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La temperatura media de la Tierra en julio estuvo 1,5° por encima de los niveles preindustriales

Aunque todavía no puede darse por superado este límite de seguridad del Acuerdo de París, para el programa europeo Copernicus, alcanzar esta cifra tan simbólica de forma temporal supone un toque de atención

bomberos en grecia
Bomberos trabajan en la extinción de un incendio en la isla griega de Rodas, el pasado julio.DAMIANIDIS LEFTERIS (EFE)
Jose Sanz Sainz

El Servicio de Cambio Climático de Copernicus ha confirmado este martes que este mes de julio ha sido, de largo, el más caluroso registrado jamás en el planeta. Además, ha incidido en otras anomalías climáticas en los océanos, el hielo marino o las variables hidrogeológicas. “Acabamos de presenciar que las temperaturas globales del aire y las temperaturas globales de la superficie del océano han establecido nuevos récords históricos en julio”, ha asegurado Samantha Burgess, directora adjunta del servicio climático del programa de observación europeo, que ha alertado: “Estos récords tienen consecuencias nefastas tanto para las personas como para el planeta expuestos a eventos extremos cada vez más frecuentes e intensos”.

Por otro lado, Copernicus ha incidido también en otro registro del que no se está hablando tanto: en lo que se refiere a la temperatura media global del planeta, el mes de julio ha sido 1,5 °C más cálido que el promedio de 1850-1900, es decir, que se ha alcanzado temporalmente una de las cifras más simbólicas del Acuerdo de París, uno de los objetivos climáticos que se busca no sobrepasar a final de siglo. Este límite de seguridad del tratado internacional debe calcularse por medio de una media de diversos años y no a partir de un único mes. No obstante, sin duda, esto supone un toque de atención.

“2023 es actualmente el tercer año más cálido hasta la fecha con 0,43° por encima del promedio reciente, con una temperatura global promedio en julio de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales”, ha recalcado Burgess. “Incluso si esto es solo temporal, muestra la urgencia de realizar esfuerzos ambiciosos para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero, que son el principal impulsor detrás de estos récords”. Estas emisiones están provocadas, fundamentalmente, por la quema de combustibles fósiles, es decir, el uso de petróleo, carbón y gas natural.

Recórd de temperatura de la superficie del mar

Además de la temperatura global del aire en superficie, en julio también se ha batido el récord de la temperatura global de la superficie de los océanos, que ya venía aumentado de forma inusual desde abril de este año. Según Copernicus, la temperatura media de la superficie de los mares ha estado medio grado por encima de los registros que se tienen entre 1991 y 2020.

No obstante, en el Atlántico Norte ha estado 1,05 °C por encima del promedio y se han dado registros inusualmente altos en el Atlántico noroccidental. Además, se han producido olas de calor marinas al sur de Groenlandia y en el mar de Labrador, en la cuenca del Caribe y en todo el mar Mediterráneo.

Para Julien Nicolas, científico del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, este aumento de la temperatura media está relacionado con el fenómeno de El Niño en el Océano Pacífico ecuatorial. “No sabemos si los valores de temperatura se mantendrán tan altos como lo han sido en julio, pero seguramente las condiciones de El Niño en el Pacífico persistirán, al menos, hasta 2024″.

Pérdida de hielo marino

Con las altas temperaturas que sufren los océanos, la extensión del hielo marino antártico también se ha visto mermada. Se ha dado nuevo récord para el polo sur en julio, que ha perdido un 15% de su valor mensual promedio. “En julio, la capa de hielo marino alrededor de la Antártida estaba muy por debajo del promedio, muy por debajo de lo que normalmente observamos en esta época del año, y esto sucede desde hace un par de meses ya. Una situación bastante inusual”, indica Nicolas.

“Lo que ocurre en la Antártida, cuando tiene menos hielo marino que la media de años anteriores, es que conduce a temperaturas superficiales más cálidas. Esta situación hace que el hielo marino antártico, que todavía está creciendo en esta época del año, lo haga mucho más lento de lo habitual. Y va a alcanzar una marca más propia del mínimo que se suele dar en febrero que de los máximos que se dan septiembre”, agrega el científico. La única zona que ha persistido por encima del promedio ha sido el mar de Amundsen.

Por otro lado, la extensión del hielo marino del Ártico estuvo ligeramente por debajo del promedio, y la zona que mejor aguantó fue la costa norte de Siberia. Pese a que los números para el polo norte son negativos, están muy por encima del récord de julio de 2020, un año en el que se derritió casi la mitad de su tamaño.

Variables hidrológicas

En lo que se refiere a los valores hidrogeológicos, según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus, el mes de julio ha sido más húmedo que el promedio en la mayor parte del norte de Europa y más seco que el promedio en toda la cuenca del Mediterráneo, produciéndose las mayores anomalías en Italia y el sureste del continente.

Nicolas alerta de que un ambiente más seco puede contribuir a empeorar las condiciones en caso de una ola de calor. Como explica, esto es lo que hemos visto alrededor del Mediterráneo este julio, con una temperatura de más de 40 grados, pues “aumenta el riesgo de incendios como los que se han producido en Grecia o en el norte de África”. “Las condiciones extremas genera un riesgo para las poblaciones que viven en este lugar”, incide.

Más allá de Europa, julio fue más húmedo de lo habitual en el noreste de América del Norte, Afganistán, Pakistán, el noreste de China, el norte y el este de Australia y Chile. Mientas que México y el suroeste de los Estados Unidos, el centro y sureste de Asia, el suroeste de Australia y partes del sur de Brasil y Paraguay, fueron más secas del promedio.

“Estos eventos extremos suceden casi todos los veranos, y ahora también en la primavera. Con el calentamiento climático, las olas de calor son cada vez más frecuentes en todo el mundo y también más intensas. Lo que vimos en julio es realmente un ejemplo del tipo de consecuencias que esperamos del calentamiento global”, agrega el doctor en Ciencias Atmosféricas.

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