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En el segundo día de desfiles de alta costura de París, Chanel ha abandonado su ubicación predilecta, el Grand Palais. Se ha refugiado en el mismo espacio íntimo en el que mostró hace dos años una de las mejores colecciones de Karl Lagerfeld. El elogio del blanco y el papel que definió la primavera/verano de 2009 ha dejado paso a vestidos que harían las delicias de Molly Ringwald en La chica de rosa. El pabellón Cambon-Capucines está frente a los míticos salones de Coco en rue Cambon. Un escenario que fue replicado al detalle. Desde la característica escalera (que solo se descubrió al final), hasta un marco de espejo que aparece en una fotografía de los años 30 pasando por los biombos de Coromandel que cubrían el espacio.
6 fotos

La chica de rosa, según Chanel

La chica de rosa, según Chanel

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