El PSC acoge con prudencia la mesa de partidos de Torra
El president prevé convocar el órgano a primeros de diciembre para contribuir al diálogo con el Gobierno
El presidente de la Generalitat Quim Torra convocará a principios de diciembre la mesa de partidos catalanes para explorar una solución política y “compactar” su posición con vistas al diálogo con La Moncloa. Torra responde así a la petición de Pedro Sánchez de reunir a ese órgano y, de paso, presiona a ERC en plena negociación de la investidura presidencial. El PSC acoge la cita, que difícilmente llegará a buen puerto, ya que los secesionistas dan prioridad al referéndum, con prudencia.
La mesa de partidos fue concebida hace un año por el líder del PSC, Miquel Iceta, y hasta ahora languidece y apenas se ha reunido dos veces, la última en febrero, antes de que se abriese el ciclo electoral el 28-A. Su espíritu es que los partidos catalanes dialoguen, pero en esas dos citas ni Cs y PP, por un lado, ni la CUP, por otro, han participado al considerarlo un órgano sin operatividad. La mesa coincidirá en el tiempo con la constitución del Congreso y será antes de la sesión de investidura.
Con el clima de un posible adelanto electoral en Cataluña por una eventual inhabilitación, Torra busca recuperar así la iniciativa al convocar ese foro que tanto le reclama Pedro Sánchez cuando pide que el diálogo tiene que darse entre los mismos catalanes. Otra cosa será el desenlace final del encuentro, porque la mayoría de las veces se ha limitado a ser poco más que una foto que ha acabado por constatar las diferencias más que los puntos de unión.
La CUP insiste en desoír al Constitucional
La CUP presentará una enmienda a la proposición conjunta de los diputados independentistas para intentar introducir el texto que ya impugnó el Tribunal Constitucional en contra de la monarquía y a favor de la autodeterminación. El diputado anticapitalista Carles Riera avisó de que no aceptarán que “nadie censure” ni “dirija políticamente” el Parlament. La enmienda con la que intentarán sortear al Constitucional, que emitió un incidente de ejecución al respecto el día 5, aspira a que en la proposición se incluya la reprobación de la Monarquía, la defensa de la autodeterminación o la reivindicación de la soberanía.
Tras la reunión semanal del Ejecutivo autónomo, el consejero de Territorio, Damià Calvet, hizo el “enésimo” llamamiento en favor del diálogo y anunció el plan de Torra de convocar la mesa. De forma casi simultánea, Eva Granados, portavoz del PSC-Units en el Parlament, pidió al president que concrete el “objetivo” del encuentro y le emplazó a realizar un esfuerzo para que todas las fuerzas políticas acudan esta vez a la cita. “Si tiene la voluntad de mirar a esa media Cataluña que nunca reconoce, podremos avanzar”, dijo.
El Govern recalcó que cree “mucho” en el órgano pese a las clamorosas ausencias de las últimas ediciones. Calvet recalcó en cualquier caso la necesidad de “compactar” la postura de los partidos porque en ese foro de diálogo se concentran lo que él llama las “mayorías del 80%” de la sociedad catalana, en alusión a que ese es el porcentaje ciudadanos que en las encuestas dicen estar en contra de la “represión”, en favor del “derecho a decidir” y en contra de la Monarquía. Los independentistas y los comunes comparten en esencia, aunque con matices, esas ideas, que no apoyan los socialistas, al menos con este planteamiento. Mucho menos lo hace Ciudadanos, que rechaza el concepto de las “mayorías del 80%”, que no se corresponde en realidad a una suma de apoyos electorales, a poco menos que un “mantra” del independentismo.
“Siempre hemos dicho que hace falta diálogo entre catalanes y ahora habrá que ver qué guión de trabajo plantea Torra”, explicó Iceta
Los socialistas catalanes aplaudieron la convocatoria de la mesa de diálogo, pero consideran que debe servir para visualizar “un nuevo consenso de la sociedad catalana”. Por ello, el PSC recuerda que la mesa surgió de una propuesta suya y reclama que se prepare previamente “con rigor y algún documento” para atraer a los partidos que ahora se excluyen: Ciudadanos, PP y la CUP. “Siempre hemos dicho que hace falta diálogo entre catalanes y ahora habrá que ver qué guión de trabajo plantea Torra”, explicó Miquel Iceta, primer secretario del PSC.
Calvet dijo que el foro puede “compactar” la postura de los partidos al concentrarse las “mayorías del 80%” de la sociedad catalana
Con independencia de la postura que adopte Junts per Catalunya y ERC en la investidura, el Govern ha cerrado filas respecto a la posición que debe fijar ante La Moncloa. Los dos socios quieren regresar a la Declaración de Pedralbes como “punto de partida” y recuperar las negociaciones con reconocimiento y garantías, en alusión, precisó Calvet, a la figura del relator. El vicepresidente Pere Aragonès ya pidió el lunes en un acto en Foment del Treball retomar esa declaración. Lo hizo en ausencia de Torra, que esgrimió un problema protocolario con el Gobierno para ausentarse del acto.
Calvet acusó a la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, de “falta de valentía” por omitir en su intervención en el mismo acto alusiones a la situación de Cataluña. la cita empresarial constató la distancia que separa al Govern de la patronal. Además de quejarse del trato protocolario que según ellos relegaba a la Generalitat —“Es una falta de respeto, una anomalía que hay que revisar”, dijo Calvet— el consejero rebatió el discurso del presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre, que acusó a Torra de incurrir en una “grave irresponsabilidad” por no condenar los actos violentos además de alertar del perjuicio que sufre la economía catalana. “Lo que la ha dañado es la falta de inversiones en infraestructuras”, alegó Calvet recordando que la patronal calcula ese déficit en 28.000 millones de euros. “Nosotros debemos amparar el derecho a la protesta y el de la movilidad”, dijo.
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