Tres semanas de vivencias que caben en un solo programa
La quinta temporada de ‘21 días’ se estrena mañana en Cuatro
El comienzo de la quinta temporada, asegura su presentadora, va a ser “intenso”. Pero es que nada menos cabría esperar de 21 días, el programa mensual de Cuatro en el que la periodista Adela Úcar se introduce en algún tipo de submundo —ninguno fácil de vivir— durante tres semanas seguidas. Desde buscar trabajo en el extranjero a meterse en la piel de un jugador, como ocurrió en la anterior edición, estas nuevas entregas arrancan mañana (0.15) con el episodio 21 días toreando.
La tarea no es especialmente del agrado de la conductora —“no soy aficionada”, señala—, pero aun así servirá para que los espectadores puedan conocer más en profundidad una cultura cuyos entresijos no siempre se encuentran al alcance de todos. En una reputada escuela taurina, los diestros Julián López, El Juli, y Juan José Padilla compartirán sesiones de entrenamiento con Úcar a modo de introducción condensada al ambiente de la tauromaquia.
“Este es un programa que genera el darle vueltas a la cabeza”, defiende la presentadora. “El hecho de que sea yo la que viva las experiencias sin ser experta hace que la gente se sienta identificada y piense en cómo reaccionaria ante una determinada situación”. Las siguientes pruebas que, sí o sí, Úcar deberá superar, también tienen alicientes para sorprender y dar qué pensar. 21 días buscando oro trasladará a la pantalla una actividad “muy desconocida” para el gran público”, pero también “muy dura”. Y con 21 días sin dormir, la periodista probará en carnes propias lo que significa sufrir un trastorno del sueño. “He dormido lo que duermen ellos”, adelanta. “He llegado a pasar 60 horas sin dormir, y terminé exhausta, no recordaba lo que acababa de hacer. Fue extraño”.
Con estos tres programas ya grabados, el resto de la temporada continúa en el cajón de las cosas por descubrir. “Entre la cadena, la productora y yo proponemos ideas y desde la redacción se investiga y se visita a las personas que podrían participar”, explica sobre cómo se germinan los episodios. De las aventuras —y desventuras— que le gustaría catar, solo desvela una: pasar 21 días en la cárcel. “Pero no sale”, se lamenta. Lo que esté por llegar, en cualquier caso, siempre será bienvenido. “Todas las experiencias han dejado algo en mí. Tanto lo positivo como lo negativo me llegan mucho, me aportan, me hacen crecer”.
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