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David King, químico: “Hay científicos estudiando cómo enfriar el planeta, nadie debería detener estos experimentos”

El investigador británico pide reglas globales para probar medidas extremas contra el cambio climático como el blanqueamiento de nubes marinas sobre el Ártico

David King químico
Clemente Álvarez

¿Qué pasa si un país decide unilateralmente poner en práctica un experimento a gran escala para enfriar una parte del planeta que puede generar efectos no deseados más allá de sus fronteras? A Sir David King (Suráfrica, 86 años), eminente químico británico y experto en la lucha climática, no le preocupa tanto que se investiguen medidas extremas que considera pueden ser posibles soluciones contra el calentamiento del planeta, pero sí que se apliquen antes de que los países se pongan de acuerdo en cómo deben usarse. Hace 10 años, como negociador climático del Reino Unido, King fue uno de los promotores de que se incluyera en el Acuerdo de París el objetivo de 1,5 grados, límite de seguridad que se empieza a sobrepasar. Ahora es presidente del Climate Crisis Advisory Group, y hace unos días participó en Madrid en una jornada sobre alternativas contra el cambio climático organizada por las universidades de Vigo y Pontificia Comillas, junto al CSIC.

Pregunta. ¿Por qué defiende que necesitamos un nuevo enfoque en la lucha contra el calentamiento del planeta?

Respuesta. Necesitamos un nuevo enfoque, sí. Son muchos los motivos, pero le voy a dar tres hechos. El primero: en los últimos 10 años Groenlandia ha estado perdiendo 30 millones de toneladas de hielo cada hora. Si se derrite toda Groenlandia, el nivel del mar será 7,5 metros más alto en todo el planeta. Hay mucho hielo allí. ¿Esto es irreversible? Puede que sí, y puede que no. Para nosotros no está claro por qué dejaría de derretirse. En cualquier caso, el futuro de la humanidad no se ve muy bien si el nivel del mar sube 7,5 metros. Y esto es solo en Groenlandia. Si vamos a la capa de hielo de la Antártida Occidental, ahí se puede enviar al océano seis metros más de aumento del nivel del mar. Si se suma todo esto, la subida del nivel del mar cambiará el mapa del mundo. El segundo hecho es que las temperaturas han llegado ya muy por encima de 1,5 grados. En enero de este año, la temperatura global fue de 1,75 grados por encima del nivel preindustrial. Puede bajar, así que no podemos tomar una sola cifra, pero el objetivo de 1,5 ya se está superando. Tercer hecho, solo tengo que decir Valencia y ya se puede ver el enorme riesgo al que nos enfrentamos.

P. ¿Qué hay que hacer para reequilibrar el clima del planeta?

R. Supongamos que pudiéramos llegar a emisiones cero mañana en el mundo. Por supuesto, es imposible, pero si pudiéramos, ¿dejaría de derretirse el hielo de Groenlandia? Nosotros pensamos que no. Groenlandia ya se está derritiendo irreversiblemente con la situación actual. Necesitamos más acción ahora, hay cuatro erres esenciales para el futuro de la humanidad: reducir, retirar, reparar y resiliencia. Lo primero que debemos hacer—y déjeme enfatizar esto— es reducir las emisiones, de forma rápida y contundente. Hoy estamos emitiendo más de 40.000 millones de toneladas de CO₂ al año a la atmósfera. Y siguen aumentando. Si no reducimos las emisiones, francamente, estamos fritos. Pero también necesitamos retirar gases de efectos invernadero que ya están en la atmósfera, debemos idear nuevas formas de capturar y eliminar gases como el CO₂ y el metano. La tercera erre es reparar: ¿Podemos evitar que el hielo que se forma sobre el mar Ártico en invierno se derrita cuando vuelve el sol en verano al Polo Norte? Hay varios grupos de investigación en el mundo que están estudiándolo. Y la cuarta erre es resiliencia. Cada ciudad del mundo necesita desarrollar resiliencia. Cada región del mundo necesita adaptarse a lo que va a suceder. Cada alcalde debe preocuparse por eso.

P. ¿Por qué sería positivo evitar que el hielo sobre el mar del Ártico se derrita en verano?

R. En invierno, el hielo que se forma sobre el mar Ártico refleja los rayos solares, pero en verano esa delgada capa de hielo desaparece y el mar azul absorbe el calor.

