La factura
La auditoría sobre TVE nos descubre que el fútbol de la selección nos cuesta más de 42.000 euros por minuto emitido
Nunca se analiza lo suficiente la forma en que la gente digiere la información. En muchas ocasiones lo que se persigue no son datos y certezas, sino argumentos para seguir pensando lo que ya se pensaba antes. La información se convierte entonces en algo distinto, llamado reafirmación. Un amigo mío tiene una madre muy creyente, plena de bondad y limpieza, que cuando se enteró que gracias a los teléfonos móviles ahora se podían enviar fotos al instante, lo primero que dijo fue: “Y que aún haya gente que no cree en Dios”. Este sistema de autoconfirmación nos resulta ridículo cuando lo descubrimos en los demás, pero somos incapaces de desenmascararlo en nosotros mismos.
Para desglosar al funcionamiento del Estado existe la Intervención General. Aunque su web parezca diseñada en Polonia durante la plomiza dictadura, su misión es contestar a la pregunta básica: ¿y esto quién lo paga? A menudo, nos invitan a indignarnos de manera señalada, por aquí, por allá, pero nunca a mostrarnos una visión general, que ponga en justa perspectiva los gastos estatales. Así, la palabra subvención nos remite siempre a la compañía nacional de danza y nunca a la compañía del gas. En el caso televisivo, los escándalos contables de ciertas cadenas autonómicas no pasan factura a sus gobernantes, caprichosos, incapaces y fraudulentos, sino a sus trabajadores.
En la debacle institucional se atiza contra todo como en una piñata para adultos cabreados. Olvidamos que la legislación del suelo, de costas, de cajas y de productos financieros fueron los escalones iniciales para nuestra subida al patíbulo. La auditoría sobre TVE nos descubre que el fútbol de la selección nos cuesta más de 42.000 euros por minuto emitido. En un canal al que se le ha impedido rentabilizar publicitariamente su audiencia, ese dato señala otra burbuja hinchada con dinero público. Podrían entonces los desempleados, los médicos, los profesores y los bailarines de la compañía nacional de danza no sentirse tan culpables, tan gravosos para su sociedad, tan privilegiados ni tan poco rentables. Si en 2011 TVE gastó 153 millones de euros en derechos deportivos, cuidado, porque motoristas, tenistas, ciclistas y futbolistas, pueden considerarse tan funcionarios como aquellos a los que se humilla a diario desde la autoridad recortante.
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