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Una mascota y agua caliente para recibir al turista chino

El aeropuerto de Madrid adecuará sus instalaciones al gusto de los clientes procedentes de Pekín

Juan Diego Quesada
Señalización en chino, en el aeropuerto de Barajas, en Madrid. Una imagen cedida por AENA
Señalización en chino, en el aeropuerto de Barajas, en Madrid. Una imagen cedida por AENA
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Hot water and a phoenix: How Madrid airport is catering to Chinese tourists

Dicen que lo interesante de viajar es conocer otras culturas. Los chinos, desde que su país es una potencia mundial, lo hacen en masa, pero para sentirse a gusto allá a donde van requieren de algunas comodidades y particularidades que en España pueden parecer extravagantes. El turismo chino aprecia identificar los lugares como una mascota, como el Cobi en los Juegos Olímpicos de Barcelona o el Curro en la Expo de Sevilla, y hace la ola cuando alguien tiene la deferencia de servirles agua caliente en vez de fría, algo que creen que les sienta mal al estómago, sobre todo durante las primeras horas del día. El aeropuerto de Madrid-Barajas se ha puesto manos a la obra por una razón muy sencilla: China, con 130 millones al año, es el principal emisor de turistas en todo el mundo.

En un plan a futuro que todavía no se ha hecho público, el aeropuerto colabora con la empresa Henkuai para lograr que sus instalaciones sean lo más amables posible con el cliente asiático. "Estamos llevando a cabo una serie de actuaciones de cara a que se cubran sus necesidades específicas. Son unos visitantes muy apreciados por su alto potencial de expansión y gasto", explica un portavoz de Aena. Uno de los principales objetivos es hacerles ver que en Barajas pueden encontrar las principales marcas de lujo que aprecian y que, a su vez, pueden encontrar comida de su región, algo a lo que le dan mucha importancia. De hecho, se va a revisar toda la oferta gastronómica de las terminales para asegurarse de que sea de su agrado.

Otro de los aspectos principales tiene que ver con la tecnología. Los pagos móviles están extremadamente desarrollados en China. Es raro que un joven salga a la calle con la cartera. No la necesita. Por eso, marcas como Loewe, Lagardère o el Duty Free de Dufry aceptan el pago preferido de los chinos, el de We Chat Pay, la función de tarjeta de crédito de una red social china similar a WhatsApp. La compañía que asesora a Aena recomienda también agregar otras formas de cobro como AliPay, una plataforma de pago con el móvil, o Union Pay, una tarjeta de banco local.

"Si se quieren atraer turistas chinos hay que optimizarse al turista chino. Esto pasa no solo por traducir rótulos o menús. Hay que tener trabajadores chinos en las tiendas y los recepcionistas de los hoteles deben hablar chino. Los guías, también. Es vital la comunicación. Sin eso, ellos se sienten perdidos. No son tan raros como los españoles a veces solemos pensar. Son diferentes. Y si queremos atraerles, tenemos que aceptarles con esas diferencias y conseguir que su experiencia aquí sea agradable", explica Carlos Sentís, el director general de Henkuai, la principal consultora de relaciones entre España y China.

El aeropuerto de El Prat, en Barcelona, donde también se va a poner en marcha el plan de reacondicionamiento al turismo chino.
El aeropuerto de El Prat, en Barcelona, donde también se va a poner en marcha el plan de reacondicionamiento al turismo chino.
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Lo que el aeropuerto ofrecerá al turista chino no supone una excepción en España, el segundo país que más turistas recibe (82,8 millones en 2018), solo por detrás de Francia. Desde que ingleses, estadounidenses y canadienses comenzaran a visitar el país atraídos por las crónicas míticas de Gerald Brenan primero y Hemingway después, España ha amoldado sus costumbres, sobre todo en los destinos turísticos, a los anglosajones. Un visitante cuyo idioma sea el inglés puede pasar aquí semanas sin intercambiar ni una palabra en español. Los hoteles, los restaurantes y las actividades de ocio en general están diseñadas en exclusiva para ellos. Los hoteles de la costa abren su bufé de cena a las 18.00, cuando algunos españoles todavía están haciendo la digestión. Después pueden jugar una partida de billar o de dardos en el piano bar mientras sostienen una pinta en la mano.

