“Dejo ‘Protagonistas’ pero no la radio”

Luis del Olmo se resiste a apagar el micrófono. Después de casi 40 años en antena, deja Protagonistas, el programa matinal más veterano, el que revolucionó las ondas y fue clonado por las grandes cadenas. El periodista leonés (Ponferrada, 1937) soñaba hace una década con alcanzar las 10.000 ediciones y al final han sido 11.670. “Me voy de Protagonistas, pero no de la radio”, dice Del Olmo, dueño de una marca que nació en RNE y ha transitado a lo largo de estas cuatro décadas por la Cope y Onda Cero hasta recalar, finalmente, en Punto Radio.

Del Olmo fue pionero en la radio. “El magacín fue un invento de Protagonistas. Aquí comenzaron a tomar fuerza, carácter y eco las tertulias. Además, abrimos un espacio al humor, con aquel Debate sobre el estado la nación mítico, donde estaban todos los grandes: Mingote, Gila, Forges, Ussía, Tip y Coll”. Ayer, los recordó Del Olmo, emocionado, con la voz quebrada, en su despedida oficial de los oyentes.

Aquella sección semanal, con el mejor humor de la época, forma parte de sus “momentos felices”. Cita aquel día en el que Norma Duval le dio en directo un zapatazo a Jimmy Giménez-Arnau, que no paraba de criticarla. “No sé cómo había allí fotógrafos. Hoy las televisiones darían mucho dinero por esas imágenes”.

Ya en un plano más serio, el periodista evoca algunos de los pasajes que más le han impactado. “Recuerdo cuando le hice una entrevista a Dolores Ibarruri, Pasionaria, en los estudios y al final terminó cantando en directo La Internacional; o el día en que el duque de Alba, Jesús Aguirre, acabó discutiendo con el presidente de Extremadura por los derechos de los trabajadores del campo; o cuando entrevisté a Aznar en la Moncloa y le pregunté por qué nunca le había concedido una entrevista a Iñaki Gabilondo y se produjo el silencio más largo de la historia de la radio”. Echando la vista atrás se detiene en aquella tensa conversación con Jon Idígoras que alteró su vida cotidiana. “A partir de entonces tuve que llevar escolta por indicación del Ministerio del Interior”.

Ellos son algunos de los protagonistas de las 7.000 entrevistas que calcula haber lanzado a las ondas. Del Olmo asegura que en las más de 50.000 horas que ha estado ante el micrófono su objetivo ha sido “entretener, interesar y divertir”. Y ser un poco irreverente, porque “una radio que no es atrevida, huele a naftalina”.

Protagonistas ha sido un programa viajero —“hemos hecho especiales en Pekín y Moscú mucho antes de que cayeran sus muros”— y comprometido con algunas causas, como la de los mineros. “Es el trabajo más terrible que he conocido. Hemos emitido desde una mina, paseando con un micrófono por aquel infierno, y en un trabajo impagable”.

Con el alud de testimonios recopilados durante las 11.670 ediciones de Protagonistas, su creador se propone ahora recorrer España impartiendo conferencias “con aquella viejas cintas magnetofónicas”. “Quiero aprovechar la experiencia vivida en todos estos años. Vivencias de la dictadura, la Transición y la democracia”. Será un cambio de vida radical. “Dejo la esclavitud del reloj”, dice con socarronería quien durante buena parte de su vida ha comenzado su jornada laboral de madrugada. “En mi carné de identidad hay un número bonito, 75 años, pero con poco futuro. Echo un vistazo a los compañeros que empezaron conmigo y todos están retirados del mundo de la radio”. Del Olmo ha ido poco a poco rebajando su ritmo de trabajo. En 2006, Julia Otero tomó las riendas del tramo final del programa y en las últimas temporadas Protagonistas se ha emitido de 10.30 a 12.00 en Punto Radio.

A partir del próximo 3 de septiembre, con el comienzo de la nueva temporada, se asomará cada día con la sección El correo sin respuesta con el comentario de actualidad (se emitirá entre ocho y nueve de la mañana y se redifundirá a media tarde). Y los viernes, al mediodía, conducirá una entrevista, que se unirán a esas 70.000 que jalonan carrera. Los fines de semana, la sintonía de Protagonistas, conducido por Jaume Segalés, volverá a sonar. Atrás quedan los tiempos en los que trabajar en la radio estaba muy mal visto. Del Olmo suele decir que era “como hacer de bailarín de Celia Gámez”.