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Francia enfrenta una ola de calor tardía con temperaturas que podrán superar los 40 grados: “Estemos todos alerta”

Las autoridades se movilizan para evitar un desastre como el de 2003, cuando se registró un exceso de mortalidad de 15.000 personas en otro episodio de altas temperaturas

Ola de calor Francia
Un grupo de turistas hace cola para coger un ferri en Marsella, al sur de Francia, este sábado.Daniel Cole (AP)
Sara González

La canícula se instala en Francia. Desde el noreste hasta el suroeste del país, al menos 28 departamentos se encuentran este sábado bajo vigilancia naranja, con temperaturas superiores a los 30 grados que, en algunos casos, podrán incluso exceder los 40 grados. El organismo público Météo France ha advertido de que la ola de calor alcanzará su pico de intensidad a inicios de la próxima semana y que el episodio de altas temperaturas, excepcionalmente tardío, se anuncia como el “más caluroso del verano 2023″. Las autoridades ya han emitido recomendaciones para anticipar sus consecuencias y evitar el drama de 2003, cuando se registró un exceso de mortalidad de más de 15.000 personas.

“En el trabajo, de camino a casa o de vacaciones, estemos todos alerta: asegúrense de mantenerse hidratados y cuiden de las personas vulnerables”, instó el viernes la primera ministra, Élisabeth Borne. El Gobierno convocó el jueves una reunión interministerial de crisis para anticipar las consecuencias de las altas temperaturas y activó un número especial que recomienda cómo protegerse de las altas temperaturas. El ministro de Sanidad, Aurélien Rousseau, ya había advertido el jueves en X (antes Twitter) de que la canícula, que empezó la semana pasada, será “inhabitual por su duración y su intensidad”.

Un grupo de turistas se refugia a la sombra de un árbol, este sábado en Marsella.
Un grupo de turistas se refugia a la sombra de un árbol, este sábado en Marsella.Daniel Cole (AP)

Los niveles de vigilancia son cuatro: el naranja es el tercero y el rojo, que impone una “vigilancia absoluta”, el máximo, según Météo France. El mercurio, ha alertado el organismo, será particularmente elevado en ciudades como Montélimar, en el departamento de la Drôme (sureste del país), donde se esperan temperaturas de hasta 38 °C. Pero también en Aviñón y Lyon, con máximas de 37. En esta última ciudad, el termómetro ya subió el jueves hasta los 36,6.

El episodio de canícula coincide además con el regreso de las vacaciones. El organismo público Bison Futé, que monitorea el tráfico en las carreteras del país, ha emitido una alerta roja para los retornos a casa. En la autopista A7 por ejemplo, que une Lyon con Marsella (sureste), se han registrado importantes atascos. Los paneles luminosos emiten mensajes de prevención y recuerdan la importancia de refrescarse.

El episodio meteorológico se debe a lo que se llama un domo o una cúpula de calor, un fenómeno que se caracteriza por la presencia de una masa de aire caliente formada bajo condiciones de alta presión. Cuando esta presión atmosférica empuja el aire caliente hacia abajo, actúa como una especie de tapa que encierra el calor. Météo France lo compara con una bomba de bicicleta. Otra característica de la actual ola de calor es el hecho de que se produzca a finales de agosto, lo que, según los expertos, es una de las consecuencias del cambio climático.

“Todas las olas de calor observadas en Francia metropolitana después del 15 de agosto lo fueron en el siglo XXI, no ha habido ningún otro caso en el siglo XX, lo que constituye otro marcador del cambio climático”, ha señalado Aurélien Ribes, del Centro Nacional de Investigaciones Meteorológicas, durante una entrevista el viernes con BFMTV. El país ha registrado 46 olas de calor desde 1947. Y el récord se alcanzó en 2012, cuando se extendió del 17 al 21 de agosto con temperaturas de hasta 41 grados.

Evitar la catástrofe de 2023

Ante la llegada de temperaturas sofocantes, el Ejecutivo ha extremado las precauciones. El objetivo es evitar una repetición de la canícula de 2003, cuando murieron casi 15.000 personas. Tras el drama, las autoridades incluyeron el fenómeno de canícula en el sistema de alertas de Météo France. Este verano, nadie quiere dar un paso en falso. “Aprendimos del drama de 2003″, afirmó el viernes con contundencia la ministra de las Solidaridades, Aurore Bergé.

Entre otros, la ministra detalló que se habían desplegado todas las herramientas para garantizar la “seguridad sanitaria” de los 600.000 franceses que viven en las residencias de ancianos. Los Ayuntamientos afectados por las altas temperaturas tienen también la obligación de llamar a todas las personas ancianas y aisladas de su zona.

En los últimos días, varios sectores quisieron anticipar los efectos de las altas temperaturas. La eléctrica estatal EDF, por ejemplo, ha informado de una posible reducción de la producción de electricidad desde este fin de semana en dos grandes centrales nucleares a orillas del Ródano. Las plantas usan el agua del río para refrigerar sus circuitos, pero podrán dejar de utilizarla ya que la temperatura de esas aguas se situarán entre 26 y 29 grados. La medida no es excepcional y ya se tomó en años anteriores.

El mundo del fútbol también se ha preparado. La Liga francesa ha retrasado dos horas el inicio de dos partidos previstos este sábado.

En las ciudades, donde el efecto del calor cobra otra intensidad, las autoridades recomiendan acercarse a lugares frescos como las bibliotecas, los parques o los museos con aire acondicionado. En la ciudad de Clermont-Ferrand, en el centro del país, el Ayuntamiento ha reducido el precio de entrada de las cuatro piscinas de la zona. Y en el metro de París, la capital – particularmente vulnerable a la canícula–, los altavoces recomiendan hidratarse con frecuencia.

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