Noches sin fin
Club Malasaña, nuevo lugar de encuentro de los protagonistas de la escena creativa madrileña
Han trabajado a destajo los últimos meses. Querían abrir su nueva discoteca en la fecha en la que se habían propuesto y no estaban dispuestos a retrasarla. Horas antes de su apertura, Edgar Kerri y Laura Vandall seguían a pie de obra para que todo quedase impecable. Los creadores del club Cha Chá han transformado completamente la antigua sala Taboo de la calle San Vicente Ferrer y la han convertido en el Club Malasaña. “Estábamos deseando darle una nueva vida a este lugar donde ya se bailaba en los 80, en la Movida”. El jueves por la noche lo mejor de cada casa celebraba su apertura. La escena creativa madrileña tiene nuevo lugar de encuentro.
Remodelación absoluta. Un neón rojo da la bienvenida al Club Malasaña. Tras cruzar el vestíbulo y las cortinas de terciopelo, una mullida alfombra en un pasillo con paredes llenas de espejos conduce a la sala principal. Dos palmeras de latón sobresalen en los extremos de la escalera que baja a la pista de baile. Capitoné en las paredes y en las barras. “Imaginamos cómo sería el club que tendría el Ritz de París en el sótano y nos pusimos a ello”. Asociados a otros emprendedores, Edgar y Laura tenían claro lo que querían y lo visualizaron, aunque el espacio no invitaba a ello. “Esta sala buscaba dueño desde hacía tiempo. Olía fatal, estaba podrida. Nadie la quería porque realmente daba asco”. Su remodelación absoluta hace inimaginable su estado anterior. “Estamos felices con cómo ha quedado todo”.
Mural Monreal. Para la decoración del Club Malasaña han contado con un aliado de excepción: Ignasi Monreal. El artista al que echó el lazo Alessandro Michele para Gucci es el autor de un enorme mural de azulejos pintado a mano. Lo conforman cuatro partes. En cada una de ellas centra su atención en una zona del cuerpo. “Es el primer mural cerámico que hago en el mundo y me hacía mucha ilusión que estuviese en Madrid”, compartía entre felicitación y felicitación por el resultado. Los pechos, la vagina y el pene que ha pintado desafían a la censura en redes sociales. “Quise hacer algo icónico y divertido, un buen fondo para fotos de fiesta”. Junto a su amigo Jacques Wooley acaba de abrir el estudio Alfar 8. “Queremos hacer proyectos que nos ilusionen, como éste. La base del estudio es pasarlo bien y trabajar con gente en la que creemos. Queremos usar la tradición española cerámica de una manera nueva y ayudar a los artesanos, darles un empuje”.
Ostras y champán. Antes de abrir sus puertas al público y de formarse la primera cola para entrar, el Club Malasaña celebró su inauguración por todo lo alto. Bandejas de ostras y barra libre de champán. No cabían más actrices y actores, cineastas, cantantes y diseñadores por metro cuadrado. ¿Nombres? C. Tangana, Paco León, Palomo, María Escoté, Greta Fernández, Enric Auquer, Àlex Monner, Enrique López Lavigne, Eva Llorach, Blanca Li, Pepa Salazar, Brays Efe, Jorge López, Hiba Abouk, Miguel Becer, Mariona Terés, Fernando Valdivielso, Okuda San Miguel, Mister Piro, Guiomar Puerta, Miqui Brightside, Inés de León, Laura Put, Miguel Reveriego, Pepino Marino, Claudia Traisac, Eduardo Navarrete, Franx de Cristal, Kley Kafe, Jacobo y Nicolás Solís, Paco Pintón, María Escarmiento, Rodrigo Cuevas…
En la cabina. La primera sesión musical del Club Malasaña corrió a cargo de The Parrots, o lo que es lo mismo, Álex de Lucas y Diego García. El próximo 4 de abril tocarán en directo en Romance, en la sala Ocho y Medio. Más tarde pasó por la cabina Sita Abellán, vestida por Mané Mané. “Me hacía muchísima ilusión venir esta noche”, decía antes de pinchar. Desde que apareció en el videoclip ‘Bitch Better Have My Money’ de Rihanna tiene la agenda llena de citas en todo el mundo. Lo mismo protagoniza sesiones de fotos de las revistas más influyentes que asiste a fiestas y desfiles de marcas que se quieren asociar a ella. Nacida en Murcia en 1993, diseña joyas para su propia firma, Lilith. Entre sus casi 700.000 seguidores en Instagram se encuentran Rihanna, que la descubrió por esa vía, Katy Perry, Kim Kardashian o J. Balvin. Ella también les sigue, como a Edgar y Laura, amigos a los que conoce desde hace muchos años y a los que no quería fallar en su nuevo proyecto.
Como en casa. Tras el éxito de Cha Chá, que tiene cola para entrar todos los viernes desde hace cuatro años, estas primeras semanas el Club Malasaña abrirá de jueves a sábado, de 23 a 6. Su motor será la música disco, especialmente la de los 80. “Estamos hartos de tanta tecnología. Queremos recuperar la música de Studio 54 y Paradise Garage”, en palabras de Edgar Kerri, que antes fundó el Zombie Club. “Poco a poco iremos ampliando horarios y habrá de todo. Tenemos un montón de ideas para hacer sesiones distintas, como una que haremos los domingos por la tarde de música tropical”. Otra idea de los también dueños de Lucky Dragon: darán zapatillas de hotel a quienes las soliciten. “Las daremos para quien necesite descansar los pies, para quien lleve tacones o quiera quitarse los zapatos. Queremos que quien venga se sienta como en casa”.
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