“Mejor ser lloricas a que te salgan granos, tenemos el cutis finísimo”
Manos de topo presenta este sábado en Madrid su tercer trabajo, ‘Escapar con el anticiclón’ Dejan de lado la figura del calzonazos y evolucionan a la del “chulín que sabe que la ha cagado”
Manos de topo están bien. Siguen trabajando, ensayando y tocando su pop indie más propio de una tragicomedia que de película de sobremesa de Antena 3. Esta noche, de hecho, lo hacen en el Ochoymedio Club en Madrid. Y toda esta aclaración viene a colación porque después de que a finales del año pasado publicaran su tercer álbum Escapar con el anticiclón, las plumas de la crítica musical española se rindieron a sus pies augurando su mejor trabajo hasta el momento y bailando al mismo tiempo sobre la lápida de El primero era mejor, su segundo disco. “No es que nos odiáramos, ni que estuviéramos al borde del precipicio”, aclara Miguel Ángel Blanca, cantante de la banda. “De hecho, estamos muy orgullosos de nuestro segundo trabajo”.
Una vez comprobado que gozan de buena salud y les sigue gustando esto de la música -aunque sea a su manera-, Blanca, entre risas, continúa con la explicación: “Creo que lo que pasó es que el primer disco fue demasiado bien. Salió en esa época en la que la música indie reventó de repente, todos éramos muy ricos, se pagaban cachés increíbles. Y el segundo, sin embargo, se publicó justo cuando todo se vino abajo”.
Siguiente interrogante: ¿Ramón Rodríguez –alter ego de The New Raemon- es vuestro salvador? “Quizá Ramón fue ese clic para que nos decidiéramos a grabar un nuevo disco, pero no nos planteamos dejar la música en ningún momento”. El cantante y productor catalán se bajó del escenario después de un concierto con Manos de topo en Barcelona y como buen anfitrión les invitó a pasar 15 días en su estudio Ultramarinos Costa Brava. Durante ese verano del amor, hizo algo así como de pequeño dictador en un grupo con “demasiada democracia después de pasar por la autoproducción”, confiesa Blanca.
“Nuestra filosofía de trabajo y composición sigue siendo la misma. Llegamos al estudio con las canciones hechas”, explica el cantante. “Lo que aporta Ramón, además de los arreglos, es la orientación y una forma de producir muy profesional a la que no estábamos acostumbrados”. Escapar con el anticiclón ha cambiado las guitarras acústicas y el órgano PT1 -“muy divertido, pero limitado”-, por las eléctricas, teclados más grandes, y hasta violines. Miguel Ángel Blanca incluso ha suavizado un poco su voz tan característica. Además, tienen nuevo componente, Edu del grupo Nisei, que ya les acompañó en alguna ocasión en su anterior gira.
La mayor sorpresa de este disco es que los componentes de Manos de topo dicen haber vivido una crisis de los treinta que les ha devuelto a la inmadurez. “Al contrario de lo que piensa la mayoría, este trabajo es el que demuestra que cada vez tenemos las cosas menos claras cuando hablamos de las mujeres”, dice Blanca. Han pasado del calzonazos de Ortopedias bonitas al “chulín que la ha cagado” y le ruega a la chica que vuelva. Siempre con un regusto a chiste. “Manos de topo se entiende con el toque humorístico, sino nos tiraríamos por un barranco. Hay que reír y llorar, hacer un poco de purga, el rollo de exteriorizar está muy bien para evitar granos. Tenemos el cutis finísimo”.
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