Condenados dos hombres a más de 10 años de cárcel por secuestrar a una vecina de Girona

La Audiencia de Girona ha condenado a más de 10 años de prisión a dos hombres que a primera hora de la mañana del 27 de julio de 2018 secuestraron a una vecina de Girona que iba a subir a su coche en el parquin de su edificio. La tuvieron retenida durante seis horas. Durante todo este tiempo los secuestradores, que también le sustrajeron unos 250 euros, la golpearon y se la llevaron "reducida, incomunicada y atemorizada sin poder salir del coche". Le hicieron vivir "un calvario", aseguró la víctima. Ambos acusados tienen un largo historial delictivo, pero solo uno tiene antecedentes a efectos de reincidencia.

La Fiscalía solicitaba para ellos una pena de 16 años. Finalmente, la sección 3ª de la Audiencia de Girona les aplica la atenuante de drogadicción a todos los delitos y condena a Miguel Fernández Durán a 10 años y 10 meses por detención ilegal, robo con violencia e intimidación, lesiones con abuso de superioridad y amenazas. Su pena es más alta porque tiene una agravante de reincidencia en el robo. A Narciso León Avilés le condena a 10 años y 4 meses por los mismos delitos. Deberán indemnizar a la víctima con 31.940 euros.

La sentencia, considera probado que a las 7.25 horas del 27 de julio, los dos acusados accedieron a un garaje comunitario de Girona, vieron la víctima a punto de entrar en su coche para ir a trabajar y la abordaron por sorpresa. León le dio un fuerte puñetazo en la nariz, lanzándola al interior del coche mientras Fernández le decía "sacaremos la pistola y te dispararemos". Posteriormente los dos se tiraron sobre ella dándole patadas y puñetazos y retorciéndole el brazo. Cuando la inmovilizaron le cogieron el bolso y las llaves del coche. La arrojaron violentamente sobre el suelo de los asientos traseros donde quedó tendida y la taparon para evitar que pudiera identificarles. La cubrieron con diversas prendas y bolsas para impedir que la vieran desde el exterior.

Amenazaron a la víctima con hacer daño a su familia, la forzaron a mandar un mensaje al trabajo avisando de que "no podía ir" y mientras uno conducía el otro se sentó a su lado "privándola totalmente de movimientos". Los investigadores averiguaron que la llevaron a Platja d'Aro, Caldes de Malavella y Barcelona. La víctima explicó en el juicio que estuvieron dando vueltas por Barcelona preguntando como llegar a la Mina. Hacia las 13.15 horas, detalla la sentencia, una patrulla de la Guardia Urbana detuvo al vehículo porqué "observaron una maniobra irregular y, sospecharon del cúmulo de ropa y bolsas del asiento trasero". Les hicieron bajar y cuando retiraron los objetos "descubrieron a la víctima y la liberaron". Cuando vio llegar el fin de su "calvario", la víctima explicó que se abrazó al agente.

La mujer estuvo un día ingresada y necesitó 127 para recuperarse de las lesiones físicas. Sufrió, entre otros, fractura de nariz, traumatismo craneoencefálico, hundimiento de la mandíbula, policontusiones, fracturas de las apófisis transversales de las vértebras lumbares. Además, tiene secuelas físicas y psicológicas como estrés postraumático, limitación en la apertura de la boca.