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Tentaciones

“Lo del Primavera Sound va a ser de risa”

El grupo de metal extremo Napalm Death se enfrentará en junio al reto de seducir a la audiencia ‘indie-pop’ del festival barcelonés Mark ‘Barney’ Greenway, líder de una de las bandas más influyentes del planeta, desvela las claves de ‘Utilitarian’, su nuevo álbum

Mark 'Barney' Greenway trajeado
Mark 'Barney' Greenway trajeadoCINDY FREY

Imaginemos al Hombre Lobo hambriento tras no lograr llevarse bocado a las fauces en cuatro Lunas Llenas sucesivas. Ahora llevemos al ofuscado licántropo a un salón de belleza y practiquémosle una depilación integral con cera fría. Los rugidos que tendrá que escuchar la esteticién son lo más parecido a la forma de cantar de Mark Barney Greenway, líder de la banda Napalm Death que este mes lanza álbum (Utilitarian, Century Media). Ellos serán a finales de mayo junto a formaciones como Lisabö, Orthodox, Goldflesh, Mayhem y Melvins uno de los figurones de un festival Primavera Sound que este año osará llevar a las audiencias indie-pop una variedad de los sonidos más extremos del metal. “Va a ser de risa, muy divertido. Iremos sin prejuicios: haremos lo que siempre hacemos independientemente del tipo de audiencia. Quizá a la gente le guste. Va a estar genial y va a ser muy interesante… de hecho cada vez se pone más interesante”.

Surgidos del anarcopunk de Birmingham hace más de 30 años, con 14 elepés y varios cambios de formación a sus espaldas, este grupo es de los pocos que puede arrogarse el mérito de haber fundado un subgénero del metal (el grindcore, con el rugido gutural en las voces y el blast beat en la batería como señas de identidad), un estilo que ha sido seguido después por decenas de bandas y que ha saltado hacia otros géneros. Además, son los autores You suffer, la canción más corta de la historia (1,3 segundos). De mente abierta, Barney (Great Barr, 1969) –cultivado, afable, futbolero y buen conocedor de España– tiende puentes hacia el público tradicional del Primavera Sound: “Nosotros también somos fans de bandas indies y del pop más oscuro como Joy Division y The Jesus and Mary Chain: son una de nuestras influencias”.

Barney rememora otros momentos en los que ha debido enfrentarse a audiencias heterogéneas. “Hemos tocado en fiestas patronales hace unos años en Galicia. Allí mucha gente acudía porque eran conciertos gratuitos; gente que, de lo contrario, no hubiera ido ni por asomo a nada remotamente parecido a Napalm Death. La cara que ponen es muy divertida. En realidad merece la pena y, si te digo la verdad, nunca he visto a nadie marcharse”.

Admito que estamos atrapados en el sistema

Pese a la contrastada influencia de la banda que lidera, y de haber compartido escenario con otras megaestrellas del metal, Barney exhibe al otro lado de la línea telefónica una humildad y una bonhomía desarmantes: “aluciné un poco cuando supe que me iba a entrevistar EL PAÍS”. Este vegetariano militante prefiere no recrearse en papel seminal de Napalm Death. “No me malinterpretes, es agradable que la gente diga eso y estamos agradecidos, pero no podemos vivir acomodados sobre esa idea. Eso sería muy arrogante y también negativo sobre mi trabajo como vocalista. Escuchar esos halagos es un poco embarazoso, la verdad”.

Consciente de que su agresiva forma de cantar ha creado escuela, se quita méritos: “Empecé a hacerlo cuando tenía 18 años. Simplemente sucedió. Y no, no me hago daño. Me cuido mucho: no fumo y tampoco bebo cuando voy de gira (lo que es especialmente beneficioso). Una vez tuve un problema precisamente en tu país. Sufrí una infección de garganta en Berlín y luego me tocaba cantar en España. Cuando subí al escenario todo el mundo estaba fumando. Después de dos canciones no podía respirar, literalmente: no me entraba el aire. Me asusté de verdad e incluso vino una ambulancia. Tenía una infección respiratoria de caballo y no pude cantar en dos meses. Esa es la única vez que he tenido problemas con la garganta. Bueno, también tuve una neumonía en una ocasión, pero no me afectó tanto”.

