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El chándal mató a la lentejuela

La vestimenta de los presentadores de televisión abandona la solemnidad, se ajusta cada vez más a los recortes y se acerca a la audiencia

Eugenia de la Torriente
Jorge Javier Vázquez y los tertulianos de 'Sálvame' en un momento del programa
Jorge Javier Vázquez y los tertulianos de 'Sálvame' en un momento del programaCARLOS SERRANO (TELECINCO)

La parte más chabacana del vestuario televisivo ha pasado de una dieta rica en lentejuelas a cualquier hora a otra alta en chándal a cualquier hora. Una consecuencia lógica de que su escenario deje de ser una sala de fiesta y se convierta en una extensión del salón. Pero no solo la sección más hortera de la parrilla ha sufrido este proceso de relajación. En la televisión ya no sale gente endomingada, entre otras cosas, porque de domingo no se viste ya casi nadie. Y menos los domingos. “Ha habido un cambio de cultura estilística en la televisión. Se ha aproximado a la calle. El atuendo es más deportivo y cercano”, afirma Laura Herrera, de la tienda online El armario de la tele. “La televisión se ha incorporado tanto a nuestras vidas que la gente que sale en ella ya no se viste para la ocasión”, sostiene Álvaro Ruiz, estilista de Canal +.

“Nos hemos ido adaptando a los tiempos, a las necesidades de la programación y, por supuesto, a las tendencias”, apunta Mayte Méndez de Vigo, responsable de estilismo del grupo Mediaset. “Lo que en la época de Valerio [Lazarov] era un esmoquin riguroso ahora se permite con vaqueros”. “El estilismo se cuida más que antes”, asegura Rosa Solano, asesora en la materia de Antena 3. “Es verdad que, como ya no hay presupuesto para galas, se realizan menos grandes trajes. Pero el tono depende de cada cadena, porque la línea editorial marca el vestuario. En el informativo de Antena 3 se viste diferente que en el de La Sexta. Una de nuestras pautas es que el presentador parezca cercano sin dejar de ser especial. Forma parte de la magia de la televisión: si es como tú y yo pierde la gracia”.

“La relajación en los informativos está dando frutos interesantes”, opina Álvaro Ruiz. “Cada cadena tiene unos códigos casi subliminales, pero que transmiten información. En Canal+, por ejemplo, la paleta de color hace que los programas den una imagen más seria que otros”. En Cuatro, la información deportiva se da sin chaqueta y con la camisa arremangada. En cambio, y a pesar del intento de Lorenzo Milá, el Telediario en La Primera se presenta con corbata. “Puntualmente a algún presentador se le ha permitido ir sin ella, pero no es habitual”, confirma Mar Álvarez de RTVE.

En los programas de entretenimiento, la distensión en las pautas tiene que ver con el recorte de presupuestos –también, en vestuario- y la imposición de formatos más baratos. Pero los expertos distinguen claramente entre los presentadores, que llevan un atuendo controlado, y los colaboradores o invitados, que se ponen lo que quieren. Y otra posible explicación del cambio está en el espacio que los segundos han ido copando. “Siempre ha habido anónimos en televisión, pero antes tenían un papel menor”, reflexiona el periodista Pepe Colubi. “La llegada de las privadas y los programas de testimonio hicieron que pasaran a protagonistas. Con los del corazón ya se abrió la veda claramente. Los escotes de Yola Berrocal en Tómbola seguramente fueron un pequeño paso de la humanidad hacia el abismo”.

En alguna parte de ese abismo –todavía no sabemos si al final- está Sálvame. “Este programa es una pasarela y hay una visión completa de la ropa que llevan los colaboradores”, señala Colubi. “Los patrocinios son muy evidentes y la ropa de Belén Esteban forma parte de la idiosincrasia del programa”. Antes de tirarnos de cabeza a la nostalgia y suspirar por el vestuario que la televisión perdió, conviene recordar que no necesariamente cualquier tiempo fue mejor. Así lo recuerda Mayte Méndez de Vigo: “Entré en Telecinco en 1992 y era la época de las Mama Chicho. Había que confeccionar el atuendo para un ballet completo. Ahora ya no se diseña nada. Aquello era más creativo y también muy loco. Existían pocas reglas y daba igual vestir a la presentadora de un programa infantil con escotazo. Ahora está claro qué es lo correcto, porque se tiene en cuenta el tipo de programa, horario y público”.

Lorenzo Milá en su etapa al frente del Telediario de TVE
Lorenzo Milá en su etapa al frente del Telediario de TVE

La ropa que se ve en televisión despierta tanto interés que Méndez de Vigo mantiene un blog en Telecinco, llamado Estilista de guardia, donde explica qué hay detrás de los atuendos de Mercedes Milá y responde a las dudas de los espectadores. “La gente se fija en todo”, revela. “Cualquier cosa que lleve Sara Carbonero suscita una avalancha de correos para averiguar dónde comprarlo. Todo lo que se pone se agota”. En esto, como en casi todo, Internet y las redes sociales han cambiado el paisaje. Presentadores y series siempre han tenido la capacidad de generar modas, pero hasta hace poco no era tan fácil capitalizar esa influencia. Un rótulo final con un montón de marcas no era la forma más eficaz de mandar gente a las tiendas. Ahora el espectador puede preguntar en el blog dónde encontrar la ropa de Sara Carbonero e ir derecho a comprarla. Y la tienda online El Armario de la tele acorta todavía más el trayecto. Solo con hacer clic en la imagen de Patricia Conde, se podía adquirir lo que llevaba en el extinto programa Sé lo que hicisteis... Pero en breve ni siquiera será necesario desplazarse hasta el ordenador y se podrá comprar directamente desde la televisión. “Hay muchas propuestas sobre la mesa y va a ser inminente”, asegura Herrera.

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