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La AP-7 sin peajes cuestiona el desdoblamiento de la N-II

Ecologistas y alcaldes afectados en contra de convertir la carretera en una autovía

Salida de la autopista AP-7 de Girona Sur
Salida de la autopista AP-7 de Girona SurTONI FERRAGUT

La futura liberación del peaje de la AP-7 a su paso por Girona, el verano de 2021, ha vuelto a poner en la palestra el reivindicado desdoblamiento de la N-II. A la espera de los resultados de un estudio encargado por el Ministerio de Fomento, las administraciones optan por seguir convirtiendo la N-II en Autovía A-2 desde Medinyà a La Jonquera. Aun así, las instituciones no descartan que si en algún tramo no se necesita el duplicado de carriles se harán solo algunas “mejoras”. Los ecologistas son contrarios a la ampliación de la N-II.

La N-II atraviesa a lo largo de 99 kilómetros las comarcas de Girona de forma paralela a la autopista. Pese a que la AP-7 —de pago— asume la mayor parte de la circulación, la N-II tiene un tráfico medio de 18.000 vehículos diarios. El aumento de tráfico a raíz de la crisis (trasvasado de la AP-7) y la accidentalidad (con 13 muertos en 2012), propició actuaciones basadas en el aumento de la capacidad (duplicación de la N-II) y la mejora de la seguridad vial. 

Una vez decidida la supresión del peaje al fin de la concesión, en agosto de 2021, el planteamiento de Fomento respecto a la N-II pasa por “elaborar un estudio de tráfico con la hipótesis de una AP-7 sin peaje que determine los repartos de tráfico futuros previsibles y priorice qué actuaciones serán necesarias en el corredor N-2 /A-2/ AP-7”. Independientemente de los resultados que se desprendan del estudio, Fomento prolongará el desdoblamiento de la N-II hasta el enlace de Orriols. A continuación se redactarán los proyectos de aumento de capacidad de la N-II en la variante de Figueres —entre dos nuevos enlaces con la AP-7 tanto al sur como al norte de Figueres— y “planteará mejoras” en el resto del corredor hasta La Jonquera, donde falta desdoblar seis tramos: Orriols-Bàscara, la variante de Bàscara —dos rotondas en los cruces de Pontós y Garrigàs—, Bàscara-Figueres, duplicación de la variante sur de Figueres, Figueres-Pont de Molins, variante de Pont de Molins y Pont de Molins-la Jonquera.

La Generalitat ha pedido al Gobierno central que “cumpla con los compromisos adquiridos” y desdoble la N-II en su totalidad. El secretario de Infraestructuras y Movilidad, Isidre Gavín, asegura que el objetivo es que esté “garantizada la capacidad” para la gran demanda de movilidad de esta zona. “Actualmente, si tiene que ser con seguridad, la capacidad no está totalmente resuelta”, denuncia Gavín. El secretario de Movilidad espera que el Gobierno de Pedro Sánchez comparta los resultados del estudio y aboga por un “cambio de chip” en infraestructuras: “Cuantas más y mayores mejores”. Gavín avanza: “Si la demanda de capacidad no requiere invertir en la duplicación en algún tramo por una gran afectación ambiental, estamos abiertos a estudiarlo".

La Cámara de Comercio de Girona defiende “la necesidad” del desdoblamiento. Indican que “la AP-7 ya tiene gran intensidad de tráfico con peaje, y la A-2 sería complementaria” y alertan de que si se instaura un sistema de pago por uso de vías de alta capacidad, “debe preverse un trasvase de tráfico a la N-II”. Una vía que, dicen, “tiene un problema de siniestralidad por falta de mantenimiento y tramos peligrosos” y con la que existe “una deuda más que histórica, quizás para evitar competencia a la AP-7”. El alcalde de Pont de Molins, Josep Fuentes, coincide en que “la puerta a Europa necesita la tan reclamada A-2 a pesar de posibles afectaciones”. Ve preciso “subirse al carro del progreso”, porque el polígono industrial del municipio necesita buenas infraestructuras.

Los ecologistas de Iaeden, creen que si se libera la AP-7 no es necesario duplicar la N-II. Su portavoz, Marta Ball-llosera, asegura que en un contexto de emergencia climática se debe “rediseñar todo y apostar por el transporte público”. El municipio de Bàscara es un punto negro de la vía. Su alcalde, Narcís Saurina, también cree que duplicar la N-II es “injustificable”, económica y técnicamente. “Habrá cuatro carriles para 1.000 habitantes de cuatro pueblos. Un coche a la hora. Eso sí, el colegio en barracones”, critica. Saurina cree que duplicar la N-II acabará con campos y bosques y dejará el pueblo rodeado en un solo tramo por 15 carriles.

La futura A-2 no entrará en La Jonquera, pero su alcaldesa, Sonia Martínez, ve en la liberación del peaje “una oportunidad”. Pedirá a Fomento que la salida norte sea de entrada y salida y mayor permeabilidad en los accesos para “beneficiar al comercio, que no se cree un efecto embudo y mejorar movilidad y seguridad”.

Una media de seis millones de euros por kilómetro

Tras décadas de reclamaciones por parte de colectivos vecinales y ayuntamientos, la N-II ya está desdoblada en el tramo sur de la provincia de Girona, entre Fornells de la Selva y Maçanet de la Selva. En total, las administraciones han invertido 130 millones de euros para desdoblar los 17,9 kilómetros que separan ambos puntos. El tramo de ocho kilómetros más al sur, el que une Maçanet y Tordera, no se desdobló porqué las administraciones calcularon que las obras ascendían a 248,9 millones de euros, el triple de la ratio permitida por kilómetro. El “acondicionamiento” de este tramo, en marcha desde octubre, tiene un presupuesto de 25,9 millones. En la parte norte de la provincia el desdoblamiento sigue pendiente. Se remodeló el enlace de Figueres norte con 2,46 millones de euros y el pasado julio entraron en servicio los 3,3 km entre Medinyà y Orriols (Vilademuls) con 16 millones de euros de inversión. Los seis tramos restantes, entre Orriols y la Jonquera, están en fase de redacción.

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