La crítica de cine, a examen en Huelva

La crítica de cine y los cineastas no pasan por un buen momento en sus relaciones, en opinión del crítico de cine de RNE Javier Tolentino, quien ha comparado esta relación con la que mantienen los periodistas deportivos con el entrenador del Real Madrid, Bernd Schuster, durante el II Encuentro de Crítica Cinematográfica que se desarrolla en Huelva. El encuentro, en el que este año participan críticos españoles y argentinos, en la sede Santa María de La Rábida de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), se celebra como acto paralelo del Festival de Cine Iberoamericano, y sirve "para reflexionar sobre la critica cinematográfica, y pensar en la relación entre directores y creadores de películas y los que la criticamos".

Tolentino ha admitido que los directores "se toman la critica muy mal, casi siempre, y muy bien cuando se trata de elogiar su obra y difícilmente asumen las críticas de alguien que consideran que no sabe de cine, pero estamos condenados a entendernos, y de eso se trata en este tipo de espacios". Para el organizador, reuniones como la inaugurada hoy "ayudan a entender las presiones que los directores tienen a la hora de hacer la obra, y que ellos entiendan que no tenemos el objetivo de difundirla obra como si fuesen patatas fritas".

Homenaje a Azcona

Además, el festival rindió ayer homenaje al guionista Rafael Azcona, fallecido el pasado marzo, que ha sido definido por el actor Sancho Gracia como "el mejor guionista no de España, sino del mundo". Manuel Vicent señaló por su parte que Azcona pertenecía a la llamada Escuela de Madrid, un grupo de cineastas que "tenían una premisa, que era ir contra el alba, porque el amanecer les obligaba a volver a sus vidas normales (...) y llegar a la noche vivo y sorprenderse de que se estaba vivo era lo que más les excitaba".

Por su lado, el periodista Ángel Sánchez Harguindey ha destacado sobre el guionista la importancia que tuvo en su vida Antonio Mingote, que le proporcionó libros de autores como Kafka o Dickens, y el hecho de trabajar en la revista La codorniz, "donde conoció a todo el mundo y empezó a vivir de sus colaboraciones".