El hombre-museo que no distinguía entre baja y alta cultura ni falta que le hacía
Carlos Pérez, el que fuera conservador del IVAM, Reina Sofía y del Muvim, es objeto de una exposición en el Centre del Carme de Valencia con su sorprendente colección particular
Muy probablemente Carlos Pérez dejó huella en todo aquellos que lo conocieron. Su gran humanidad, su sentido del humor, sus variopintos conocimientos, su generosidad, su paciencia con los ignorantes (en especial, con los periodistas) y su singular aspecto de personaje de cómic, de rostro afilado, poblado bigote y cejas espesas por encima de las gafas, calaban en la gente. Por eso, por su trabajo como experto en el IVAM, en el Museo Reina Sofía y en el Muvim, por su notable colección particular de objetos, papeles y fotografías, y también porque no se calló cuando empezó a ver los desmanes en el mundo del arte en Valencia y la connivencia de supuestos gurús con Consuelo Ciscar, la exdirectora del instituto, ahora imputada en dos causas judiciales, Carlos Pérez (Valencia, 1947-2013) merece un reconocimiento.
Ya lo tuvo cuando se bautizó con su nombre a una sala del Centre del Carme hace tres años. Y ahora el homenaje se completa con una exposición en ese mismo espacio con los fondos que fue reuniendo a lo largo de su vida: primeras ediciones de libros y revistas de las vanguardias rusas, juguetes pedagógicos, pinturas diversas, páginas de cómic, un dibujo de Max Backmann, múltiples fotografías y carteles de todo tipo, desde imágenes de los años 20 del circo que le gustaba tanto como a Federico Fellini, hasta algunas de las exposiciones que comisarió.
Hubo muchas muestras notables, como Infancia y arte moderno, que se inauguró en el IVAM en 1998 y fue reconocida como una de las mejores de aquel año. Reunía dos de las grandes pasiones de Pérez: la pedagogía, a la que se dedicó en un principio tras estudiar la carrera, y el arte vanguardista de entreguerras concebido para los niños. Ejemplares del catálogo de la muestra, agotado hace años, se ofrecen en Internet por más de 300 euros.
Estas aficiones están presentes en la exposición que han comisariado dos amigos y colaboradores muy estrechos del pedagogo, Francesc Pérez Moragón, editor y actual director de l'Espai Joan Fuster de Sueca, y el diseñador Rafael Ramírez Blanco. En la presentación de la muestra, titulada Viaje a Corfú. Carlos Pérez. El hombre-museo, Pérez Moragón señaló el pasado viernes que se ha querido recuperar "la mirada aguda, crítica y divertida, la voracidad cultural y el gusto por la vida que lo caracterizaban, junto a una gran capacidad de trabajo y de ilusión por las cosas bien hechas, frente a un ambiente no siempre favorable".
Pérez no distinguía entre la alta y la baja cultura. Su hija, Marta, recordaba el afán por el conocimiento, por la cultura en general, que le transmitió su padre. "La cantidad de obras que hay expuestas en esta muestra refleja la cantidad de ideas que tenía él en muchos ámbitos. El sentido de la exposición no es homenajear al autor, sino que es una forma de reivindicación de una manera de ver la cultura que fue truncada por la corrupción", explicaron los comisarios. Rafael Ramírez añadió que, a pesar del éxito que tuvo el trabajo de Carlos Pérez en su época, "después de su muerte, el Centre del Carme ha sido la única institución que ha asumido la figura del autor".
"Entre los proyectos que no pudo llevar a cabo había uno vinculado a la isla de Corfú, que ha servido para dar título metafórico al conjunto", señalaron los comisarios de la exposición, que se puede ver hasta el 24 de mayo. En el catálogo se incluyen textos de Juan Manuel Bonet, exdirector del IVAM y del Reina Sofía, de la crítica de arte Mercè Ibarz y del actual director de la Agencia Antifraude de la Generalitat y exgerente del IVAM, Joan Llinares, entre otros.
El director del Centre del Carme, José Luis Pérez Pont, acompañado por la secretaria autonómica de Cultura, Raquel Tamarit, destacó el impacto que tuvo el museógrafo "porque sus ideas eran revolucionarias y su manera de estar en el mundo también". "El trabajo que estamos haciendo en el Centre del Carme tiene mucho que ver con su filosofía", agregó el director.
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