Felipe González pide empoderar al ciudadano frente al cambio climático

El expresidente de Gobierno Felipe Gónzalez defiende el papel de los ciudadanos, y no solo de las administraciones, para afrontar la lucha contra el cambio climático. En este sentido, iniciativas que antes podrían no entenderse hoy se dan ya por asumidas. “Hoy nadie discutiría poner led en el alumbrado público”, ha comentado González en un acto en Madrid de la fundación que lleva su nombre en compañía del alcalde de Cáceres, Luis Salaya.

Hace falta “voluntad, cabeza, imaginación y tecnología” para hacer frente a los cambios que son necesarios en las ciudades ante el desafío energético. Tiene que haber, insiste el expresidente, ciudadanos más “empoderados” gracias a la información y a la formación, que accedan a créditos que hagan posible que esa lucha frente al cambio climático sea económicamente asumible y rentable.

“La energía es un derecho”, señala la consultora de energía Sara Pizzinato durante el acto. Afirma que “entre los barrios ricos y los pobres en Madrid hay una diferencia de vida de diez años”. La mitad de la energía que se emplea en España se tira y con una eficiencia de verdad sería rentable la “transición energética justa”, añade.

Pizzinato propugna ciudades donde el parque de viviendas no sea “un agujero negro energético” como sucede en la actualidad y recuerda que la pobreza energética se sufre no solo por baja temperatura sino por alta temperatura. Algunos barrios son “auténticos hornos” y suelen ser los más pobres y aquellos en los que la calidad de vida es la menor. Las políticas, añade, deben ir enfocadas más hacia los más débiles que suelen ser los mayores y las “familias monomarentales”.

Preguntado sobre Cataluña, Felipe González ha tirado de ironía. “Me ha parecido una iniciativa brillantísima la convocatoria en diferido de las elecciones para aprobar unos presupuestos que seguramente tendrá que ejecutar otro gobierno. Lo entiendo mal”, ha comentado al ser preguntado por los periodistas al llegar al acto.

Y sobre la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, lo tuvo claro: “No debería haber pasado por aquí".