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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Exagerado

El valor de 'El Intermedio' es que pone en guardia a los exagerados, los desnuda

Juan Cruz
El Gran Wyoming y Sandra Sabatés,  presentadores de El Intermedio
El Gran Wyoming y Sandra Sabatés, presentadores de El IntermedioRoberto Garver (EL PAÍS)

El valor de El Intermedio es que pone en guardia a los exagerados, y los ridiculiza, los pone en su sitio, los baja del pedestal, los desnuda. Les dice que están desnudos, como aquel niño dijo del rey. Los pone en su sitio. A los que miran por encima del hombro, y por encima del hombre, a los solemnes, a los que (como decía Ignacio Camacho en su columna de Abc) se echan de menos a sí mismos.

El programa lleva haciendo eso desde hace muchos años y así ha enganchado a muchísimos telespectadores, como pasó en otro tiempo cuando existían los guiñoles y cuando el propio Wyoming estaba al frente de los exterminadores de Caiga quien caiga.

Por eso el miércoles hubo estupor en las redes ante el hecho cierto de que la cadena no pudo ofrecer la emisión de este espacio de humor cuando estaba caliente en el aire la repercusión de lo que había dicho en Antena 3 (la hermana mayor conservadora de La Sexta, como dijo aquí David Trueba) el exagerado mayor del Reino en términos políticos y autobiográficos, el expresidente José María Aznar. Las redes reaccionan en seguida, de modo que corrió como la pólvora (suele pasar) una sola versión de los hechos: que la hermana mayor conservadora había hecho que la parte díscola del grupo se fuera a hacer gárgaras la noche en que se regurgitaba lo que podía pasar en esa emisión en concreto.

Lo que pasó es que se les fue de las manos un cable, por lo visto, y no pudieron emitir; no hubo otra cosa. Lo contaron en el programa, que finalmente retomó la respiración en la noche del jueves, con todos los ingredientes de desmejoramiento del exagerado a que nos tienen acostumbrados el equipo de El intermedio.

El programa fue impecable. Esos vídeos impagables en los que el interlocutor del exagerado suele ser alguien impávido sirvieron para poner al Aznar solemne de dos noches antes en el pedestal adecuado, el que ocupan en la retina y en la memoria los individuos exagerados. Él venía como salvador de la patria, y de su partido, que es también su patria. Delante, la vara de medir al solemne. Solo esas confrontaciones de ficción a que nos ha acostumbrado El Intermedio fueron suficientes para que la estatura del expresidente adquiriera la dimensión que él no conoce porque el espejo no le responde como es debido. Un respiro ver El Intermedio.

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