Esta transformación puede ser similar aunque en versión china. Aena sostiene que quiere conseguir que "se sientan como en casa". El primer paso fue introducir un espacio dedicado en exclusiva a la comida china en una de las salas VIP de Madrid. Ahora eso se va a ampliar: se van a instalar carritos de comida caliente china en las puertas de embarque de las compañías aéreas que vuelen hasta allí. Además, se colocarán fuentes de agua hirviendo en esas zonas para que los pasajeros puedan prepararse té, los fideos que suelen consumir o tan solo saciar la sed.

¿Y como se va a entera el turista chino de que en Madrid les tienden una alfombra roja? Aena, por lo pronto, ha abierto un perfil en We Chat que alimenta esporádicamente. La cuenta todavía no ha alcanzado vuelo. Ocurre lo mismo con el perfil abierto en Xiaohongshu, la segunda red social china en número de usuarios, con más de 200 millones personas conectadas entre sí.

Margaret Chen, fundadora de China Club Spain, una asociación sin ánimo de lucro, celebra estos pequeños cambios en el aeropuerto. Los considera buenos gestos hacia sus compatriotas. Sin embargo, cree que queda mucho por mejorar. Lamenta que España solo reciba 800.000 visitantes chinos al año, y que encima muchos de ellos lleguen vía Francia. "Si entras por Francia y sales por Francia, el público compra en Francia. Son pequeños trucos que hay que conocer. Por ejemplo, el visado a España tarda 72 horas. En Francia te lo dan en 24. A la hora de elegir, se van con ellos", detalla Chen por teléfono.

La competencia de los países por atraer a los turistas chinos es feroz. "Los chinos son los que más gastan con diferencia. Los países luchan por gustarles. Es difícil captar su atención porque están bombardeados de anuncios. España está de moda, les suena, pero tenemos que insistir más y hacerles ver que aquí van a estar de maravilla", ahonda Sentís, que lleva años lanzando campañas para atraerlos. Las más importantes tienen que ver con influencers chinos, que tienen mucho predicamento en un país en el que los medios están muy encorsetados por la política gubernamental.

"No son extraterrestres. No son estrafalarios. Eso son tópicos. Les gusta muchísimo las compras, el fútbol, el Real Madrid. No se matan por los museos, eso también es verdad", continúa Sentís. Los turistas chinos organizan recorridos por Madrid, Barcelona y Sevilla, pero cada vez más les gusta visitar Granada, Valencia o comer cochinillo en Segovia. Aena, para terminar de agradarles, diseña una mascota. Se ha pensado en un fénix, símbolo de volar. Si se lo cruza la próxima vez al llegar a Barajas no se asuste. A los turistas chinos que vienen detrás seguramente les haga sonreír.

El tráfico aéreo con Pekín se multiplica

El tráfico de pasajeros entre España y China (incluyendo a Hong Kong) se ha multiplicado por nueve en los últimos cinco años. Ha pasado de los 78.000 pasajeros en 2013 a 692.000 el año pasado. Otros 900.000, de acuerdo a los datos de AENA, llegan de forma indirecta, haciendo escala en algún aeropuerto intermedio. En el último año el crecimiento fue un de 29% respecto al año anterior. La cuota de mercado que aporta el mercado chino a los aeropuertos españoles ahora mismo solo es del 0,26%, una cifra que las autoridades quieren aumentar con el plan que tienen en marcha. La prioridad es que el visitante chino se sienta acogido. La señalización ya está adecuada al chino desde hace tiempo y servicios clave para los visitantes que practican el turismo de compras, como los personal shopper de los aeropuertos de Madrid y Barcelona, cuentan con personal que habla chino y les ayuda en el trámite de la devolución de impuestos. Antes no contaban con una ayuda específica y les suponía un engorro hacer ese papeleo en un idioma tan ajeno al suyo. Actualmente existen 10 corredores entre España y China, en los que operan seis aerolíneas: Air China, Cathay Pacific, Iberia, China Eastern, Beijing Capital Airlines y Hainan Airlines.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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