Un empresario español es investigado en Bolivia por ser parte de una red de caza ilegal de jaguares
La empresa argentina Caza & Safaris ofrecía paquetes de hasta 48.000 euros para matar animales silvestres en áreas protegidas
![El empresario español Luis Villalba Ruiz (derecha) y Jorge Néstor Noya, propietario de Caza & Safaris, posan junto a un jaguar presuntamente cazado en el área protegida AMNI San Matías, en Bolivia.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/34P6AXJMZVHLXHM7H5NYJXN2SY.jpg?auth=c59caf6a9a26bca7dd2f821654c8a21a5cdd085ed792086007512bebe9179530&width=414)
Las fotografías de sonrientes cazadores posando con cadáveres de jaguares colgados cabeza abajo se hicieron virales en Bolivia. Los retratados son socios y clientes de la empresa Caza & Safaris, una red con sede en el municipio de Dolores, en Buenos Aires (Argentina), que ofrecía paquetes de hasta 48.000 euros a norteamericanos y europeos para la caza ilegal de animales silvestres en Argentina, Brasil y Bolivia. La Policía Federal Argentina realizó en agosto del año pasado un operativo al respecto en el que se incautó de más de 3.000 trofeos de caza y en el que siete personas fueron imputadas. Mientras tanto, en Bolivia, la Fiscalía abrió la semana pasada una investigación contra Jorge Néstor Noya, ciudadano argentino y presunto cabeza de la organización, y su cliente español Luis Villalba Ruiz, quien presuntamente mató a cinco jaguares en territorio boliviano en septiembre de 2023.
Noya, quien cumple detención domiciliaria en Argentina, y Villalba son acusados por los delitos de biocidio y destrucción o deterioro de bienes del Estado y la riqueza nacional, por los que podrían afrontar hasta 19 años de prisión. “Sabemos que el señor Villalba adquirió el paquete para cazar en el área protegida de San Matías. Su paradero es desconocido y queremos respuestas de Migración y de Navegación Aérea y Aeropuertos Bolivianos (Naabol) para conocer su plan de vuelos”, explicó el pasado jueves Alberto Zeballos, fiscal departamental de Santa Cruz, ciudad boliviana que circunscribe este parque natural. La denuncia fue interpuesta por la diputada María Rene Álvarez, el colectivo Llanto del Jaguar y el guardaparque Marcos Uzquiano.
Noya atraía a clientes extranjeros en los viajes anuales que realizaba a las convenciones organizadas por la Asociación Estadounidense Safari Club International (SCI), en Estados Unidos, y Expo Cinegética, convención anual de caza en España, de acuerdo con una investigación periodística de la revista Nómadas, que tuvo acceso a los cuadernos de investigación en Argentina. Se presume que en esta última feria conoció a Villalba, quien en una entrevista colgada en YouTube se define como “uno de los pocos cazadores con arco en el mundo”. Desde España, llegó a Argentina, donde, volando con una avioneta, presuntamente se adentró en la selva boliviana para matar a cinco jaguares, especie en peligro de extinción incluida en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
“En las fotografías [de los cazadores con los cuerpos de los jaguares] identificamos a otros españoles que forman parte de estos safaris”, cuenta el director de la revista Nómadas, Roberto Navia. Uno de ellos es Eduardo Romero Nieto, médico y dueño del Museo de la Fauna Salvaje, en León, quien ha declarado a este periódico haber “estado en la Argentina con él [Jorge Néstor Noya] cazando en la berrea”. Pero ha asegurado: “Yo no he hecho caza ilegal en mi vida”. Además, ha dicho no tener “noticias” de que Noya, el hombre detrás de Caza & Safaris, estuviera en prisión domiciliaria.
Otro de los españoles que aparece en las fotografías es el odontólogo Diego Romero Ferragut, a quien este periódico ha intentado contactar sin éxito. En la clínica dental en la que trabaja, tras ser informados de la razón por la que se les llamaba, han colgado sin dar declaraciones.
La red liderada por Noya opera desde 1979. Desde entonces, 30 son los viajes constatados a la selva boliviana. Los restos de los animales atravesaban un proceso de taxidermia en talleres ilegales de Argentina y luego eran enviados como “trofeos” a los países de los diferentes clientes cazadores. A pesar de que la investigación del lado boliviano sigue en curso, la destitución en enero del director del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) sugiere que funcionarios públicos tienen conocimiento del caso e incluso formarían parte de la organización. Según se pudo comprobar en la redada ejecutada por la Policía argentina —en la que se incautaron de 37 vehículos, un inmueble en la costa atlántica y tres terrenos de práctica de caza—, además de jaguares, cazaban ciervos, jabalíes y búfalos.
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