Al borde de la muerte por el robo de un móvil
Julien fue atracado en Barcelona cuando se disponía a sacar dinero de un cajero automático
Julien estaba delante de un cajero automático en el barrio Gótico de Barcelona, a punto para sacar dinero, cuando dos personas se le acercaron por espalda. Eran las seis y media de la mañana. “Me negué a darles dinero”, recuerda el hombre, de 31 años. Sus asaltantes respondieron acuchillándole en el cuello, en la cabeza y en la mano, además de golpearle. Julien sufrió dos paradas cardíacas, según fuentes sanitarias. “Llegué muerto al hospital”, explica por teléfono, ya de regreso a Francia, después de una semana ingresado en el Hospital del Mar. Los médicos necesitaron cinco minutos para reanimarle. Los ladrones le robaron el móvil.
A Julien le atracaron la madrugada del 31 de diciembre en la plaza de Sant Josep Oriol. “Todo pasó muy rápido”, rememora sobre lo ocurrido. E insiste en que quiere agradecer a todas las personas que le ayudaron. En especial, subraya, una mujer que estuvo con él en la calle mientras esperaban a la ambulancia.
El joven francés, responsable de una empresa de marketing digital, estaba en Barcelona de vacaciones y quería disfrutar de la Nochevieja en la ciudad, donde tiene varios amigos. En el momento en el que sacaba dinero en el cajero, estaba solo. “Recuerdo despertarme con la médica que me salvó la vida”, explica, sobre su última noche de 2019. Su gratitud hacia los sanitarios es también infinita.
Los Mossos han detenido al presunto autor del ataque, un hombre de 42 años con una treintena de antecedentes, muchos por robos con fuerza o con violencia, según fuentes policiales. El juez decretó su ingreso en prisión. La policía catalana busca al otro hombre que supuestamente participó también en la agresión, que fue filmada por diversas cámaras que hay en la zona. La policía catalana sospecha que la pareja había robado a otra persona, también con violencia, antes de atracar a Julien.
La voz y el dolor en el cuello son las principales secuelas que sufre Julien tras el robo, lo que le perjudica en su trabajo en su empresa de marketing. “Todavía me duele y tengo dificultad para hablar”, explica, pero poco a poco se va reponiendo. “Nunca antes me había pasado algo así”, dice, sobre un episodio en el que pudo morir. Sus amigos y su familia estuvieron con él en el hospital, hasta que finalmente el martes recibió el alta y pudo regresar a su país.
A pesar de lo vivido, Julien piensa que Barcelona es una gran ciudad. “Es un placer estar con sus gentes, que siempre han sido muy acogedores conmigo”, explica. Y quiere dejar claro seguirá viajando a la ciudad: “Adoro Barcelona. El atraco no impedirá que vuelva en dos meses”. Pero tampoco oculta que de un tiempo a esta parte (“los últimos dos o tres años”, dice), Julien se ha sentido algo menos seguro en sus calles.
La seguridad en Barcelona ha acaparado el debate en los últimos meses. Sobre todo durante el verano, cuando las cifras se dispararon, con una especial preocupación por los robos violentos, que en agosto remontaron un 30%. En total, la delincuencia creció un 8,2 por ciento el primer semestre de 2019 respecto al mismo periodo del año anterior.
Tras el verano, los malos datos se han enfriado. Las cifras más actualizadas disponibles (del tercer trimestre del año anterior) reflejan un incremento más moderado de la delincuencia 5,2%. Y los robos violentos siguen creciendo, pero menos (24,9%). Esta tipología delictiva genera una gran inseguridad, pero son el 7% de todos los delitos que se cometieron hasta septiembre en la capital catalana (151.591). El grueso de la delincuencia en Barcelona son hurtos (la mitad del total), que moderan su crecimiento (un 3% frente al 7,4% del semestre anterior), con unos 240 casos de media al día. El Departamento de Interior ha destinado a Barcelona unos 300 mossos más.
La ciudad cierra el año con 17 homicidios
La ciudad de Barcelona cerró el año 2019 con 17 homicidios, 7 más que los 10 registrados durante 2018, según el recuento de los casos hechos públicos por los Mossos d’Esquadra. En la estadística se tiene en cuenta la muerte de una mujer coreana que se golpeó la cabeza al caer al suelo después de que le diesen un tirón para robarle el bolso. A pesar del incremento, las cifras absolutas son pequeñas como para poder afirmar que se trata de una tendencia. Tampoco es el peor año registrado en Barcelona. En 2010, por ejemplo, se cometieron 23 homicidios en la capital catalana.
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