10 fotosHistoria política del pantalónEn Historia política del pantalón , la francesa Christine Bard recorre el simbólico camino que llevó esta prenda hasta el armario femeninoCarmen MañanaMadrid - 03 abr 2012 - 13:23CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceEl deporte desempeña un papel esencial en la popularización del pantalón femenino: influye sobre las prendas de la calle e inspira a la moda. En la imagen, la tenista Alice Marble, en 'shorts', gana el Campeonato Nacional de Tenis Femenino de Estados Unidos en 1936. Pero en esta década, fuera del ámbito deportivo o la playa, el pantalón aún sigue estando mal visto: la masculinización del vestir alude más o menos explícitamente a la homosexualidad.CorbisMarlene Dietrich es la primera actriz en probar el poder erotizador del pantalón. Desde 'Marruecos' (1930) utiliza el esmoquín en cada una de sus películas como un símbolo del poder que se alía con el dinero y la masculinidad. Pero también lleva pantalones en su día a día. De hecho, en 1933 el prefecto de políca de París le advierte de que la hará abandonar la ciudad si llega vestida con patalones. Ella rehusa aparecer con falda y finalmente el prefecto decide regalarle un brazalete en vez de expulsarla.El uso del pantalón se extiende a la población general por razones prácticas durante la II Guerra Mundial. La mujeres tienen que incorporarse como obreras en fábricas de armamento, talleres navales y aeronáuticos, y allí adoptan la vestimenta más cómoda y segura (y aconsejada por las autoridades): pelo recogido y pantalones. También aparecen con pantalones en las películas y carteles de propaganda bélica.Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.La entonces princesa Isabel de Inglaterra se fotografía durante la II Guerra Mundial vestida con un mono del Auxiliar Territorial Service del ejército británico mientras cambia una rueda. En el trabajo, las razones prácticas hacen que el pantalón esté totalmente aceptado. Pero en la vida cotidiana y en las revistas de moda, la falda prevalece.Durante la década de los cincuenta, Audrey Hepburn encarna mejor que nadie el nuevo estilo de la mujer moderna. Exhibe un aire masculino y femenino al mismo tiempo, una combinación aceptable en unos tiempos todavía muy puritanos. Es la embajadora ideal del pantalón femenino, que lleva con zapatos planos y el pelo corto. Su estilo, imitado por numerosas admiradoras, influye mucho en la aceptación del pantalón.El pantalón femenino no aparece en la alta costura y en el pret a porter hasta 1960, pero a partir de entonces su éxito será clamoroso. El diseñador que lo aupará a la categoría de prenda estrella dentro del armario femenino fue Yves Saint Laurent, que en 1966 lanza el esmoquin femenino. Herramienta de poder para sus clientas e icono incontestable de su firma. El diseñador considera, no obstante, que "la libertad y la igualdad no se comprar con un calzón", sino que "son un estado de ánimo".A finales de los años sesenta y principios de los setenta, lo vaqueros, como los que lleva la actriz Jane Fonda durante este mitin en la Universidad de Carolina del Sur, se convierten en la primera prenda "mixta". Constituyen un emblema del movimiento revolucionario en los campus, del rechazo a la guerra de Vietnam, de la lucha de los negros por sus derechos civiles y del resurgimiento del feminismo. Con el estilo hippy, los 'jeans' experimentan un difusión masiva entre ambos sexos. Como en 1920, pero al revés, la moda capilar acerca a ambos géneros y el armario masculino se feminiza.CorbisEn la década de los ochenta y noventa, la libertad de indumentaria entre las mujeres parece asentada en Occidente, pero aún quedan algunos sectores profesionales, especialmente aquellos en los que se requiere uniforme, donde el pantalón tardará aún bastante tiempo en convertirse en una opción. Las azafatas de tierra de Air France, por ejemplo, pueden optar por el pantalón desde 1980; las de aire, no conseguirán hacerlo hasta 2005. En Alitalia (en la foto) tendrán que esperar a 2006 para tener derecho a utilizarlo.Aún cuando las mujeres consiguen formar parte de los gobiernos y de las cúpulas directivas empresariales, el que se vistan como sus iguales masculinos no es aceptado con facilidad durante décadas. Hoy, la causa del pantalón está ganada por las políticas como Angela Merkel, canciller alemana, que viste sistemáticamente esta prenda con una única excepción: las ceremonias nocturnas.Los pantalones todavía no son una prenda neutral, ni carente de significado, cuando quien los viste es una mujer. Buena prueba de ello son las críticas que recibió el esmoquín que la entonces ministra de Defensa, Carme Chacón, lució en la Pascua Militar de 2009. El protocolo afirma que las mujeres debían llevar vestidos largos. Pero el revuelo que causó su elección fue tal que el departamento de Defensa tuvo que aclarar que el estilismo de Chacón se ajustaba "perfectamente" a la etiqueta requerida.