Pet Shop Boys, 'Format'

Probablemente no haya un artista pop en el mundo que sepa tan bien cómo hacer sentir especiales a sus seguidores como este dúo inglés. A lo largo de 26 años de carrera han sabido llenar los lapsos entre álbumes con interesantes proyectos visuales y musicales y cuidadísimos recopilatorios. Con alguna excepción como su último álbum de éxitos, el incomprensible Ultimate, una raquítica retrospectiva a sus hits más conocidos que resultaba totalmente prescindible cuando el fabuloso y muy completo Pop Art seguía disponible en las tiendas.

Con Format, sin embargo, Pet Shop Boys vuelven a conseguir un producto recomendable para seguidores puntuales e imprescindible para fans. Y no solo por su espectacular diseño, obra como siempre de Mark Farrow. Este disco doble continúa el repaso al lado menos conocido del grupo en el punto en el que lo dejó el capital Alternative, su primer recopilatorio de caras B, cuya escucha es obligada para comprender la carrera del grupo desde todos sus ángulos. Por tanto, Format comienza en 1996, la época de Bilingual, y termina en 2009, año en que se publicó Yes. El recorrido es exhaustivo dentro de unos parámetros. Fieles a su detallismo y su amor por el concepto, aquí se incluyen solo caras B en el sentido más clásico. Es decir, canciones que acompañaron a sus sencillos en cualquiera de sus formatos. Las remezclas ya tienen su sitio en su discografía (la saga Disco), y celebradas rarezas como Fugitive o su versión del Viva la vida de Coldplay tendrán que encontrar su sitio.

Que la etapa que cubre Format sea más irregular que su primera década de vida (y globalmente menos inspirada) hace que no todo sea oro en estas 38 canciones. Sin embargo, no hay nada en él que carezca de interés. Además de mostrar su lado más oscuro y sus experimentos con los sonidos de moda de cada época (Disco Potential es puro breakbeat, The Ghost of Myself podría haber sido un sencillo de la primera Britney Spears), contiene varias joyas poco conocidas de su catálogo (I didn’t get where I am today, The truck-driver and his mate) y cumbres de su sofisticado humor, como esa versión de Discoteca en la que se oye gritar claramente “¡bakalao!”, la metarreferencial versión de We’re the Pet Shop Boys o su versión en formato dueto (con Elton John) del In Private que hicieron para Dusty Springfield.

Format, al fin, es un paso en firme más en lo que parece una de las obsesiones del dúo: gestionar su asombroso legado mientras están en activo, cerrando la puerta a que cualquier desaprensivo de la voraz industria pueda manchar su impecable catálogo cuando ya no esté bajo su control.

Valoración: 0 ABERRANTE, el mundo sería mejor sin él; 1 PRESCINDIBLE, nadie se acordará de él; 2 PASABLE, para incondicionales; 3 ACONSEJABLE, en su estilo merece la pena; 4 INDISPENSABLE, un éxito asegurado; 5 OBRA MAESTRA, uno entre un millón.