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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Ver no ver

David Trueba

Lo más complicado cuando se aproxima uno a los medios de comunicación es ver lo que no ve. En un tiempo tan conspiranoico y paranoide como el que vivimos, la gente es perspicaz para sospechar del otro, pero incapaz de poner en duda sus dogmas. Así todo son manos negras y vendas en los ojos. Alguien bien informado es alguien que piensa como tú y alguien manipulado es sencillamente quien no te da la razón las 24 horas. Es obvio que los medios tienen sus prioridades. Las primeras económicas. Nos informan habitualmente de las sesiones de entrenamientos de la Fórmula 1 o los equipos de fútbol, pero no lo hacen con quien no disfruta de su patrocinio o les sirve de negocio.

Y luego está el asunto ideológico. Por ideología, aunque suena a palabra compleja, entendemos partido. Por eso suceden cosas tan curiosas como que en las elecciones andaluzas la noticia más saboreada por algunos medios fuera el escándalo de los ERE corruptos y en las gallegas aterrizara bien puntual el aniversario de esa catástrofe gestionada con tintes delincuenciales que recibe el curioso nombre de Prestige en honor al infame barco. ¿Funciona la estrategia? Más desesperante aún es cuando las páginas se pierden sirviendo de altavoz a la inanidad mientras nunca hay espacio, excusa bien habitual, para contar un esfuerzo o un reto conseguido en cualquier disciplina que está fuera del interés más bobo.

Ha vuelto a ser detenido el barco de activistas internacionales que protestan contra el criminal bloqueo de Gaza. De vez en cuando un crimen selectivo, un atentado o una respuesta militar desmesurada nos conmocionan. Pero por detrás late un conflicto que solo adquiere visualización cuando encuentra un suceso rotundo que llevarse a las pantallas o un gesto de propaganda llamativo. Unos ven ahí la manipulación de alguna de las partes. Consideran a los medios cómplices lamentables. Otros presionan en dirección contraria, para que nada salga a la luz, persista la sombra. Miden cada palabra. No creo que la paranoia sea la mejor guía informativa. Tomémoslo más como un ejercicio de gimnasia visual. Nosotros alcanzamos a ver un pellizco de realidad y en los días inspirados alcanzamos a sospechar lo que no vemos.

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