pelirrojas, viva Luther!! la serie, aunque corta, es una obra maestra!! Cambiado a Luther? Si, para mejor!! Sólo le veo una pega: quiero más!!
Soy el primero en sentirse insultado por las inconsistencias de guión de Luther, que, por cierto, se remontan a la primera temporada; pero eso no me impide ver que esta entrada del blog es bastante lamentable.Más bien parece un ajuste de cuentas de un forero cualquiera, poco riguroso y demasiado deseoso de soltar chascarrillos torpes para ventilar su cabreo.Vamos, que si tengo que escoger entre los guionistas de Luther y Toni García, me quedo con los primeros, ya que sólo un 20% de su trabajo, y no el 100%, es cuestionable; mientras que el 80% restante, y no el 0%, es de buena calidad.
Más allá de lo que uno pueda opinar sobre el trabajo de Toni García, lo cierto es que esta tercera temporada de Luther ha sido mala, muy mala. De los dos primeros episodios no hay nada que pueda aprovecharse, del tercero sólo el final (y aún así, opino que está muy mal contado y tremendamente desaprovechado desde el punto de vista dramático). Salvo el cuarto porque los diálogos de Alice (y la actuación de Ruth Wilson, una talentosa actriz inglesa con pico de pato que se lo pasa bomba haciendo de improbable mujer fatal) al menos me entretuvo.
No estoy de acuerdo en que esta temporada haya sido peor que la segunda, como mucho iguales. La especialidad de esta serie es dejarte un rato con sabor a gloria y después un inmenso vacío. La gloria porque la serie, a fin de cuentas es buenísima, no sólo por la interpretación de Idris Elba y Ruth Wilson, sino porque hasta el peor y menos original capítulo atrae y fascina. No obstante, la serie podía haber pasado de genial a obra maestra con mejores decisiones en el guion. A mi parecer una primera temporada con cuatro capítulos en los que hubiera un argumento más duradero sobre las relaciones de Alice Morgan, Luther, su mujer y el amante de esta, hubieran aportado más calidad a la serie. Esto es únicamente una opinión personal ya que le quitaría minutos a los casos, porque a fin de cuentas la serie va de resolver los casos que suelen entrelazarse con la vida personal de Luther al final de cada temporada. La segunda temporada tiene el garrafal fallo de darle pocos minutos a Alice Morgan haciendo que solo puedas ver esa temporada una vez mientras te acuerdes de ella, como mucho, dos veces saltándote cosas. Porque a quién no le encantó Alice en el segundo capítulo. Decir también de que, a mi parecer, se pasaron dos pueblos con los gemelos asesinos.La tercera temporada no es la peor, ni mucho menos, es la que más vacío deja. Para cualquiera que vea esta temporada mientras que habla por el whatshap puede pensar que se ha perdido la esencia de Luther. Al contrario, empieza siendo quién es en realidad, un poli corrupto que no personifica la ley luchando contra el crimen sino el bien aniquilando al mal, el error es que más tarde influenciado por, como dice Alice, campanilla y los polis que le persiguen se va corrigiendo. El Luther que yo he apreciado no le diría al Justiciero que nadie tiene derecho a quebrantar la ley para castigar a los malos, como mucho diría "te voy a detener porque eres un descarado de mierda que necesita la bendición pública". Eso es un lapsus que tiene el tercer capítulo, pues en el cuarto ya se pasa la ley por el forro con Alice Morgan.Hablando de los policías de asuntos internos, se muestra claramente en el segundo capítulo que esa investigación ha sido iniciada sin supervisión de nadie. Si estas mirando una mosca esto es lo que ves: "Hola soy Luther y como la tengo más grande que tú y soy el prota de esta serie me llevo las pruebas que tienes, luego nos vemos en el bar". Esta investigación es impulsada por la excompañera de Luther, cosa que me encantó, pero de manera escondida y sin permiso. De estos casos que tienes que presentar todas las pruebas para que se abra y cierre al momento. El hecho de que ese policía borracho esté dispuesto a saltarse las leyes para atrapar a Luther está bien claro, él mismo lo dice: -Si siembras viento recoges tempestad. -Tu problema es creer que eres la tempestad, pues no John. Porque yo soy la tempestad. (Más o menos es así). Que sacas de esto, sino te has ido a mear, pues que el borrachín es de la misma especie que Luther, trabaja en asuntos internos porque un policía corrupto sabe cómo piensa otro policía corrupto. Yo me imagino que lo tendrán más o menos controlado y le darán ciertos privilegios con los que puede detener a Luther. Por cierto con causas evidentes, que tienen al pillarse de medio testigo a la rubia, se puede retener a una persona más de 24 horas (creo, (al fin de al cabo muchos sospechosos de la operación emperador salieron libres por estar retenidos unas 100 horas, aunque haya sucedido aquí en España no sé cómo será en Inglaterra). Es esta parte de la trama por la que se tiene la conversación con las víctimas del Troll. Lo mejor. También te puedes romper la cabeza preguntando porque el sótano no tiene las paredes amarillas y rojas, bah minucias.Lo peor de esta temporada son los asesinos, que son más típicos que en las anteriores. En defensa diré que, aunque sea ficción, tampoco pueden meter a otros gemelos demoníacos. Eso no quita que se podían haber calentado más la cabeza. Que son típicos son el único punto que reprochar pues tanto el primero como el segundo están bien logrados. La presentación del fetichista acojona bastante gracias a la increíble banda sonora, se muestra su violencia, se explica su nacimiento y quién es el titiritero. El verbo no es decepcionar sino entretener. Luego nos encontramos con el Justiciero, tampoco original, pero yo no me esperaba que Justin muriese. La embarazada lo justifico con que al asesinar a un policía tiene normas morales más flexibles, cogido por pinzas lo sé. Un poco arriesgado disparar a la cámara y a Alice sin que Luther se te eche encima como un jugador de fútbol americano. Obviedades aparte, la heroica aparición de Alice es algo que esperas a lo largo de los cuatro capítulos, puede que parezca que quiero que la serie se llame Alice en vez de Luther pero no pueden quitar un personaje tan importante y luego esperar que no intervenga y se esfume como el humo. Alice enamora y es maltratada y saqueada de forma brutal por los guionistas. Vale que pongan a campanilla y sea una fuente de buena influencia para Luther, pero si algo nos enseña el borrachín y la muerte de Justin es que nuestro querido protagonista es un agujero negro, “consume materia la absorbe y la aplasta de un modo inimaginable”. Tras matar a todos a su alrededor y alejar a aquellos que intentan ayudarle sólo queda la oscuridad. Sólo queda Alice.. Espera, eso no pasa. He aquí el enorme vacío que deja la serie, supongo que queriendo hacer un spin off de Alice. El Luther que yo he apreciado está destinado a acompañar a nuestra querida psicópata. Acabamos pensando vaya un final más abierto, la rubia le durará dos semanas a nuestro pobre inspector antes de que la mate un psicópata. Mi final ideal hubiera sido que, tras elegir a Alice, el Justiciero matase a campanilla por joder. Otras más destrozada por el agujero negro. Morgan es detenida y mantienen el contacto a través de la cárcel o, quién sabe, a lo mejor huyen juntos cada uno según sus gustos. Es una de mis series favoritas pero cada temporada me dejó con un sabor de boca amargo, podría haber sido incluso mejor.PD: Me hace gracia que diga: “Perdone, no me creo nada señor guionista” y califique a la segunda de excelente cuando hay dos gemelos frikis cometiendo barbaridades. En fin, cada uno con su humilde opinión.
Pues a mí no me ha parecido nada mala. Gran serie.

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