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La crisis del coronavirus
Tribuna
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Bombay, tenemos un problema

El mayor productor mundial de vacunas para África suspende sus exportaciones

Un grupo de ciudadanos de Bombay espera los efectos de la vacuna contra el coronavirus este viernes en un centro de vacunación.
Un grupo de ciudadanos de Bombay espera los efectos de la vacuna contra el coronavirus este viernes en un centro de vacunación.DIVYAKANT SOLANKI (EFE)
Javier Sampedro

Dado que la India es el mayor productor mundial de vacunas, resulta desconcertante que se esté quedando sin suministros incluso para su propia población. No hablemos ya del mundo en desarrollo que depende de sus factorías. La razón parece ser un nuevo mutante del SARS-CoV-2 surgido allí, que hay que sumar a las variantes británica, sudafricana y brasileña, y que también se propaga más deprisa que el virus estándar. En un país de 1.400 millones de habitantes, el 18% de la población mundial, y con algunas de las megápolis más gigantescas del planeta, como Bombay, una variante del virus que tenga una capacidad incrementada de propagación puede armar un cisco de los buenos. Y eso es justo lo que ha ocurrido. La nueva variante no solo ha causado que la epidemia se escape de control en la India, sino que está complicando el suministro de vacunas a África a través de la iniciativa Covax, coordinada por la OMS. Llámenlo globalización del riesgo.

La India acumula ya 13 millones y medio de infecciones confirmadas desde el inicio de la pandemia, y cada día bate marcas de nuevos contagios (170.000 el pasado día 12), lo que la ha situado ya por delante de Brasil, y solo por detrás de Estados Unidos en el cómputo mundial. Según las autoridades sanitarias locales, hay otros factores aparte de la aparición de la nueva variante. En particular, el relajamiento en el uso de mascarillas, el distanciamiento y demás tópicos que nos suenan a todos. Y luego está el cuello de botella de la producción de vacunas.

La tasa de contagio ha llevado al Gobierno de Ram Nath Kovind a parar las exportaciones de su vacuna estrella, Covishield, producida por el Serum Institute of India (SII), la mayor corporación biotecnológica del país, y el gran productor de vacunas del mundo

La India estaba vacunando a buen ritmo hasta hace un mes, cuando tenía inyectados a 111 millones de personas, informa Nature. Eso bastaría para inmunizar a toda España con dos dosis, pero en el segundo país más poblado del mundo significa solo un 8% de sus habitantes. En marzo las cosas se han torcido seriamente. La tasa de contagio ha llevado al Gobierno de Ram Nath Kovind a parar las exportaciones de su vacuna estrella, Covishield, producida por el Serum Institute of India (SII), la mayor corporación biotecnológica del país, y el gran productor de vacunas del mundo. El SII es capaz de producir 60 millones de dosis mensuales de Covishield, que en realidad es un clónico de la vacuna de AstraZeneca. La multinacional británica ha autorizado al SII a distribuir 1.000 millones de dosis de Covishield a los países de renta media y baja, pero el parón a las exportaciones ha dejado desvalidos a 64 países pobres, con solo 30 millones de dosis vendidas a Covax. La prioridad ahora es la propia población de la India.

La crisis ha forzado al país exportador de vacunas por excelencia a convertirse en un importador neto. La India tiene buenos contactos con Johnson & Johnson, o con su filial Janssen, productora de la primera vacuna monodosis. Ahora que la vacuna de Janssen ha sido paralizada en Occidente, puede que la India se beneficie de ese exceso de celo de las sociedades ricas. También usará la Sputnik V, la vacuna rusa. La mayor parte del mundo no se puede permitir nuestros remilgos.

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