Amor y odio con Luther
La vida de John Luther es la historia de la mano derecha y la mano izquierda. La palabra amor en la mano derecha y la palabra odio en la mano izquierda. Todo el que haya visto La noche del cazador, grandiosa película dirigida por Charles Laughton en 1955, recordará los tatuajes en las manos de Robert Mitchum. En la derecha escrita la palabra LOVE, en la izquierda escrita la palabra HATE. Si el predicador interpretado por Mitchum hablaba del combate entre el bien y el mal, nuestro protagonista, Luther, que camina siempre con las manos en los bolsillos de los pantalones, sobrevive a su manera en mitad de la contienda.
A decir verdad, Luther no lo tiene fácil. Su vida está repleta de criminales y sucesos misteriosos, donde se juega su vida y la de los demás. John Luther es un detective que trabaja para la policía de Londres en la unidad de investigación criminal. Su oficio es resolver asesinatos. Y, a diferencia de sus compañeros, tiene una virtud: una mente extraordinaria en la ciencia de la deducción. También un defecto: su mente brillante no puede salvarle de su carácter, sujeto a la violencia y la obsesión. En esa lucha contra sí mismo y su entorno, contra sus fantasmas y los monstruos a los que tiene que dar caza, este detective parco en palabras puede parecer el poli más relajado del mundo y, a la mínima de cambio, arrollar a todo el que se ponga por su camino. Habla con aplomo y sin alterarse mientras mira a los ojos pero, si las cosas se tuercen o algo falla, puede acabar dando puñetazos a la pared mientras grita desesperado.
En Luther, cada capítulo de una hora de duración arranca con la sugerente y elegante canción Paradise Circus de Massive Attack, una música que transmite un extraño magnetismo como la propia serie e ilustra el interesante caminar, entre el abandono y la superación, del detective por el gris y gélido Londres. Producto de la BBC, acaban de emitir la segunda temporada de cuatro capítulos (este redactor no la ha visto) tras una primera con seis.
Sorprende ver a Idris Elba en este papel después de su fantástica interpretación de Russell Stringer Bell, el jefe de la mafia de grandes aspiraciones en las calles de Baltimore en The Wire. En Luther, Elba testifica aún más su talento como actor. El acento callejero de The Wire, tan conseguido ya que nació en Reino Unido, se pierde por completo en detrimento de un tono más sosegado y mucho más correcto, aparte de otros detalles interpretativos como ese gesto de pasotismo vital que encajan con precisión de sastre en su look de policía atractivo e independiente pero con el corazón roto. Igual de sorprendente y gratificante es el papel de la joven Ruth Wilson en el personaje de Alice Morgan, protagonista en el lado de los malos en el primer capítulo y que va adquiriendo una importancia creciente en la vida de Luther.
Como el ying y el yang, ambos personajes son fuerzas aparentemente opuestas y complementarias. Si el concepto de dualidad oriental que supone el ying y el yang viene a decir que nada existe en estado puro sino que todo se transforma porque cualquier idea puede ser vista como la contraria si se la mira desde otro punto de vista, John Luther y Alice Morgan están condenados a cruzar sus vidas, abundantes ambas en los fantasmas, obsesiones y contradicciones, y ser vistas desde el otro ángulo. O al menos ella quiere hacerlo. De alguna manera, es uno de los tantos paralelismos de la serie con las grandes historias de Sherlock Holmes. En un Londres sacudido por los crímenes misteriosos, el apasionado Luther, genio deductivo, es un Sherlock Holmes del siglo XXI que tiene en la intrigante y fría Morgan, otra cerebrito que ingresó en Oxford a los 13 años y es experta en astrofísica, a su Moriarty. Luther no podrá librarse de Morgan, como Holmes no lo puede hacer de Moriarty. Y, aunque están en distintos bandos, ambos se atraen. Se puede decir que se necesitan. Con mundos interiores complejos, son los dos personajes en los que mejor se apoya una serie de sobresalientes actuaciones, gran fotografía y buen ritmo.
De principio a fin, es la historia de la mano derecha y la mano izquierda. John Luther es el personaje principal pero todos oscilan entre una línea invisible pero real como el filo de un cuchillo, la punta de una bala o el sabor de un beso que separan el bien y el mal. En palabras del malvado reverendo Harry Powell en La Noche del Cazador: “¿Quieres que te cuente la historia de la mano derecha y la mano izquierda? ¿El combate del bien y del mal?....
En un mundo de contradicciones, ¿qué está bien y qué está mal? ¿Quién merece ganar el combate del amor y del odio? Nadie, ni siquiera Luther, el mejor policía de Londres, puede resolver el misterio. O tal vez sí.
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