Miedo a lo nuevo
Por estos días dentro de un mes estará terminando el festival de Cannes. Para entonces se habrán despejado ciertas incógnitas de las que en estos momentos plantea su adelanto del programa. ¿De dónde salen, qué han hecho antes algunos de los cineastas que figuran en la competición, canadienses, coreanos, tailandeses, iraníes, italianos, rusos, británicos, de la república de Chad, estadounidenses independientes, y naturalmente franceses, algunos poco conocidos, casi anónimos otros, aun a pesar de haber pisado en algún caso la alfombra roja de la Croissette, y hasta con éxito? Suelen esperarse nombres célebres, de peso, de los que tienen "un sonido mágico, un poder de encantamiento", en palabras del novelista colombiano Héctor Abad Faciolince; como si costara creerse, que se les puedan ocurrir obras de mérito a recién llegados, ligeros de solera.
Víctor Erice, que forma parte del jurado presidido por Tim Burton, no va a verse en ningún dilema por patriotismo, en un suponer que tal cuestión le preocupase, ya que no parece que vaya a haber ninguna película española en el concurso; fuera de competición se exhibirá la última coproducción con España de Woody Allen, y habrá un homenaje a Tristana de Buñuel en su 40 aniversario. Se ve que los programadores de Cannes no han encontrado desconocidos españoles de valía, de su gusto al menos. Pero haberlos, haylos. Ahí está el concurso de cortos notodofilm.fest.com, que acaba de otorgar sus premios anuales. Cualquier curioso que acceda a verlos en Internet, saltándose la morralla, quizás se sorprenda del ingenio, cuando no del talento genuino de algunos participantes. Escarbando, se pueden encontrar obras valiosas. Y es que, a fin de cuentas, los festivales están para descubrir y no para repetir fórmulas tradicionales que, por cierto, parecen estar agotándose. Cannes, el más vivo, suele apostar por valores nuevos. Y a veces acierta. Pero incluso a Cannes le queda camino para sintonizar con los cambios que están sucediendo. Berlanga decía que el cine desaparecería cuando se convirtiera en cultura...
Babelia
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