6 fotosEl Prado y el Thyssen amplían su oferta por la visita del PapaEl Prado y el Thyssen amplían su oferta por la visita del Papa 01 ago 2011 - 17:04CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceEsta imagen se ha convertido en uno de los iconos de la devoción española. Es una pintura muy plástica, la luz es la gran protagonista, que hace resaltar el fondo oscuro. La sensación que trasmite al espectador es que se trata de una talla esculpida y no una pintura. Por su serenidad y su indefinible misterio ha sido este lienzo punto de partida de meditaciones literarias, al menos, a Miguel de Unamuno le sirvió para el largo poema que lleva su nombre.El máximo exponente del Renacimiento alemán, Albert Durero, funde los mundos latinos y flamencos en una representación de Cristo como figura central, rodeado de personajes de parecida apariencia y resaltado por el foco de luz. Está fechado en 1506, cuando el artista viajó por segunda vez a Italia.Pintado entre 1310 y 1311, el retablo de Di Buoninsegna representa el momento en el que los discípulos de Cristo regresan de la ciudad con comida y se encuentran a Jesús hablando con una samaritana. El estilo naturalista muestra uno de los pasajes bíblicos más conocidos y distingue la figura del Mesías del resto mediante un cambio de proporciones.Destacado paisajista del Barroco. Se formó con Los Bibiena una familia de artistas de Bolonia, Italia. El pintor recogió algunas de las ruinas o acontecimientos de la vida pública de Roma, ciudad a la que se trasladó en 1711 y donde fue profesor en la Academia Francesa de dicha ciudad. En La piscina probática ilustra el milagro de Jesús, que recoge el evangelio de san JuanEl pasaje corresponde al episodio de la tempestad calmada que tiene lugar durante una travesía en barca en el lago Tiberiades.La paleta que Brueghel emplea en esta pintura es bastante reducida de color pero rica en matices y tonos, predominando en ella los verdes, azules y grises, que rompe con los intensos rojos y amarillos de las túnicas de los apóstoles. Destaca la minuciosidad y la calidad de la pincelada.En la obra pictórica de La última cena del pintor valenciano Juan de Juanes recuerda a la del artista italiano Leonardo. El cuadro trasmite una gran armonía por la composición de los ápostoles y los rostros delicados. Esta dulzura está lograda mediante la técnica del sfumato, inventada por el italiano, que consiste en una suave difuminación de las sombras y los contornos del rostro.