Siete aspirantes para suceder a Torra
El anuncio del ‘president’ de finiquitar la legislatura abre la lucha interna en Junts per Catalunya
El anuncio del president Quim Torra de dar por terminada la legislatura catalana una vez se aprueben los presupuestos, no se puede leer meramente en clave de ruptura con ERC. Detrás también hay un cálculo para que Junts per Catalunya pueda reorganizarse para encontrar un candidato que pueda plantar cara a los republicanos. El debate sucesorio ya ha comenzado: la lista es larga, pero la atención está fijada en siete nombres, encabezados por el fugado de la justicia española Carles Puigdemont y la diputada en Madrid Laura Borràs.
Aprobar los presupuestos y respetar los tiempos para la convocatoria de elecciones puede alargar ese debate unos cuatro meses. Además, en esa ecuación aparecen otras variables como la posible inhabilitación de Torra por parte del Tribunal Supremo, una vez se resuelva el recurso contra la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. La elección, en fin, no será fácil, pues si bien el expresidente Puigdemont tendrá la última palabra, el adelanto electoral coge al espacio político que ocupó Convergència Democrática en pleno proceso de reinvención. La lista tendrá que conjugar los intereses del PDeCAT (que el expresident sigue sin lograr doblegar completamente y donde el fantasma de la escisión siempre ronda), los diputados independientes de Junts per Catalunya y la Crida Nacional per la República (el partido de Puigdemont y Jordi Sànchez). La fusión bajo el paraguas de Junts difícilmente tendrá tiempo de estar lista para la cita electoral.
En la lista inicial figuran hasta siete nombres. El primero es el del propio Puigdemont: su llegada al Parlamento Europeo, tras una larga lucha jurídica aún sin resolver, le ha dado un balón de oxígeno y una tribuna que no solo puede ayudar a internacionalizar el conflicto catalán, sino que podría relanzar sus posibilidades de candidato. Puigdemont, que huyó de la justicia española tras la declaración fallida de independencia, está a la espera que la Eurocámara decida si le quita la inmunidad. Las autoridades belgas decidirán después si le extraditan a España.
En una entrevista a EL PAÍS, el expresidente no cerró esa posibilidad. “Si tuviera que decidirlo hoy, no. Dije que no sería candidato a las europeas y cambié de criterio porque había circunstancias y posibilidades reales de ser eurodiputado. Como cada semana cambian las cosas, he de ser prudente”, aseguró hace un par de semanas. En las elecciones del 21 de diciembre de 2017, Puigdemont se presentó bajo la promesa de regresar si ganaba, algo que no cumplió: habría sido detenido al instante.
La jefa de filas de Junts en Madrid, Laura Borràs, es quizá la que tiene más madera de candidata. Ya hizo campaña en dos elecciones generales y goza de amplios apoyos entre los independientes de Junts per Catalunya y la Crida. Su presencia, su estilo, su carácter y su manera didáctica de hablar gustan bastante entre el independentismo más cercano al expresident. Pertenece al ala más radical en la confrontación con el Estado y es de la confianza de Torra. Su obstáculo es que está siendo investigada por el Supremo por un supuesto delito de prevaricación, malversación, fraude y falsedad por unos contratos entregados supuestamente a dedo mientras estaba al frente del Instituto de las Letras Catalanas. Hay quien ve en esa desventaja una posibilidad: alimentar más el relato de la represión contra un líder independentista.
Calvet y Puigneró
El siguiente en la lista es el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet. Formado en la escuela de Sant Cugat del Vallès, el que fuera el modelo de municipio convergente por antonomasia, siempre había estado en la segunda fila de la política pero cada vez es más notorio su interés en dar el paso al escenario. Su historial como gestor y mediador entre el PDeCAT y el resto de familias del puigdemontismo le dan peso a la hora de competir por la candidatura.
Procedente también de Sant Cugat, otro consejero que se ve con posibilidades es Jordi Puigneró, otro partidario de la confrontación con el Estado. Es el responsable de la llamada “república digital”, lideró el enfrentamiento al real decreto del Gobierno que vetaba Internet en ciertos supuestos y es de la confianza de Puigdemont. Algunos le ven aún muy verde, pero ha conseguido salir del anonimato con polémicas como su frustrada intención de que los funcionarios pudieran trabajar el 12 de octubre.
A la lista se suman otras tres mujeres: la consejera de Empresa, Àngels Chacón, es una de las apuestas de la cúpula del PDeCAT. Cuenta con el apoyo del coordinador del partido, David Bonvehí, pero eso puede ser una desventaja para conciliar los intereses con otras familias. También está en la relación la alcaldesa de Girona y diputada en el Parlament, Marta Madrenas, que mantiene excelentes relaciones con Puigdemont (quien ocupó ese mismo cargo antes de llegar al Palau). Y finalmente está la diputada y líder de Junts per Catalunya en el Ayuntamiento de Barcelona, Elsa Artadi. Muchos la ven amortizada por su paso a la política municipal, en un mandato en el que la influencia de los neoconvergentes es mínima, pero su ascendente en Junts es evidente. Ya sonó antes de nombrar a Torra. Junto con Calvet, es quien más tiene en la cabeza la Generalitat, pero el PDeCAT aún no le perdona que haya roto el carné.
Artur Mas, en la récamara a partir del 23 de febrero
En la lista de candidatos no se puede descartar tampoco al expresidente de la Generalitat Artur Mas. El próximo 23 de febrero finaliza el cumplimiento de la condena de 13 meses que le impuso el Tribunal Supremo por organizar la consulta del 9 de noviembre de 2014. Mas no ha mostrado nunca entusiasmo por regresar a primera línea de la política, pero tampoco lo ha negado de manera taxativa y cuando se le planteó ese escenario en una entrevista en TV3 hace unos meses respondió: “Pregúntemelo el 23 de febrero”.
En esas fechas aparecerá también un libro del expresidente en el que cuenta su visión del proceso independentista y todas las familias del PDeCAT coinciden en la ascendencia que tiene Mas entre la militancia. El presidente del partido, David Bonvehí, tampoco descartó ayer la posibilidad de la candidatura de Mas, partidario de la moderación que caracterizó a la extinta Convergència frente a los planteamientos más radicales de Puigdemont.
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