16 fotosBorrón y cara nuevaDaniel Radcliffe intenta borrar las huellas de Harry Potter en su nuevo filme. No es el único que se ha reinventadoCarles GámezValencia - 07 oct 2013 - 11:26CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceA finales de los años sesenta la homosexualidad continuaba siendo una materia reservada en la pantalla. Rex Harrison y Richard Burton se liaron la manta a la cabeza y decidieron interpretar a una pareja de maduros gays. Tener detrás de la cámara a un realizador como Stanley Donen daba cierta seguridad aunque el público siguió añorándolos como Julio Cesar y Marco Antonio.El papel de esta prostituta y burguesa vestida por Yves Saint-Laurent le quitó el sueño a Catherine Deneuve. Aunque Polanski había mostrado parte de su naturaleza más perversa en 'Repulsión', pasar de la ingenua y romántica Geneviève de 'Los paraguas de Cherburgo' a la fría e impasible Séverine de 'Belle de jour' tenía su morbo y riesgos. El final es conocido: Catherine Deneuve sucedía a Brigitte Bardot como nuevo símbolo sexual.Solo un tipo con un humor tan negro como Sergio Leone podría pensar en Henry Fonda como el malo de la película, en este caso, del 'western' mayestático 'Hasta que llegó su hora'. Fonda compuso uno de los villanos más odiosos y perversos de la pantalla y a punto estuvo de hacernos olvidar que un día fue el héroe fordiano de 'Las uvas de la ira' y 'Pasión de los fuertes'.No hizo falta que le insistieran mucho a Elizabeth Taylor para que engordara unos kilos de más para interpretar a la feroz y deslenguada Martha creada por el dramaturgo Edward Albee. La penitencia tuvo su recompensa pero Elizabeth Taylor no volvió a brillar en la pantalla, aunque sus joyas lo siguieron haciendo por ella.Además de afeitarse el bigote celtibérico, José Luis López Vázquez tuvo que meterse en el papel del enfermizo protagonista obsesionado por Geraldine Chaplin tocando un tambor de Calanda. A la vista que el cambio de registro no le había ido nada mal, unos años despues decidió dar otro salto mortal y transformarse en una solterona de pueblo para 'Mi querida señorita'.Con ayuda de toda clase postizos y rellenos Mia Farrow dejó su perfil de eterna ingenua para convertirse en una voluptuosa matrona ítalo-americana de amistades mafiosas. Quien habría dicho que años atrás fue la frágil y algo andrógina Rosemary encargada de traer al mundo al mismísimo Lucifer en los apartamentos Dakota de Nueva York.Ponerse las plumas y las lentejuelas de un personaje como el pianista Liberace, la estrella 'kitsch' de los espectáculos de Las Vegas, tenía sus riesgos, pasarse de rosca y dejar una caricatura como retrato. Pero como las ganas de dar un giro radical eran mucho más fuertes, Douglas acabó poniendo el listón muy alto del biopic televisivo.Lejos quedaban los tiempos de aquella estrella juvenil capaz de robarle planos al mismísimo Elvis Presley en '¡Viva Las Vegas!' Ann-Margret no tuvo ningún reparo en mostrar su cuerpo de modelo de Rubens y romper definitivamente con aquella imagen de gatita sexy.Con Barfly hizo añicos el retrato de sex-symbol que se le había enganchado después de Nueve semanas y media, ahora con El luchador, realizaba un regreso victorioso aunque a cambio tuviera que desnudarse en cuerpo y alma como el eterno perdedor y un físico, obra de tu enemigo y cirujano plástico.Aunque solo fuera por el apéndice nasal que se colocó encima para encarnar la escritora Virginia Wolf, Nicole Kidman tendría garantizada su butaca en el Club del Borrón y cara nueva. Pasar de la cortesana de 'Moulin Rouge' y musa de Chanel a la piel de la escritora de 'Las Olas', no era un escollo fácil de superar.Una vez más la conocida historia de la estrella caída en desgracia y que ha de poner toda la carne en el asador para llevarse el papel y el gato al agua. Brando lo hizo y por partida doble, en París le esperaba Bertolucci, y confirmó una vez más la miopía y ferocidad de una industria como la de Hollywood.La protagonista de 'Eva al desnudo' había pasado a formar parte del material de desahucio de la Casa Encantada. Enfrentarse en un 'thriller' guiñolesco a otra vieja gloria de Hollywood, Joan Crawford, resultaba una broma muy pesada y cruel. Davis recuperó parte de sus laureles y encaró un tramo final de carrera como vieja arpía.Dejar aparcado tu retrato como galán y transformarte en un 'loser' que hace braza por los cielos de Los Ángeles, adicto al White Russian y se pasea en batín por el supermercado como un 'daddy grunge', eran suficientes razones para dudar de las buenas intenciones de los hermanos Cohen. En su honor y cada año se celebra el Lebowski Fest, fiesta itinerante para los seguidores de la película.Hacer de fea, asesina, prostituta y lesbiana, es una oportunidad que se presenta en la vida y como las lentejas, la tomas o la dejas. Charlize Theron no se lo pensó dos veces y dejó sentado que detrás de su físico y cuerpo rumboso había algo más que la imagen del perfume J’adore de Dior.Hasta ese momento Dustin Hoffman había pasado por el nuevo héroe juvenil, romántico y algo neurótico, pero ante el temor de ser recordado toda la vida por el chico de 'El graduado', se agarró como a un clavo ardiendo al personaje de Rizzo y la jugada no le salió nada mal. La década siguiente fue suya.Dejar por un momento tu imagen de cantante adorado por las madres y sus hijas, y subirte a las plataformas de una 'drag queen', no creemos que le supusiera una crisis existencial al cantante ni la deserción masiva de su club de fans. La prueba tuvo su morbo y Miguel se adelantó al reinado de las Priscillas.