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Francisco Covarrubias, analista político: “El Gobierno de Boric ha quedado superado por la realidad”

El académico aborda la investigación de la Fiscalía que alcanza a una fundación ligada a Revolución Democrática, uno de los partidos más importantes del Frente Amplio

Francisco Covarrubias, analista político, comenta la crisis en la coalición de Gabriel Boric
Francisco Covarrubias, en su hogar en Santiago.Sofía Yanjarí
Ana María Sanhueza

Un escándalo político golpea al Gobierno del presidente de izquierdas Gabriel Boric, luego que se hiciera público que la Fundación Democracia Viva, ligada al partido Revolución Democrática (RD), de los más importantes del Frente Amplio chileno, recibió un millonario aporte. Han sido unos 530 mil dólares provenientes de un organismo estatal, la Seremi de Vivienda de Antofagasta, ciudad del norte del país, destinados, supuestamente, a colaborar en la ayuda de asentamientos precarios de esa zona. Quien dirigía la fundación era Daniel Andrade, quien ya renunció, pareja de una importante figura de RD, la diputada Catalina Pérez, quien hasta la semana pasada era vicepresidenta de la Cámara. Y, a su vez, el seremi de Vivienda que transfirió los fondos a Democracia Viva era Carlos Contreras, del mismo partido.

Para el analista político chileno Francisco Covarrubias, el caso de Democracia Viva pone el foco no solo en el Gobierno, sino también en la generación del Frente Amplio, que cuando irrumpió en política lo hizo con la promesa de cambiar viejas prácticas. “Al Gobierno esto le pega en su línea de flotación”, señala el académico de la Universidad Adolfo Ibáñez en esta entrevista con EL PAÍS.

Pregunta. ¿Por qué el golpe es tan fuerte?

Respuesta. Porque la gente le puede perdonar al Gobierno los problemas de gestión, pero no algo que le pega en su ética y en su identidad, que es la renovación de la política y las malas prácticas. Como tantas veces en la historia, quienes venían de fuera la política, a renovarla y a cambiar las prácticas, han quedado superados por la realidad. Esto golpea al corazón del Gobierno.

P. Catalina Pérez es una política muy relevante del FA.

R. Y con un cargo importante, y sobre la cual se intentó en un principio hacer una defensa corporativa. Ella misma levantó, absurdamente, la tesis del femicidio político, de que aquí había una cosa de género, de hombres que atacaban a una mujer. Pensar que ella no sabía nada es digno de cuento infantil.

P. ¿Cómo ha visto la reacción del Gobierno? Al estallar el caso, la portavoz Camila Vallejo dijo que era un “total y absoluto despropósito político”.

R. El Gobierno ha tenido reacciones muy disímiles. No ha habido un control de daños. Y creo que no hay quién pueda controlarlos si no es la ministra del Interior, Carolina Tohá, a quien he visto ausente, pero uno no le puede exigir que esté en todos los problemas.

P. ¿Qué le ha parecido la reacción del presidente Boric?

R. Yo no dudo de la honorabilidad del presidente y de que él no haya sabido nada de esta situación. Todos los gobiernos tienen crisis y uno los evalúa, finalmente, por cómo enfrentarlas. Y esas crisis pueden ser de distinto orden.

P: ¿Y esta crisis de qué tipo es?

R. Una crisis mayor para el Gobierno, porque afecta a la esencia sobre la cual se instaló. Y, en ese sentido, la reacción del presidente es tardía y bastante tímida.

P. ¿Cómo queda hoy la relación entre esta nueva generación política y el Socialismo Democrático?

P. Había cuentas guardadas desde hace rato de los antiguos miembros del Socialismo Democrático o de la antigua Concertación, que de cierta forma le permitieron ser Gobierno y dar gobernabilidad, porque en todos los problemas han llegado representantes de los 30 años a salvar lo que habían hecho los de 30 años, que es esta nueva generación. No han perdonado la crítica furibunda que tuvo esta generación a lo que fueron los 30 años y a la Concertación.

P. Esta crisis ocurre después de dos derrotas para el oficialismo: en 2022 ganó el rechazo a la nueva Constitución y en mayo el Partido Republicano y la derecha en general triunfaron en las elecciones de constituyentes ¿complejiza la cosas?

R. Este es un golpe complejo que llega en un peor momento, pues afecta a la esencia por la cual se instala el Gobierno. Y eso hace que, en el fondo, el Gobierno quede sustentado, fundamentalmente, en la figura del presidente Boric. Él sigue manteniendo una cierta apreciación de la ciudadanía. Va a tener que tomar decisiones más drásticas que seguir tratando de bracear para llegar a la orilla. El Gobierno no puede pasar entre cónclaves y cambios de gabinetes, que es lo que ha hecho hasta ahora.

P. ¿Qué necesita hacer ahora?

R. Una jugada más osada del presidente Boric, que le permita, tomando riesgos por supuesto, generar un sentido sobre el cual uno pueda decir por qué está gobernando y a qué viene a gobernar. Y a eso hay que sumarle que las reformas tributaria y previsional, con mayor razón después de esto, están completamente muertas.

P: ¿Por qué?

R. Porque si ya la posibilidad de llegar a acuerdos con una parte de la oposición se ha hecho muy difícil por la irrupción de Republicanos, esto hace que la centro derecha o derecha dialogante tenga muy pocos incentivos para hacerlo. Si los políticos vieran que hay un gran apoyo de la ciudadanía a una reforma tributaria, se esforzarían, pero eso no va a ser así. La pregunta es si en adelante va a primar un pragmatismo que signifique pactar y pactar mucho, o morir en la cosa identitaria.

P. Pero después de un caso como el de Democracia Viva ¿de qué funcionaría aferrarse a “la cosa identitaria”?

R. Siempre se puede levantar algo de ese estilo, pero les daría poco rédito. Boric tiene un gran activo: la capacidad de buscar acuerdos. Y así debiera llevar adelante el Gobierno en los próximos años. Sin embargo, eso le va a significar, por parte de su sector más duro, una crítica tremenda de entreguismo o amarillismo. Pero quedar en tierra de nadie, como lo está, es la peor posición para un presidente.

P. La Concertación gobernó por 20 años y Edgardo Boeninger, uno de sus integrantes clave, decía que los casos de corrupción le pasaron la cuenta ¿Puede ocurrir algo así?

R. No solo por los casos de corrupción, sino que como va el Gobierno hace perfectamente posible que esta generación no vuelva a gobernar en muchos años.

P. ¿Cómo ha visto a la oposición en esta crisis?

R. Ha reaccionado como todas las oposiciones, tratando de sacar provecho político, que es lo más natural del mundo. Pero, nuevamente, al Gobierno le juega en contra su propia historia, pues no hubo una posición más obstruccionista que la del propio Frente Amplio, con lo cual tampoco hoy puede levantar la bandera y decir que ‘la oposición nos está haciendo la vida imposible’. Los grandes opositores son los mismos senadores del Socialismo Democrático.

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Sobre la firma

Ana María Sanhueza
Es periodista de EL PAÍS en Chile, especializada en justicia y derechos humanos. Ha trabajado en los principales medios locales, entre ellos revista 'Qué Pasa', 'La Tercera' y 'The Clinic', donde fue editora. Es coautora del libro 'Spiniak y los demonios de la Plaza de Armas' y de 'Los archivos del cardenal', 1 y 2.

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