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¿Cómo es una avispa asiática? Cuatro ilustraciones para distinguirla

Este insecto es invasor y provoca una picadura muy dolorosa, pero no hay que confundirlo con otras variedades autóctonas, algunas de ellas inofensivas y muy beneficiosas

Su expansión por el norte de España ha sido imparable y supone una amenaza para las abejas de las que se alimenta y también para los seres humanos. Se trata de la avispa asiática (Vespa velutina), una especie invasora que se está expandiendo por España y toda Europa, con una picadura muy dolorosa, y cuya presencia se constata en verano, cuando amplían sus nidos y las colonias se vuelven mucho más grandes.

Esta especie se alimenta de fruta, abejas y otros insectos, produciendo importantes daños a la apicultura. El temor entre los humanos a este avispón puede provocar un rechazo hacia otras variedades grandes. Sin embargo, hay avispas autóctonas de gran tamaño, como la mamut o la goliat, que resultan inofensivas y muy beneficiosas. A continuación, unas pistas para aprender a identificarla.

1. Mucho más grande

Para distinguir una avispa asiática, lo primero en lo que hay que fijarse es en el tamaño del insecto. Una obrera de esta especie invasora es casi el doble de grande que una avispa común, tipo Vespula germanica.

2. Más oscura

El color de su abdomen es también muy diferente. Mientras que las avispas más comunes (que pueden ser varias especies) tienen sus características bandas amarillas, la asiática es mayoritariamente negra, con alguna mancha amarillo anaranjada.

3. Patas con otros colores

En la avispa asiática también resultan muy distintivas sus patas, que son negras con el extremo de color amarillo.

4. Picadura más dolorosa

El tamaño más grande de la avispa asiática hace que cuando pique inocule una mayor cantidad de veneno. Mientras que la picadura de la avispa común se caracteriza por un dolor intenso, inflamación y enrojecimiento de la piel, la de la asiática produce un dolor mucho más agudo, acompañado de una fuerte quemazón. Se ha descrito un caso en España con un paciente atacado por una avispa asiática que requirió de dos meses de cuidados.

Otras especies gigantes

No todas las avispas grandes son asiáticas, ni tampoco invasoras, ni tampoco todas pican. Hay variedades autóctonas e inofensivas que resultan muy valiosas por su papel como polinizadoras o en el control de otros insectos.

Ilustración de Enrique Murría

Avispa mamut

La Megascolia maculata es una avispa mamut que puede confundirse con la asiática, a pesar de ser más grande, pues se trata de la especie de himenóptero de mayor tamaño de Europa. Sin embargo, esta avispa es autóctona e inofensiva. Además de por su mayor tamaño, se puede diferenciar de la asiática por sus patas completamente negras y por las cuatro manchas amarillas de su abdomen, así como por el color amarillo en toda su cabeza.
Ilustración de Enrique Murría

Abejilla

La abejilla (Sesia apiformis) es en realidad una mariposa que imita a las avispas. Se diferencia bien por la ausencia de estrechamiento al principio de su abdomen y por sus alas transparentes.
Ilustración de Enrique Murría

Avispa goliat

La avispa goliat (Scolia erythocephala) es fácil de confundir con la asiática, pero se diferencia por sus patas completamente negras. También es inofensiva.
Ilustración de Enrique Murría

Cazarañas gigante

La avispa Cryptocheilus alternatus es otra variedad gigante que como su nombre indica caza arañas e incluso tarántulas. Se puede distinguir de la avispa asiática por la coloración rojiza de sus alas, por su abdomen con mayor proporción de amarillo o por sus largas antenas amarillas. Resulta inofensiva para los humanos.
Ilustración de Enrique Murría

Avispón europeo

El avispón europeo (Vespa crabro) es una pariente cercana de la asiática, pero autóctona y menos problemática. Aunque de tamaño similar, mientras que el avispón asiático es principalmente de color negro, el europeo tiene colores rojizos en la cabeza, marrones en el torax y mucho más amarillo en el abdomen.

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