P. Pero algunas de estas actuaciones para “reparar” el clima del planeta son medidas extremas que no se han probado nunca.

R. La palabra “extremas” ya tiene una carga, pero sí, para parar el cambio climático necesitamos medidas extremas. Es verdad que no se han probado, a mí también me preocupa, pero hace falta un procedimiento de gobernanza para gestionar todas estas tecnologías. Tomemos el ejemplo de India: cientos de miles de indios pueden morir en un verano por estrés térmico. El número actual ya es alto, pero no se publican cifras. Las muertes podrían superar el millón de personas por el calor. ¿El Gobierno de India va a impedir que sus científicos intenten resolver este problema? Esto me preocupa: que un país o una empresa privada lo hagan solos por su cuenta. Hay científicos estudiando cómo enfriar el planeta, nadie debería detener estos experimentos. Pero esas investigaciones no deben llevarse a la acción hasta que tengamos procedimientos de gobernanza global adecuados.

P. ¿Cómo son estas investigaciones para enfriar el planeta?

R. La técnica que conozco más de cerca es la de blanqueamiento de nubes marinas. Una nube oscura, como las que traen lluvia o nieve, absorbe el calor del sol, pero una nube blanca refleja la luz solar de vuelta al espacio. La idea es conseguir cubrir la región del Círculo Polar Ártico con nubes blancas durante tres meses del año, usando para eso agua de mar. Se pueden crear pequeñas gotas de agua de mar, que luego asciendan con el calor y pierdan el agua, dejando cristales de sal suspendidos a unos 2.000 metros de altura, para volver las nubes blancas. Esto es lo que estamos intentando hacer. Si algo saliera mal y las nubes se desplazan a lugares donde la gente no quiere que estén, podemos dejar de producirlas. Pero la idea no es barata. Requeriría 2.000 barcos en toda la región del Polo Norte y esto costaría muchos miles de millones de dólares.

P. ¿No cree que es peligroso aplicar ingeniería climática sin conocer todos sus efectos?

R. Lo que está ocurriendo ahora es muy peligroso. Mira el huracán Melissa: cuando golpeó Jamaica, viajaba a 200 kilómetros por hora. ¿Dónde habíamos visto antes un huracán tan feroz?

P. Y estas medidas extremas, que tampoco se sabe si funcionan, ¿no son una distracción para reducir el consumo de combustibles fósiles?

R. La prioridad debe ser dejar de usar combustibles fósiles. Hoy, la inversión en sistemas de energía renovable en el mundo es del orden de cientos de miles de millones de dólares, el dinero del que estoy hablando es de cientos de millones, un precio pequeño a pagar para crear un futuro posiblemente manejable para la humanidad. Y digo “posiblemente” porque tiene razón, no sabemos si va a funcionar, pero lo estamos intentando.

P. ¿Cree realmente posible ponerse de acuerdo entre los países sobre cómo gestionar estas técnicas para alterar el clima de forma artificial?

R. Es muy importante que lo hagan, pero en este momento no podemos esperar que todos los países del mundo estén de acuerdo. Diría lo mismo sobre todas las acciones climáticas. Ni Rusia ni Estados Unidos van a tomar medidas serias sobre el cambio climático, pero el resto del mundo tenemos que actuar en las cuatro erres. Si logramos un acuerdo entre China, India, Brasil (que acoge la cumbre del clima), la Unión Europea y el Reino Unido (ya no estamos en la Unión Europea, y me entristece), luego podemos esperar que EE UU y Rusia se unan más tarde. Me resisto a creer que la negativa de EE UU y Rusia sea el final de la partida, no puede ser, tengo nietos pequeños. Y la prioridad debe ser dejar de usar combustibles fósiles, si no estamos acabados.

P. Bill Gates ha dicho que el cambio climático no va a acabar con la humanidad y ha pedido otro enfoque que no se centre tanto en la reducción de emisiones. ¿Qué opina?

R. Está citando a alguien que no es científico, yo soy científico.

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Sobre la firma

Clemente Álvarez
Es el coordinador de la sección de Clima y Medio Ambiente de EL PAÍS y está especializado en información ambiental, cambio climático y energía. Ha trabajado para distintos medios en España y EE UU, como Univision, Soitu.es, la Huella en La2 de TVE... Fue también uno de los fundadores de la revista Ballena Blanca.
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