Aemet alerta de la primera ola de calor del verano entre el jueves y al menos el sábado
El episodio de temperaturas extremas afectará a Baleares y toda Península, excepto al cuadrante noroeste y al área cantábrica
El episodio de altas temperaturas que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) anunciaba para finales de semana ha subido un escalón y se ha convertido ya en una ola de calor, la primera en lo que va de verano, que se barruntaba tórrido pero que hasta ahora estaba siendo contenido. De hecho, junio fue el primer mes frío en España desde abril de 2022. Con la emisión de un aviso especial este martes, Aemet anuncia que el fenómeno supera los umbrales de intensidad, duración y extensión requeridos para hablar de ola de calor. Será a priori corta, ya que durará entre el jueves y al menos el sábado, pero afectará a toda la Península, salvo el cuadrante noroeste y el área cantábrica. El pico de la ola se producirá el viernes y los 38° se instalarán de forma generalizada en los termómetros de las zonas más golpeadas, la mitad sur y el cuadrante noreste, con hasta 40°-42° en los valles del Guadiana, del Tajo y del Ebro e incluso 42°-44° en el del Guadalquivir.
La causa es la de siempre en estos casos: un potente anticiclón sumado al calor autóctono y reforzado por la entrada de una masa de aire cálido del Sáhara. Así, Aemet detalla en su nota que el amplio anticiclón, situado en estos momentos en el interior de Argelia, “se intensificará y extenderá durante los próximos días hacia el oeste”. Este movimiento inducirá un flujo de componente sur, que a su vez introducirá sobre la Península y Baleares “una masa de aire muy cálido, seco y estable” procedente del norte de África.
La presencia de este aire cálido, más la elevada insolación debido a la gran estabilidad atmosférica, dará lugar a “un ascenso generalizado y progresivo de las temperaturas en buena parte del área peninsular, principalmente entre el jueves y el fin de semana”. No será el calor normal, sino unos “valores térmicos más altos que los habituales” en toda la Península, excepto en el noroeste peninsular y el área cantábrica, “donde habrá un flujo atlántico, más fresco”, puntualiza la agencia.
En las zonas más castigadas, desde el jueves, se superarán de forma bastante generalizada los 38°, que se convertirán en 40°-42° en zonas del Guadiana, del Tajo y del Ebro; e incluso en 42°-44° en el Guadalquivir. El día álgido será el viernes, cuando en lugar de 38° hará 40° en dichas zonas. También hará un calor extraordinario, pero menos intenso, en la meseta Norte y en el interior de Mallorca, donde se alcanzarán 36° y, puntualmente, 38°.
Las mínimas también serán elevadas: no bajarán de 24°, noche tropical, casi tórrida, en amplias zonas del sudeste y, de forma más puntual, en otras áreas de la mitad sur y depresiones del noreste. Y además del calor de día y de noche, hará calima, ya que la irrupción de esta masa vendrá acompañada de polvo en suspensión. La calima afectará sobre todo a la mitad sur y al este peninsular el jueves y viernes.
A partir del sábado, Aemet considera “probable que la entrada de una masa de aire atlántica más fresca dé lugar a un descenso térmico en la vertiente atlántica peninsular”. Sin embargo, las temperaturas aún serán bastante altas en el resto del país, principalmente en el tercio este, donde para colmo “el viento de componente oeste provocará un aumento adicional, con máximas que pueden alcanzar los 42°-44° en los valles del Ebro, el Júcar y el Segura”.
Ya el domingo, se prevé que el descenso térmico amplíe al área cantábrica y al cuadrante noreste peninsular, y puede ser especialmente acusado en torno al valle del Ebro. En el resto de la Península y Baleares, las temperaturas continuarán cayendo de forma ligera, excepto en los litorales del sudeste, donde podrían ascender. A partir del lunes hay incertidumbre y resulta “difícil precisar el fin de la ola de calor”. Hoy el escenario más probable es “un nuevo ascenso de las temperaturas, que podría prolongarse hasta mediados de semana”.
Aunque Canarias también se verá afectada por la misma masa de aire y se producirá una subida progresiva de temperaturas, que serán “significativamente elevadas”, no será una ola de calor en el archipiélago. Las zonas más afectadas allí serán las medianías y las cumbres de la vertiente sur, con más de 34°. El peor día será también el viernes, cuando incluso se podrá llegar a 36°-38° en el sur de Gran Canaria. “A partir del sábado, es probable que se inicie un descenso térmico que se prolongaría durante el domingo, volviendo a valores más habituales para la época”, concluye Aemet.
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