El cortejo de Issam
Rosa Peral tuvo una relación intensa de cinco días con otro agente de la Guardia Urbana, al que confesó que tenía miedo de Albert
-“Me gusta estar contigo, me gusta estar tranquila contigo"… Eso en mi pueblo se llama cortejo -afirma el fiscal, sobre un comentario de Rosa Peral.
-Yo no lo interpreté así -responde Issam, el agente de la Guardia Urbana al que iba dirigido el mensaje.
La afirmación cierra el interrogatorio del ministerio público a Issam O. y resume la sensación que flota en la sala de la Audiencia de Barcelona donde este miércoles continúa el juicio del caso de la Guardia Urbana: el asesinato de Pedro Rodríguez a manos presuntamente de su expareja, Rosa Peral, y el amante de esta, Albert López, los tres policías de Barcelona. Se acaba de oír una conversación de media hora entre Issam y Rosa Peral. Él, igual que el resto de protagonistas, es también guardia urbano. Su relación con Rosa, a la que “no conocía de nada”, duró cinco días desde que la vio por primera vez hasta que ella fue detenida. Les dio tiempo de cenar hasta la madrugada, de ir al cine, de jugar con las hijas de ella, de intercambiar llamadas, centenares de mensajes, confidencias… Hasta el punto de que Rosa le insinuó lo que no había verbalizado antes: que sospechaba de Albert.
Issam conocía de vista a Rosa por su denuncia contra un jefe por la difusión de una foto suya sexual. Cuando desapareció Pedro, le ofreció su apoyo. Le escribió un whatsapp el viernes 5 de mayo de 2017. Pedro había sido asesinado cuatro días antes. El sábado insistió y ella aceptó verlo: quedaron el domingo para cenar. La noche se alargó hasta las dos y media de la madrugada. “Me vuelco con los compañeros”, ha razonado Issam ante el jurado del caso para explicar su comportamiento con una casi desconocida.
Aquel día, al abrir la puerta de la casa de Cubelles, Issam se encontró con una Rosa demacrada: “Vi la imagen de un cadáver”. En ese chalé es donde, supuestamente, Rosa, junto a quien era su amante, Albert López, mataron a la pareja de esta, Pedro Rodríguez. “Todo lo que comentó de Pedro eran maravillas”, ha declarado este miércoles sobre una noche en la que Rosa desgranó sus relaciones sentimentales. “De Rubén [el exmarido de Rosa] dijo que era un miedica, que no sería capaz” de matar a Pedro. El lunes se escribieron de nuevo, y el martes Issam volvió a verla en su casa: “Tenía mucho miedo de que alguien accediese a través del muro”.
El miércoles fue con ella y las hijas de Rosa a ver una película de los pitufos. Mientras estaban en el cine, ella recibió una llamada de su abogado sobre el caso de la foto sexual, que estaba a punto de juzgarse: no podía seguir representándola por “incompatibilidades”. El letrado era amigo de Pedro. “Rosa se quedó desconcertada”, ha declarado Issam, que le aclaró que seguramente la familia de Pedro sospechaba de ella. Aquella noche, según ha relatado el propio testigo, Rosa involucró veladamente a Albert en el crimen.
“Me empezó a contar que la relación con Albert había sido más intermitente. Que no conocía a sus padres, que no quería relación con las crías, que Albert y Pedro no se llevaban bien, que habían discutido en el trabajo…. Que le tenía miedo. Noté que sentía miedo”, ha explicado Issam. “Cuando Albert llamaba a Rosa, ella estaba temblando”, ha añadido. Pero ha descartado que sus confidencias sobre Albert surgiesen al saberse sospechosa del crimen, y lo ha atribuido a que su relación fue estrechándose: “Se abría poco a poco y me contaba más cosas”.
“Me enseñó mensajes de whatsapp y algún mail con amenazas explícitas” de Albert, ha indicado. “¿Le enseñó mensajes de ella pidiéndole volver y que le echaba de menos?”, ha replicado el fiscal. “¿Le dijo que ella había usado el teléfono de Pedro como si estuviese vivo?”, ha seguido. “¿Le dijo directamente que creía que Albert había matado a Pedro?”. Issam ha respondido que no a todo.
El jueves no pudieron verse porque el agente de la Guardia Urbana tenía un curso el día entero en la universidad. Al día siguiente, viernes, Issam y Rosa acudieron al despacho de una abogada amiga de este. Estaba convencido de que debía denunciar las amenazas de Albert. Al salir, convinieron que al día siguiente, viernes 13, Rosa lo contaría todo a los Mossos. Ya cada uno en su coche, Rosa e Issam siguieron hablando por teléfono. En la sala se han podido escuchar este miércoles algunas partes de lo que hablaron: “Tengo miedo… Espero que como mínimo, espero que no salga de ahí… Tengo miedo de que diga 'voy a ir a por ti'. O si no voy a por ti, te culpo… Que se le vaya la castaña… No sé qué puede llegar a hacer…. Tengo miedo. Está tan, tan, tan loco… Esa mirada de psicópata… ¿Tu también lo ves, no?”, se ha oído decir a Rosa sobre Albert.
“'No me voy a separar de ti'. ¿Qué significa esa frase?”, le ha preguntado la defensa de Albert a Issam, para subrayar la relación que tejieron entre los dos. “¿Y ese nivel de comunicación, usted ha deducido algo de toda esa comunicación?”, ha arremetido de nuevo. “Mi conclusión es que soy así. Si me volviera a ver en una situación similar, actuaría igual”, ha respondido Issam, que ha intercambiado alguna sonrisa con Rosa durante la vista. Él ha negado en todo momento que hubiese un interés sentimental por parte de alguno de los dos: “Ni en ese momento ni en ninguno”.
-¿Es consciente de que pudo ser objeto de una manipulación por parte de Rosa?, ha preguntado el abogado de Albert, José Luis Bravo, al final de su interrogatorio.
-Me he hecho la pregunta estos tres años… Yo no me sentí así, pero es evidente que no se me facilitó toda la información. De volver atrás, mi intervención y mi actuación habrían sido completamente diferentes, ha respondido Issam.
Al día siguiente de la conversación de Rosa e Issam, viernes 13 de mayo de 2017, Rosa fue detenida por los Mossos.
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