_
_
_
_
OPINIÓN
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Almas

David Trueba

En algunas culturas persiste la superstición de que al tomarte una foto te roban el alma. Suelen utilizarlo para exigir unas monedas por el posado. Sin embargo, la idea del robo del alma a través de la plasmación de tu imagen no solo no está anticuada sino que puede que esté cargada de futuro. Basta observar acontecimientos recientes. Valerie Trierweiler, pareja del presidente Hollande, consiguió que un tribunal francés condenara a la revista que publicó las fotos de ella en biquini robadas en la playa del fuerte de Brégançon. La denuncia tuvo más que ver con la obsesión del nuevo mandatario por sacudirse la atmósfera de frivolité que acabó por arruinar los años rosa de Sarkozy. El rosa en tiempo de privaciones pasa factura a los políticos.

La casa real inglesa lucha desde más años que ninguna por conservar el aire de casa irreal, pero ha visto expuestos de forma consecutiva el culo del príncipe Harry y los pechos de Kate Middleton. Alguno opinará que puestos a enseñar eran las mejores opciones, porque continúa la curiosidad anatómica entre los humanos, por más que las sorpresas sean mínimas. Siempre se robaron fotos en playas y en domicilios privados ante la pasividad general. Ahora también se roban fotos en móviles, vídeos y hasta se interceptan grabaciones íntimas, porque la tecnología ofrece nuevas formas de relación de París a Los Yébenes, pero también nuevas formas de robar el alma. Pero no nos engañemos, de periodismo no estamos hablando.

La primera fotografía de la historia fue una vista desde la ventana del tercer piso tomada por Niépce en su casa de vacaciones en 1826. Pero bien pronto Moulin y Rejlander ya se adentraban en el desnudo, un universo aún no terminado de explorar. Tras las fotos de Letizia Ortiz a raíz de su 40º cumpleaños hay algo de dejarse robar el alma, mostrarla en tiempos donde la lejanía y la distancia con las instituciones son factor negativo. El detalle de inteligencia estriba en proponerle el encargo a Cristina García Rodero, nuestra más potente maestra en la foto antropológica. Así nos balanceamos entre la foto deseada y la foto robada. Pero detrás de cualquiera de las dos va un pedazo del alma.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_