Cuatro conquista el 'prime time' con 'Quién quiere casarse con mi hijo'

Los tróspidos, nombre con el que se conoce en las redes sociales a los concursantes de Quién quiere casarse con mi hijo, han vuelto por todo lo alto a la parrilla de Cuatro. Seis meses después del final de la primera temporada, la cadena de Mediaset estrenó ayer la segunda entrega del reality show y se hizo con el liderazgo de la franja del prime time. Más de dos millones de espectadores (14,1% de cuota de pantalla) se sentaron ante el televisor para conocer a los concursantes del programa presentado por Luján Argüelles, lo que supone un nuevo récord de audiencia para el espacio y una mejora de seis puntos para la franja nocturna de la cadena.

Si Quién quiere casarse con mi hijo fue la cara, la cruz volvió a ser Antena 3. El miércoles los datos de audiencia de La voz eclipsaron el estreno de la miniserie Historias robadas, ayer la víctima del éxito de Cuatro fue Imperium. La serie histórica, que estrenaba día de emisión, registró su peor dato de audiencia desde su estreno hace tres semanas. Fue la cuarta opción de la audiencia con 1.415.000 espectadores y 8,8% de cuota de pantalla, una bajada de casi 1,5 respecto a la semana pasada (1.581.000/10,2). Por delante de la ficción protagonizada por Lluís Homar y José Sancho, se colocaron Los Clásicos de La 1 con la película La muerte tenía un precio (1.955.000/12,9%) y dos nuevas entregas de CSI Las Vegas en Telecinco (1.702.000/9,3% y 1.735.000/10,6%).

La vuelta de Quién quiere casarse con mi hijo no fue el único estreno que acogió la noche de ayer. A la franja de late night llegaron Conexión Samanta (Cuatro) y una nueva temporada de El debate de La 1. El primero, que viajaba hasta Marbella para analizar la imagen de la ciudad tras los casos de corrupción, volvió en plena forma con 692.000 espectadores y el 12,8% de cuota de pantalla. El debut de Pilar García Muñiz en la mesa de El debate de La 1, en sustitución de María Casado, congregó a 338.000 seguidores (6,2%).