“Somos un grupo comercial que nunca ha tenido un hit”
El trío británico Saint Etienne vuelve a la carga tras siete años de silencio con ‘Words and music’, otro magnífico álbum de pop electrónico que no llegará a la listas de éxito
La canción que abre Words and music, el último álbum del trío británico Saint Etienne, cuenta en primera persona la relación vital de alguien con el pop desde su infancia. Es la narración de una pasión que todo melómano conoce. La fascinación por los discos, los conciertos, hasta por las reseñas en las publicaciones especializadas. “Estaba enamorado y supe que él me amaba porque me grabó una casete. La escuché en mi habitación. Vivía allí. Todos nosotros lo hacíamos”, dice la letra de unas de las estrofas que canta Sarah Cracknell. En otra, cuenta la peregrinación de una persona hasta la casa de Peter Gabriel, en 1974, cuando era el cantante de Genesis.
Teniendo en cuenta que el teclista Bob Stanley nació en 1964, fue periodista musical y tiene una colección de 20.000 sencillos y 5.000 elepés de vinilo (“No se puede imaginar lo que ha crecido en nuestra última gira estadounidense”, señala con una sonrisa cómplice Sarah Cracknell mientras el aludido hace el gesto del levantar del suelo una pesada caja imaginaria como confirmación) parecería que esa estrofa se refiere a él. Pero no. “La historia es prestada, de un amigo. Creo que incluso llegó a ver a Peter Gabriel a lo lejos, pero le dio miedo que le descubrieran espiando y se fue”, decía ayer Stanley en un rincón del teatro Lara, en el centro de Madrid, rodeado por sus dos compañeros, la ya mencionada Sarah Cracknell y el multiinstrumentista Pete Wiggs.
Faltaban apenas unas horas para su concierto. Esta debería haber sido su segunda noche en Madrid, pero suspendieron su primera fecha porque coincidía con la huelga general. “La decisión fue nuestra. Era obvio que era lo correcto, pero la promotora había hecho todo el trabajo y no fue fácil convencerles. Creo que habían infravalorado la importancia y el tamaño de lo que iba a pasar”, explica Stanley.
Words and music, o más exactamente Words and music by Saint Etienne, es su primer trabajo de estudio en siete años. Una parada en la que nunca dejaron de tocar en directo, reeditar sus álbumes, o publicar recopilatorios y hasta un disco de canciones navideñas. Pero al tiempo diversificaron sus intereses, especialmente Stanley, cuyo segundo libro Do you believe in magic? se publicará el próximo año y que ha retomado ocasionalmente su carrera de periodista. Además, junto a Wiggs y su colaborador el cineasta Paul Kelly aceptaron una residencia de un año en el Southbank Centre de Londres de la que salió el documental This is tomorrow sobre la historia y la rehabilitación del mítico Royal Festival Hall.
“El tiempo pasa volando. Nunca dejamos de escribir canciones, pero no ha sido hasta ahora que hemos sentido la necesidad de publicarlas”, argumenta Wiggs. Hace más de 20 años que Stanley y Wiggs, amigos desde la infancia, empezaron a grabar maquetas que en 1991 se concretarían en Foxbase alpha, su primer álbum. Habían pensado originalmente en no tener una vocalista fija, pero Cracknell entró en sus vidas y se convirtió en la tercera pata de un grupo que es una enciclopedia andante de la historia del pop. Amantes por igual del house, del northern soul, el pop y de otra media docena de géneros que son capaces de integrar con naturalidad en sus canciones, la portada del último álbum, diseñada por Dorothy, un colectivo artístico de Manchester, es el mapa del centro de Croydon, el distrito de Londres en el que nacieron: los nombres de las calles han sido cambiados por el de sus canciones favoritas. Muchas de ellas, empezando por la avenida Penny Lane, son enormes éxitos de todos los tiempos.
Vinculados a la música indie (“Más bien independiente”, corrige Stanley), Saint Etienne nunca ha tenido problemas para confesar su devoción por los hits y usar a productores asociados con los grupos más comerciales de las listas. Pero nunca han metido una canción en el top ten y cabría preguntarse en qué parte de espectro del negocio se sienten, poniendo en un extremo a la música subterránea y en el otro a las superestrellas. Algo que Cracknell resuelve en una frase. “Somos un grupo comercial que nunca ha tenido una canción de éxito”
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