Una policía del mar aún sin barcas
Los Mossos contratacan en defensa de sus competencias y anuncian una nueva unidad para patrullar en el agua
Bajo un sol radiante de invierno reflejado en las aguas del puerto de L’Ametlla de Mar, el consejero del Interior, Miquel Buch, sacó pecho de un nuevo “despliegue” de los Mossos: la policía del mar. Aún sin las embarcaciones, y con el proceso de selección de los agentes abierto, Buch presentó este jueves a los medios la nueva policía marítima de los Mossos d’Esquadra que funcionará a partir de julio. Arrancarán de la mano de la unidad acuática de los Mossos, que existe desde 2008, y que será el embrión del nuevo proyecto, con su barca de unos cuatro metros de eslora y dos pequeñas zodiacs. “Es modesto, empezamos de cero”, admitió Buch.
La discreta rueda de prensa, en el pequeño pueblo del Baix Ebre (6.800 habitantes) en el extremo sud de Cataluña, encierra también el contrataque de los Mossos d’Esquadra para reivindicar sus competencias en el mar, que se limitan a policía administrativa y seguridad ciudadana. Desde agosto del año pasado, por decisión de un órgano de coordinación entre policías (Comisión Nacional de Coordinación de Policía Judicial), la Guardia Civil es la única que puede ejercer en las aguas catalanas como policía judicial. Una de las consecuencias es que el instituto armado se ha hecho cargo del reciente hallazgo de un cadáver mutilado en el Ebro, con las manos cortadas y varios disparos, algo que provoca malestar entre investigadores de los Mossos.
A pesar de eso, Buch no tiene la intención de renegociar a corto plazo con el Gobierno central las competencias en el mar de los Mossos. “Lo trasladaré a quien corresponda cuando esté desplegado. Ahora mismo es avanzar acontecimientos”, afirmó. Fuentes policiales le contradicen, y aseguran que ya se estudia de qué manera revertir la situación.
En ese contexto, la policía marítima se ve con desconfianza e incredulidad entre diversos mandos de los Mossos. Critican que se anuncie a medio hacer, que requiera una inversión tan grande, de 1,3 millones, y ponen en duda que sea necesaria. Pero la dirección del Departamento de Interior está orgullosa del nuevo proyecto. Sonrientes, Buch y el director de la policía catalana, Pere Ferrer, posaron en la barca de la acuática. Ambos estuvieron acompañados del comisario Joan Carles Molinero, de quien dependerá la policía del mar, del alcalde de L’Ametlla, Jordi Gaseni, y del director de puertos de la Generalitat, Joan Pérez Gómez.
La intención es que la policía catalana desarrolle sus funciones administrativas y de seguridad ciudadana con base en tres puertos: L’Ametlla de Mar, Vilanova i la Geltrú y Palamós. Lo que se traduce en vigilancia, patrullaje, inspección y control de entornos naturales, salvamento marítimo, junto al resto de cuerpos competentes, como la propia Guardia Civil, la denuncia de infracciones administrativas en el ámbito náutico, o proteger y dar información a los usuarios de las instalaciones portuarias.
La nueva unidad estará dirigida por un inspector, la coordinará un sargento, y del proceso de selección que está en marcha saldrán 32 personas, que antes deberán pasar un curso de formación específico de 1.000 horas en L’Ametlla y en Asturias. A ellos se sumarán los 17 integrantes de la unidad acuática. En total, 49 policías que empezarán a trabajar en julio sin tener aún las tres embarcaciones previstas, que costarán 1,2 millones y tendrán 11 metros de eslora. Interior espera contar con ella a finales de año.
Hasta ese momento, los agentes se dedicarán a conocer su nuevo entorno. Una “adaptación al territorio”, en palabras del comisario Molinero, y una aproximación a la vida en el puerto. En el verano de 2021 planean empezar una segunda fase, con un nuevo proceso de selección para ampliar la plantilla. Al año siguiente, darán por acabado el despliegue. En total: tres años, en los que desean tener base también en el puerto de Barcelona. “El objetivo es cubrir todo el litoral”, explicó el consejero Buch.
“Muchos mossos no entenderán que con el parque móvil que tenemos, con furgonetas y coches destrozados, entre ellas las de la Brimo, se compren barcos”, criticó el portavoz del sindicato mayoritario, Sap-Fepol, Toni Castejón, que también recordó la falta de efectivos. Siempre es buena noticia “aumentar la capacidad del cuerpo”, matizó, pero pidió que se haga con todo el material necesario: que los agentes no salgan al mar “con una mano delante y la otra detrás”.
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