Guterres carga en Davos contra los bancos que se apean de la lucha climática: “Estáis en el lado equivocado de la Historia”

Mientras la ley del silencio verde se impone en el mundo empresarial y financiero de Estados Unidos de la mano de los republicanos y de Donald Trump, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha mandado este miércoles desde la cumbre de Davos, el gran foro del capitalismo global, un recado a los bancos y fondos de inversión que en las últimas semanas se están saliendo de diversas alianzas que pretendían impulsar la descarbonización de la economía. “Es miope”, ha dicho sin poner paños calientes. “Es egoísta y también contraproducente”, ha añadido antes de lanzar otro reproche más de calado a estas empresas y fondos: “Estáis en el lado equivocado de la Historia. Estáis en el lado equivocado de la ciencia”.

Este discurso en Davos de Guterres es la primera intervención pública del secretario general de la ONU desde la toma de posesión de Trump, que ha ordenado que EE UU se retire de dos de los principales acuerdos y organismos que apadrina Naciones Unidas: el Acuerdo de París y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ambos pasos suponen un ataque directo al multilateralismo y a la salud global.

Pero Guterres ha dejado claro en la pata medioambiental de su intervención que, pase lo que pase, es “inevitable el fin de la era de los combustibles fósiles, sin importar cuánto intenten detenerlo los intereses creados”, en referencia a la presión del sector del petróleo y el carbón contra las tecnologías solar y eólica. Y la razón principal, según Guterres, es que “la energía barata y abundante proporcionada por las energías renovables” supone “una oportunidad económica extraordinaria”, algo que “beneficiará a las personas en todos los países”.

A pesar de las palabras de Guterres, lo cierto es que en el sector empresarial más comprometido contra el cambio climático existe una sensación de shock por la llegada de Trump y por los pasos atrás dados por muchas entidades financieras y fondos en Estados Unidos ante el temor a ser perseguidos por los republicanos, como ha ocurrido ya. Del miedo a que se les tachara de practicar el greenwashing o ecopostureo —es decir, que se les cazara haciéndose pasar por comprometidas con el medio ambiente— se ha pasado a lo contrario: a no querer figurar públicamente dentro de las alianzas que persiguen la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en sus áreas de negocio.

Antes de que Trump volviese al Despacho Oval este lunes, 2025 había comenzado con un goteo de entidades financieras estadounidenses anunciando que se retiran de una alianza internacional nacida en la cumbre del clima de Glasgow, de 2021, que tenía como objetivo limpiar de emisiones al sector bancario global. Los seis bancos más importantes de EE UU —JP Morgan, Citigroup, Bank of America, Morgan Stanley, Wells Fargo y Goldman Sachs— han dejado esa alianza (NZBA, sus siglas en inglés) auspiciada por la ONU.

A ellos se les unió hace una semana BlackRock, el mayor grupo de inversión del planeta (más de 10 billones de euros en activos bajo gestión), que ha abandonado el llamado foro Net Zero Asset Managers, que también persigue el objetivo de llegar a las emisiones netas cero a mediados de siglo. El caso de BlackRock tiene una carga simbólica importante, porque bajo la batuta de su fundador y jefe, Larry Fink, se había convertido en uno de los mayores apologetas de lo verde. Pero, según ha explicado en una carta su vicepresidente, Philipp Hildebrand, formar parte de esa alianza “causaba confusión sobre las prácticas de BlackRock” y les “había sometido al escrutinio legal por varios organismos públicos”.

“Varias instituciones financieras e industrias están dando marcha atrás en sus compromisos climáticos”, ha lamentado Guterres este miércoles. Pero el secretario general de la ONU ha recordado en Davos que el liderazgo de los ejecutivos de las empresas presentes en ese foro es básico para la lucha contra el calentamiento “ahora, más que nunca”. “No retrocedáis”, ha rogado. “Manteneos en el lado correcto de la Historia”, ha insistido.

Porque el máximo responsable de la ONU ha recordado que “el calentamiento global avanza a toda velocidad”, por lo que la humanidad no puede permitirse retroceder en el camino de la reducción de las emisiones de efecto invernadero, causadas principalmente por la quema de combustibles fósiles. “Los gobiernos deben cumplir su promesa de elaborar nuevos planes nacionales de acción climática para toda la economía este año, mucho antes de la COP30 en Brasil”, ha recordado Guterres. Esa obligación viene marcada por el Acuerdo de París, del que Trump va a apear a Estados Unidos, algo que algunos analistas temen que pueda suponer una pérdida de ambición por parte de otros países.

Gobernanza global

El secretario general también ha subrayado en su discurso que el sistema de gobernanza global está mal preparado para afrontar los desafíos de esta época, una auténtica caja de pandora de problemas, según su punto de vista, que incluye las tensiones geopolíticas, las desigualdades crecientes y el asalto contra los derechos humanos.

Si la exigencia de abordar de forma cooperativa la crisis del cambio climático fue la primera que ha destacado, Guterres también ha subrayado con especial atención la necesidad de definir conjuntamente la gobernanza de la inteligencia artificial. Ambas son consideradas por el líder de la ONU amenazas existenciales a la par del riesgo de conflicto nuclear.