Radio 5 se coloca en el punto de mira

Nueve meses después de su nombramiento, la directora de Radio 5, María Luisa Moreno, ha sido destituida. Su puesto será ocupado por Pedro Carreño, hasta ahora responsable del área de Economía de los informativos de Radio Nacional de España (RNE). El cambio se produce en pleno proceso de reestructuración de la emisora “todo noticias”. A finales de febrero, el presidente de RTVE, Leopoldo González-Echenique, anunció que la corporación estaba elaborando “una propuesta más completa, sofisticada y apoyada en las nuevas tecnologías” para Radio 5, aunque no dio detalles sobre los contenidos de la nueva programación. Fuentes de la emisora aseguran que se reforzarán los espacios de actualidad y se potenciarán las entrevistas.

Con una audiencia de 360.000 oyentes, Radio 5 consiguió en el último trimestre de 2012 incrementar la audiencia, todo lo contrario a lo que hizo Radio 1 (la cadena generalista), que perdió casi uno de cada cuatro oyentes respecto a la segunda oleada del año del Estudio General de Medios (EGM). El cambio que ahora sacude la cúpula de Radio 5 obedece, según fuentes de la cadena, al plan del director de RNE, Manuel Ventero, de situar a una persona de su máxima confianza para pilotar la nueva etapa. Carreño mantuvo ayer una primera reunión con los trabajadores de Radio 5 para decirles que trabajan en un proyecto “ilusionante”.

Su nombramiento coincide también con una oleada de críticas de los profesionales de la radio pública hacia el equipo directivo, que han terminado en varios informes en los que se detallan las quejas de los periodistas sobre la calidad de la programación. El Consejo de Informativos de RNE, que representa a los profesionales de la cadena y vela por el cumplimiento de las obligaciones del servicio público recogidas en la ley, lamenta que la radio estatal sea “cada vez menos neutral, objetiva, plural e independiente”. El organismo considera intolerable “que haya presiones, que desaparezcan voces de la emisión, que se cercene la información, que se recurra a la ofensa en la opinión y que se pase de puntillas sobre temas que resultan incómodos.

Los periodistas sostienen que a menudo no se respetan los principios de neutralidad, objetividad e independencia que marca la ley y que con frecuencia se incurre en mala praxis al no quedar suficientemente diferenciada la información de la opinión en los noticieros de Radio 1. También perciben un “claro desequilibrio” en las noticias políticas, hasta el extremo de que, según el Consejo de Informativos, se ha roto “el principio de proporcionalidad e imparcialidad que debería guiar a un medio público como es RNE”. Asimismo, denuncian censura y presiones “directas o indirectas” en determinadas informaciones y reprochan que a veces se prima opinión de los tertulianos sobre las respuestas de los invitados. De la crítica no se salva Carreño, toda vez que el área que más quejas genera es precisamente la de Economía.

En defensa del trabajo que se realiza en RNE, el director de informativos y programas, Juan Fernández Vegue, alega en un escrito dirigido al Consejo de Informativos que establecer la calidad del producto radiofónico no es misión de ese organismo y que tampoco lo es “medir la credibilidad”. Fernández Vegue ampara la “profesionalidad de los trabajadores de informativos y su buen hacer cotidiano”.