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El nuevo ministro de Agricultura de Alemania quiere acabar con los “precios basura” de la carne

Özdemir aboga por aumentar la superficie de los campos cultivados de forma ecológica desde el 10% actual hasta el 30% en 2030

Alemania precio carne
Una instalación intensiva de ganadería porcina en Fürstenzell (Alemania).picture alliance (dpa/picture alliance via Getty I)

Cem Özdemir, el nuevo ministro de Agricultura alemán, tiene dos méritos casi revolucionarios en la política de su país: en 1994 se convirtió en el primer diputado del Bundestag (el Parlamento federal) con raíces turcas, una hazaña que repitió el pasado 8 de diciembre cuando se convirtió en el primer ministro federal de ese origen. Ahora, Özdemir, un vegetariano de toda la vida, se ha impuesto una misión igual de revolucionaria: le ha declarado la guerra a los “precios basura” de la carne. Aunque el ministro no se ha referido específicamente a las macrogranjas, es este sistema de producción de tipo industrial el que permite unos precios tan bajos en estos alimentos.

De hecho, el titular de Agricultura sugirió en una reciente entrevista en el periódico Bild am Sonntag que el número de cabezas de ganado en Alemania se base en la tierra disponible y pidió mejorar las condiciones en los establos, lo que supondría un beneficio para los humanos y los animales. Las principales organizaciones ecologistas europeas denuncian continuamente las malas condiciones en las que se encuentran los animales en las macrogranjas.

“A veces tengo la sensación de que un buen aceite de motor es más importante para nosotros que un buen aceite de ensalada”, señaló Özdemir en el diario alemán. “Más del 50% de los adultos tienen sobrepeso. La razón es el exceso de azúcar, grasa y sal, sobre todo en los productos precocinados. Los políticos han intentado durante demasiado tiempo que la industria reduzca estos ingredientes con compromisos voluntarios. Eso ya ha terminado. Conmigo habrá objetivos de reducción vinculantes”, continuó. El ministro también quiere aumentar la superficie de los campos cultivados de forma ecológica desde el 10% actual hasta el 30% en 2030.

Para llevar a cabo su revolución en la dieta germana, Özdemir tiene un plan polémico que despierta críticas y aplausos: los precios de los alimentos y los productos agrícolas deben subir. “No debe haber más precios basura para los alimentos; llevan a las granjas a la ruina, impiden más bienestar animal, promueven la extinción de especies y contaminan el clima. Quiero cambiar eso”, apuntó.

En julio de 2021, una comisión gubernamental integrada por grupos ecologistas y de agricultores llegó a la misma conclusión que Özdemir: había que reducir el consumo de carne y aumentar la protección del clima. La comisión dijo que un kilo de carne de vacuno debería costar cinco o seis veces más de lo que cuesta ahora, es decir, unos 80 euros el kilo, en lugar de los 13 euros actuales; mientras que los productos lácteos deberían costar entre dos y cuatro veces más que ahora.

La comisión también constató que los daños medioambientales causados por la agricultura industrial suponen un coste de unos 90 millones de euros al año, y recomendó la inversión de entre 7.000 y 11.000 millones de euros anuales para financiar la transformación de la industria agrícola en una ecológica.

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Después del revuelo por sus declaraciones en contra de los precios bajos, el político de los Verdes anunció que su ministerio está estudiando si se puede prohibir la venta de alimentos a un precio inferior a los costes de producción. “No se debe permitir que los grandes operadores sigan dictando los precios y optimizando los márgenes”, dijo el ministro.

En otra entrevista con el grupo RND, Özdemir dijo que era necesario obtener condiciones justas para todos en la cadena alimentaria. “Para lograrlo, queremos, entre otras cosas, reforzar la supervisión de los abusos antimonopolio y el control de las fusiones en la Oficina Federal de Cárteles, seguir actuando contra las prácticas comerciales desleales y examinar si se puede evitar la venta de alimentos por debajo de los costes de producción”.

13 millones de pobres

Özdemir también desechó las críticas de que su reciente alegato contra los “precios basura” de la carne, por ejemplo, era antisocial. “Todo el mundo debería poder seguir pagando la carne. No debe convertirse en un bien de lujo. Para mí, la justicia social empieza también con los trabajadores de los mataderos, cuyo salario mínimo vamos a aumentar por fin”, explicó el ministro. “Y se trata de nuestros agricultores que, como todos, deben poder vivir de su trabajo”, añadió.

Los planes del ministro se enfrentan, sin embargo, a una realidad social. Unos 13 millones de personas en el país son consideradas pobres, tienen que pensar cuidadosamente para qué les alcanza su dinero antes de ir a comprar o tienen que recurrir al banco de alimentos para cubrir sus necesidades diarias.

Por eso, la guerra a los “precios de la comida basura”, que debe provocar mejoras para los agricultores, el clima y el bienestar animal, ha sido criticada incluso por su propio partido. La portavoz federal de la organización juvenil de los Verdes, Sarah-Lee Heinrich, pidió en Twitter “más justicia social” para que los ciudadanos no se sientan abandonados en las medidas de gran alcance para proteger el clima y el medio ambiente.

Pero Özdemir tiene de su lado al presidente de la Asociación de Agricultores, Joachim Rukwied, quien declaró que los alimentos de alta calidad merecían un precio más alto. La organización Greenpeace también defendió los planes del ministro. “El nuevo Gobierno federal debería ajustar el IVA de la carne y los productos lácteos al tipo normal del 19%”, señaló la organización ecologista. “A cambio, puede bajar el IVA de las frutas y verduras o suprimirlo por completo. Esto crearía incentivos para un consumo de alimentos de origen vegetal más respetuoso con el medio ambiente y el clima”, añadió.

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