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El mapa de las emociones de Santiago de Chile a través de los cuentos que escriben sus habitantes

Los responsables del concurso literario Santiago en 100 Palabras analizan por primera vez los sentimientos y tópicos de medio millón de escritos enviados en los últimos 14 años

Libro SANTIAGO EN 100 PALABRAS
Dos mujeres leen una recopilación de cuentos inscritos al concurso.Fundación Plagio
Antonia Laborde

Desde hace más de dos décadas, los habitantes de Santiago de Chile reciben anualmente una invitación. La Fundación Plagio los convoca a escribir un cuento inédito en menos de 100 palabras sobre la ciudad. Los transeúntes luego se topan con los textos ganadores en distintos rincones de la vía pública donde se transforman en un elemento más de la capital. Lo que no se había hecho hasta ahora era mapear los sentimientos que se esconden detrás de los relatos. La fundación, junto a la Universidad Diego Portales (UDP), escarbaron en medio millón de microcuentos enviados en los últimos 14 años e interpretaron las emociones –positivas o negativas–, los personajes, lugares y conceptos que han marcado los textos año tras año. Entre los resultados se ve cómo la negatividad aparece más en los escritos de los hombres que en los de las mujeres y se concentra en el sector oriente, donde vive la zona más acomodada de la ciudad.

El sociólogo Raimundo Frei, académico de la Escuela de Sociología UDP, califica en el informe como uno de los hallazgos “más interesantes” que el año de mayor negatividad no fue el año del estallido social de 2019 o los que lo sucedieron, marcados por la pandemia, “sino precisamente los dos años que lo precedieron, 2017 y 2018, especialmente en hombres y mujeres jóvenes”. “Esta prefiguración narrativa de lo que vivimos el 2019 nos permite pensar que esta cordillera de relatos realmente sigue el pulso de nuestra mirada urbana”.

Otro aspecto interesante es que las palabras que dominan los relatos cada año revelan los cambios en las inquietudes de la sociedad: en 2009 la más utilizada fue “cesantía”, cuando Chile padecía los efectos causados por la crisis económica internacional; en 2017, “incendios”, cuando la zona centro y sur vivieron lo que hasta entonces fue “el mayor desastre forestal” en la historia del país; y en 2023, “inteligencia artificial”, un tema que ha entrado de lleno en la conversación global. Los eventos históricos más mencionados son el terremoto de 2010, el golpe de Estado de 1973, la Teletón, el estallido social de 2019, el campeonato de fútbol Copa América y el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar.

El estudio de análisis de temas y sentimientos de los 542.082 cuentos se presentó junto a académicos de las escuelas de la UDP de historia, literatura, sociología y psicología hace un par de semanas en la Biblioteca Nicanor Parra de la universidad. “Sabíamos que los cuentos de Santiago en 100 Palabras son un retrato literario de la ciudad, que han ido plasmando sus cambios, sus problemáticas, sus desafíos. Sin embargo, a partir de los hallazgos de este estudio pudimos constatar su alcance”, sostuvo Soledad Camponovo, coordinadora general de Fundación Plagio.

Los resultados arrojan que sistemáticamente en los municipios del sector oriente –Ñuñoa, Providencia, Las Condes, La Reina, Vitacura y Lo Barnechea–, predomina la negatividad, es decir, cuentos que hablen de descontento, frustraciones, etcétera. Los hombres mayores de 40 años son los que tienden a escribir estos relatos, mientras que las mujeres suelen redactar textos más positivos, independiente de su edad o municipio.

En la inclusión de temas en los cuentos, los escritos desde la zona poniente de Santiago, como Renca, Conchalí, Quinta Normal y Lo Prado, se ha visto un alza significativa de la religión. A partir de 2015 también se observa la introducción de las redes sociales en los cuentos de los jóvenes, especialmente entre narradores hombres de entre 26 y 35 años. “Los relatos se van poblando de tecnologías de la comunicación en movimiento. La pantalla se interpone entre nuestro ojo y la ciudad, y así emergen en los textos los mensajes de celular, Messenger, Facebook, Tinder, WhatsApp”, apunta Frei.

Los relatos pueden ser vivencias reales o ficción. A veces, los participantes tiran de personajes de la cultura chilena para protagonizar los cuentos. En los 14 años analizados, los más mencionados han sido Gabriela Mistral, Violeta Parra y Pablo Neruda. Entre los personajes políticos lidera el presidente Gabriel Boric, seguido por Augusto Pinochet y Salvador Allende. “Lo que más me llamó la atención”, señala el historiador de la UDP Manuel Vicuña, “es la aparición en los últimos años de la cultura pop como una pieza clave del ensamblaje de las experiencias que brinda la vida urbana. Entre medio de esos cantantes famosos, de esos galardonados del Festival de Viña, aparece el nombre de un escritor chileno que se roba la película, casi año tras año desde 2012. Ese autor es Pedro Lemebel, y lo hace en su calidad de cronista neobarroco y yegua del Apocalipsis”.

El escritor Álvaro Bisama, director de la Escuela de Literatura Creativa UDP, presente en el lanzamiento de los resultados, sostiene en el informe que la ciudad es un ser vivo que nace, crece, envejece, cambia. El análisis de las emociones de los cuentos permite “imaginar que la ciudad siente, que funciona como un cuerpo y posee una piel llena de tatuajes que existe en su propio tiempo” y habría que abordar estos datos y conclusiones como una “radiografía mental, como un recorrido privado que se vuelve público en la medida de que se lo escribe de modo infinito e impenitente, tratando a las calles como signos, como ideogramas que se despliegan a través de los días y los años”, añade.

La semana pasada finalizó la convocatoria para un nuevo concurso de Santiago en 100 Palabras, que ya se ha extendido a otras ciudades del país y en el extranjero. Los nuevos cuentos revelarán si el negativismo prevalece y qué palabra clave viene después de inteligencia artificial.

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Antonia Laborde
Periodista en Chile desde 2022, antes estuvo cuatro años como corresponsal en la oficina de Washington. Ha trabajado en Telemundo (España), en el periódico económico Pulso (Chile) y en el medio online El Definido (Chile). Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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