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“Nunca he ido a entrenar. Voy a patinar”

Mar Barrera y Luis Barrios, medallistas en los Roller Games, y Joan Jorba, campeón nacional, reivindican el ‘skate’ y el ‘scooter’ como deportes urbanos

Bernat Coll
Mar Barrera compite en 'street skate', en los World Roller Games de Barcelona.
Mar Barrera compite en 'street skate', en los World Roller Games de Barcelona. GUILLEM SERNA (WRG)

Joan Jorba es campeón de España de scooter en la modalidad Freestyle pero no ha entrenado nunca. Al menos es lo que él asegura, aunque por su forma de vida, quizás entrena más que nadie. A Jorba le conocen en su Esparraguera natal por ir por todas partes en patinete. “En mi vida he dicho ‘voy a entrenar’”, reivindica. “Yo voy a patinar. Es mi medio de transporte”.

Durante la celebración de los World Roller Games (WRG), la organización informó a los participantes de algunas maneras para llegar hasta el Palau Sant Jordi. La más habitual fue coger el metro hasta plaza España, y de ahí, un bus que subía hasta las puertas del pabellón. Jorba tiene su tarjeta de TMB intacta. Cogía su patinete con el que intentó sin suerte clasificarse para las rondas finales desde el Eixample hasta las escaleras mecánicas de Montjuïc. “Tardaba unos 15 minutos. Es un momento”, explica. Su transporte era a la vez su herramienta de competición. Como si Marc Márquez llegara a los circuitos en su Honda, o Fernando Alonso condujera su Fórmula 1 hasta las puertas de los circuitos antes de su retirada. “El patinete es sostenible, ligero, te mantiene en forma y permite reaccionar con facilidad”, reivindica Jorba.

Los World Roller Games confirman el crecimiento del skate y el scooter como deportes urbanos. De la calle han pasado a la competición. Y su evolución se intuye inclusiva. “Cada vez hay más chicas”, celebra Mar Barrera, oro de skate en la modalidad de Street. “Antes había menos, y además muchas no querían arriesgarse a golpearse las rodillas. Parecía postureo. Pero ahora ha cambiado y las mujeres están subiendo mucho”. Barrera asegura no haber sufrido discriminación en un deporte predominantemente masculino, pero lamenta la diferencia de criterio en algunos trucos. “A veces me felicitan por conseguir maniobras que yo considero normales. Y lo hacen por ser una chica. Eso es lo único que no me gusta”.

El oro ha cambiado su planteamiento del skate. Graduada en Turismo, Barrera fantasea con la idea de dar el salto y semiprofesionalizarse. Intentar ganarse la vida con él. “Es muy difícil, pero ahora quizás me planteo tomármelo más en serio”, admite. Las rutinas de la catalana, sin embargo, hasta ahora eran poco profesionales. “Voy a patinar cuando me apetece. Bajo un rato a la plaza, delante del Macba, y patino. Ya conozco a alguna gente de allí. Pero no tengo una rutina de entrenamiento o similar”. Y aún así, nadie la ganó en Barcelona.

A Luis Barrios, bronce en street scooter, le sucede algo similar. Empezó con el patinete a los 12 años y lo usaba casi a diario. “Pero ahora lo uso una o dos veces a la semana”, apunta. “Es mi hobby”. Barrios y Barrera han dejado atrás compañeros de viaje por cuestión de edad. “La gente lo va dejando, y muchas veces me dicen que esto del patinete es para niños”, lamenta Barrios. La campeona echa de menos un grupo de amigos para practicar. “Me da palo ir sola al skatepark”, admite. Barrera mata el gusanillo usando su skate cuando se desplaza por su barrio, el Raval de Barcelona, o cuando queda con alguien cerca, por Arc de Triomf. “La rueda no se adapta en la ciudad tan bien como la del patinete, que es más cómodo”.

Convivencia en la calle

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Ser competitivo sin entrenar de manera específica conlleva acumular horas de práctica. En los skateparks o por la calle. Y la convivencia con los transeúntes no es siempre fácil. “Es una cuestión de respeto”, aboga Luís Barrios, bronce en Street scooter. “Los hay que van como locos por la calle, quizás para exhibirse. Pero yo nunca he tenido ningún problema”. Barrera sí admite haber intercambiado palabras con algún viandante: “Hay gente que se queja porque hacemos ruido o porque dicen que malmetemos el mobiliario urbano. Quizás tienen parte de razón”.

El futuro de estos deportes parece garantizado. Jorba trabaja en un campus de scooter, BMX y skate para jóvenes, y Barrera es monitora de niños en los skatepark de los mismos Roller Games. “Ahora hay mucho más interés que antes”, celebra Barrera. Los WRG, que acaban el 14 de julio, confirman en esta edición en Barcelona el crecimiento de los deportes urbanos. Aunque nadie quiera entrenar, muchos los practican.

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Sobre la firma

Bernat Coll
Periodista centrado actualmente en la información sanitaria. Trabaja en la delegación de Catalunya, donde inició su carrera en la sección de Deportes. Colabora en las transmisiones deportivas de Catalunya Ràdio y es profesor del Máster de Periodismo Deportivo de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.

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