En su nuevo álbum el punto de mira está en la gran banca, el capitalismo salvaje y en los medios (algunos coercitivos) que ese sistema utiliza para preservarse. La contundencia en Napalm Death no solo está en el sonido, sino sobre todo en su mensaje: una postura sostenida en el tiempo (desde sus orígenes anarquistas) y de cuyas contradicciones son perfectamente conscientes: “A veces es muy difícil equilibrar el hecho de hacer discos a la manera tradicional y, a la vez, trasmitir el mensaje antimaterialista que intentamos trasladar con este álbum. Para hacer llegar ese mensaje estamos sirviéndonos del sistema, pero con un peaje: no siempre podemos controlar las consecuencias”.

Barney encaja con deportividad la pregunta sobre su relación con el dinero: “Admito que estamos atrapados en un sistema que ha sido establecido hace cientos de años y en el que todos dependemos del dinero. Pero con este álbum lo que queremos decir es que hay que mantener un cierto grado de resistencia, una protesta quizá de baja intensidad, pero constante, y preguntarse por las decisiones que tomamos en el día a día y las consecuencias que esas decisiones tienen. A mí, por cierto, me preocupa especialmente el caso de la industria textil. La cuestión es que si no mantenemos una resistencia, como la que está llevando por ejemplo el movimiento de OccupyWallStreet, vamos a dar más espacio aquello que queremos combatir, vamos a darles más margen para que sigan con la explotación”.

Portada de 'Utilitarian', de Napalm Death
Portada de 'Utilitarian', de Napalm Death

La traducción del título del elepé sería Utilitarista en referencia a la teoría del XVIII y XIX de Jeremy Bentham y John Stuart Mill según la cual lo útil es valioso: “El utilitarismo, como toda doctrina filosófica, recibe muchas interpretaciones diferentes y algunas de ellas son muy objetables, como el uso que hace de él el neoliberalismo”.

El sentido del álbum (las contradicciones internas que debe afrontar todo aquel que quiera cambiar las cosas) se explica por una portada cargada de simbolismo: una ilustración que además conecta con las fotos de la banda realizadas para este lanzamiento, en las que Barney aparece elegantemente trajeado: “El tipo en el suelo sería la representación del utilitarista y los que le patean, los trajeados, serían las propias ideas contra las que el tipo lucha, las cosas contra las que protesta. Lo que hicimos fue coger esa imaginería y llevarla a las fotos [de promoción] para combinar todos los elementos del diseño del álbum”.

“Hay una foto donde se nos ve a los cuatro miembros de la banda de frente con cuatro tipos trajeados a nuestra espalda, cada uno con una bolsa de papel tapándole la cabeza. Esos tipos son una continuación de los pateadores de la portada del álbum. Después me sacaron una foto a mí de traje y con una bolsa en la mano: así que uno de los tipos con la bolsa en la cabeza, y uno de los agresores de la portada, también soy yo. Es un giro que quisimos dar y no sé si se entiende, pero creo que funciona”.

Napalm Death y los hombres del traje
Napalm Death y los hombres del trajeCINDY FREY

Además de la política, Barney es un futbolero reputado, hincha confeso del Aston Vila. El año pasado el día grande del Primavera Sound coincidió con la final de la Champions League entre el Barça y el Manchester United, lo que abrió un gran debate sobre los horarios de los conciertos… “Bueno, el Barcelona no va tan bien este año… Un año es el Madrid, otro el Barça… yo tengo muchos amigos en el País Vasco y, la verdad, me interesan más el Athletic de Bilbao y la Real Sociedad” afirma sin poder evitar lanzar un mensaje reivindicativo: “Creo que el fútbol ha cambiado de tal manera que la gente está empezando a desvincularse de él. Mueve tanto dinero, las entradas son tan caras… Es insostenible, no sé cuál es la situación en España pero imagino que es lo mismo”.

Barney se despide educadamente a la espera de la próxima Luna Llena. No en vano uno de los mejores temas del álbum lleva por título The wolf I feed (El lobo al que alimento).

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