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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Sinécdoque

Rajoy unió equivocadamente su destino al del contable Bárcenas. La querella contra EL PAÍS es algo que hoy quema los ojos

David Trueba
Esteban González Pons, en una convención del PP en Valencia.
Esteban González Pons, en una convención del PP en Valencia.TAREK (pp)

El presidente del Gobierno unió equivocadamente su destino al del contable Bárcenas. La querella contra este periódico por publicar las anotaciones de los salarios fraudulentos fue una expresión que hoy quema los ojos. Confirmada la autenticidad de la libreta, ya no toca matar al mensajero, sino presentar al escribano como un objeto volante no identificado. De ahí quizá el recurso dialéctico de Esteban González Pons, cuando afirmó con rotundidad que su partido no era Bárcenas sino Miguel Ángel Blanco, el concejal asesinado por ETA 16 años atrás. Sabíamos que tomar a una parte por el todo era un recurso estilístico conocido como sinécdoque, que en absoluto está limitado al uso de poetas y literatos, sino que en la vida cotidiana utilizamos de manera permanente. Así nos ganamos el pan y alimentamos bocas y cumplimos primaveras, expresiones todas que endulzan nuestra forma de hablar con sinécdoques.

Pero no sabíamos que la sinécdoque podía ser selectiva. Es decir, que somos boca, pero no somos pies. Que cumplimos primaveras, pero no inviernos. Que producimos sudor, pero no heces. González Pons ofrece una expresión perfecta de la amputación voluntaria, del disimulo descarado. Ya no se trata de la manzana podrida que corrompe a las demás piezas del cesto, sino de negar que esa manzana es tal manzana o pertenece siquiera al cesto. Así hemos pasado de tener a un contable con el mejor sueldo del partido, despacho rutilante, sillón senatorial e intimidad de hermano, a ni tan siquiera reconocerlo si te enseñen su cara en una foto. Los retoques en la biografía son habituales, pero es conveniente no exagerar ni negar apellido y lugar de nacimiento.

La estrategia desesperada de Bárcenas destapa la lucha entre la paciencia y la ventolera, entre la impavidez y el escupitajo. Rajoy ya en los mensajes de móvil al contable apunta su estrategia: aguante, resistencia, indiferencia. Mañana siempre escampa. Para que le funcione esta estrategia es importante que los colaboradores no se dejen llevar por excesos estilísticos como el de González Pons, sino que opten por la discreción y el veraneo. También a España le gustaría decir que no es Puerto Hurraco, sino el oro en natación sincronizada, pero sus habitantes sabemos que somos un poco los dos extremos estéticos.

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