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OBITUARIO

Art Ginsburg, chef estrella de la tele

Conocido como Mr. Food, fue un pionero de los cocineros mediáticos

Art Ginsburg, conocido como Mr. Food, durante la grabación de su programa.
Art Ginsburg, conocido como Mr. Food, durante la grabación de su programa.ALAN DIAZ

Extraña coincidencia en la víspera del Día de Acción de Gracias, la celebración pagana en la que las familias estadounidenses se reúnen en torno a la mesa para compartir un pavo que es cada vez más grande. Por la mañana, Hostess, la empresa que producía el pan de molde Wonder Bread, una de las marcas más icónicas de EE UU, decidía liquidar el negocio. Horas después, con las cocinas ya listas para preparar el festín, fallecía Mr. Food.

Art Ginsburg, con su inolvidable “ohh, qué bueno está”, era toda una personalidad en el mundo de la televisión. En segmentos de 90 segundos, enseñó durante más de tres décadas a millones de telespectadores recetas y trucos para manejarse en la cocina. El 21 de noviembre murió en su casa en Weston (Florida) a consecuencia de un cáncer. Tenía 81 años.

Mr. Food era la marca sobre la que Ginsburg construyó su pequeño imperio televisivo, mucho antes de que emergieran los que ahora se conocen como chefs estrellas. Su programa se retransmitía en más de 125 cadenas de televisión. Ginsburg debutó en 1975, en una pequeña televisión al norte del Estado de Nueva York.

Era solo el comienzo de esta celebridad de la cocina, que empezó como carnicero. Su primer negocio antes de saltar al plató fue una empresa de catering. En cinco años, su corto programa ya se emitía en casi una decena de televisiones en el país. La explosión de su negocio, y de su marca, llegó cuando la productora King World empezó a distribuir sus segmentos a lo grande.

Ginsburg, dicen los ejecutivos de su empresa Mr. Food Brand, era un persona entusiasta y apasionada, y fue un precursor en el reality de los fogones. Estaba convencido de que cualquiera podía cocinar con sus trucos. Para 1994, la sociedad ya contaba con un estudio propio de televisión y una oficina de publicaciones que ha editado más de medio centenar de libros de cocina.

En 2007 llegó a la cúspide, con su programa emitiéndose en 168 estaciones de televisión locales. No era terreno fácil, con cadenas en las plataformas de pago y revistas dedicadas exclusivamente a la comida y a personalidades de aparentemente más altura culinaria como Mario Batali, Wolfgang Puck o Bobby Flay. Su truco, mostrarse ante la cámara con un estilo más bien cercano con el espectador.

De hecho, ni su fotografía ni su nombre aparecían en las revistas. A Ginsburg no le importaba, porque quería mostrarse como el vecino de al lado. Pero tampoco negó lo evidente, y por su estudio pasaron chefs famosos, como Rachael Ray, para que compartieran sus trucos en los fogones.

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