_
_
_
_
Tentaciones

Crítica discos: TITLE FIGHT, ‘Floral green’

En los últimos tiempos florecen en Estados Unidos un puñado de bandas en las que la crudeza y la emoción se abrazan, entre ellas está Title Fight. Una de las mejores canciones de 2012, 'Head in the ceiling fan', es una de las joyas de 'Floral green'

Antes de que se convirtiera en una pura pose de mal gusto con flequillos asimétricos, lápiz de ojos y adolescentes llorones recién destetados por Hannah Montana, el emocore era el subgénero más introspectivo del hardcore. Quizá no su versión más intelectual, pero sí la más íntima y propensa a la autoexploración de los sentimientos.

Algo de eso había en Hüsker Dü, en Fugazi y, ya más cerca del presente, en bandas como Thursday (dios salve su Full collapse, 2001) alguno de cuyos miembros han pasado a las filas de I hate our freedom, pariendo este año un bombazo como es This year’s best disaster (I Surrender Records, 2012).

Género: Hardcore

Título: Floral green

Sello: SideOneDummy Records

Año: 2012

Puntuación: 4

En los últimos tiempos, por otro lado, florecen en Estados Unidos un puñado de bandas en las que la crudeza y la emoción se abrazan, siempre alejándose de las posturitas y las cantaditas, pero nunca de los berridos. Son herederos de Glasjaw, At the Drive-In y Refused y, medio en broma, se adscribieron temporalmente (y para burlarse de los etiquetadores profesionales) a una corriente denominada por ellos mismos The Wave. Son, entre otros, La Dispute, Touché Amoré, Defeater…

Y, entre todos estos brotes, pero de alguna manera al margen, están Title Fight. Originarios de Kingston, Pensilvania, este cuarteto elabora canciones con unos mimbres cristalinos, en las que todos los elementos son identificables pero que, sumados, consiguen trasmitir sensaciones solo al alcance de músicos con auténtico talento. Ahí está una de las mejores canciones de 2012, Head in the ceiling fan, una de las joyas de su segundo álbum, Floral green (SideOneDummy Records). Este elepé es un paso en la dirección adecuada tras Shed (SideOneDummy Records, 2011), un álbum que presentaron en España con una entrega y una sencillez que parecían extinguidas, y eso que el público que llegó a verlos en Madrid y Barcelona fue bastante escaso.

La capacidad del grupo de los hermanos Russin para tocar la tecla de la emoción en canciones como In-Between o Sympathy y la constante sensación de que estamos ante una propuesta salida de las entrañas y de la sinceridad más desarmantes les está llevando a acumular una importante base de fans y a empezar a pisar escenarios cada vez más importantes (en 2011 tocaron en el festival de Reading y este verano lo hicieron en el escenario principal del Vans Warped Tour). Mientras siga habiendo bandas con la convicción en lo que hacen como Title Fight, y discos como Floral Green, habrá esperanza.

Valoración: 0 ABERRANTE, el mundo sería mejor sin él; 1 PRESCINDIBLE, nadie se acordará de él; 2 PASABLE, para incondicionales; 3 ACONSEJABLE, en su estilo merece la pena; 4 INDISPENSABLE, un éxito asegurado; 5 OBRA MAESTRA, uno entre un millón.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_