Onán
La 2 reemitió dos acercamientos a la industria del porno en La noche temática. El oficio está más cercano a los procesos de charcutería y mercado de abastos que a algo secreto o fascinante. Pese a que la industria mueve millones, los trabajadores en precario se suman a la inestabilidad creciente, el exprimido rápido y la rapiña que aprovecha vocaciones irrefrenables. Idéntico al resto del mercado laboral. En la Red, la inmensa oferta pervive bajo el monopolio sutil de ciertas plataformas que se lucran de las penetraciones ajenas. De ahí que los minoristas vayan buscando un lado más transgresor y hasta violento. Nada nuevo en ese onanismo universal nos rodea.
Tiene mérito La 2 de TVE, que resiste con reemisiones y poca adquisición de producto puntero. En la jerga popular se le llama "programación porno", "por no tener otra cosa que programar". Incluso ha abierto un rinconcito para Bertín Osborne, pese a no ser exactamente el perfil que andaban transmitiendo. Sigue, disfrutando de un portaaviones estelar como Saber y ganar y algunos programas ejemplares, básicos en la salud de nuestras pantallas. No acaba de transmitir la icónica excepción de Radio 3, por ejemplo, que sigue siendo un referente para encontrar algo distinto en el dial. Sería injusto que los vaivenes del poder político, que siempre traen sus correcciones y sus filias y fobias, nos impidan disfrutar de lo distinto. Fuera del camino obligatorio hay también placer.
Es interesante reparar en las nuevas pornografías. La persistencia en el robo de imágenes íntimas, a través del paparazzi o la difusión de archivos privados. Corrieron a juzgar al periodista griego que anunció la lista de defraudadores, pero jamás esa presteza agobia al periodismo de rapiña, tan entontecedor como rentable. Hay otra pornografía evidente en las catástrofes naturales y sus vídeos de primera, a ver quién filma lo más chocante, desde el móvil a la superproducción, de lo amateur a lo hiperprofesional, derivando toda tragedia a saciar el morbo. Aunque la etimología del porno remita directamente al nombre de la prostituta en griego, concedamos que pornográfico es todo aquello que somete a su protagonista al uso y disfrute de otro por un módico precio, rebajando su humanidad al mero objeto utilitario.
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