El PSOE mantiene San Sebastián de los Reyes, pero gobernará en minoría

El PSOE mantiene San Sebastián de los Reyes, uno de los feudos históricos de la izquierda en el norte de la región. Los socialistas gobernarán en minoría, después de que solo sus siete concejales hayan votado la investidura de Narciso Romero (la mayoría absoluta son 13). Cada grupo apoyó a su candidato, por lo que el gobierno quedó en poder de la lista más votada. Romero, consciente de su fragilidad, ha tendido su mano al resto de partidos, con los que aspira a cerrar “algunos acuerdos puntuales y otros permanentes” para impulsar “un programa de políticas públicas”.

El pleno de constitución comenzó puntual y con grandes expectativas. Se completó el aforo y algunos vecinos, pero también periodistas, tuvieron que quedarse fuera. La sesión fue retransmitida en directo por streaming, así que muchos de los que no pudieron acceder a la sala acudieron a la sede del PSOE, a escasos metros del Ayuntamiento. Hubo un aplauso ensordecedor cuando el candidato del Vox, Alejandro Caro, anunció que presentaba su candidatura a la alcaldía. Los simpatizantes socialistas lo interpretaron como el símbolo inequívoco de que el bloque de derechas, que suma 14 votos, uno más de los necesarios para obtener la mayoría, no había alcanzado ningún pacto para arrebatarles la alcaldía.

Romero consiguió el 26 de mayo ganar las elecciones municipales, algo que su partido no conseguía desde 1991. Sus siete concejales eran insuficientes, así que su intención de mantener el gobierno ha estado en el aire hasta el último momento. Hubo acercamiento a Ciudadanos, que cuenta con cinco concejales, como ha confirmado durante el pleno su portavoz, Miguel Ángel Martín Perdiguero. Sin embargo, en su opinión el ofrecimiento fue “insuficiente” para “recompensar la subida de 3.000 votos” que obtuvo la formación naranja en las urnas. Perdiguero ha pedido al regidor que sea “generoso con el diálogo” porque hace cuatro años, cuando el PSOE fue segunda fuerza, lo apoyaron varios partidos “y eso ahora no sucede”.

Mano tendida

El alcalde recogió el guante: “La política municipal exige cambios impostergables. Se requieren mayorías y para ello buscaremos unos acuerdos puntuales y otros permanentes”. El PP ganó las elecciones en 2015, pero un pacto entre los socialistas, Ganemos Sanse e Izquierda Independiente les arrebató la alcaldía tras ocho años. Esta última formación abandonó el gobierno a mitad de mandato, dejando a sus antiguos socios en una frágil situación que le ha impedido, incluso, aprobar unos nuevos presupuestos, prorrogados desde 2016. Romero no ha esquivado la situación: “Necesitamos llegar a acuerdos que nos permitan contar con unos presupuestos; conseguir inversiones; consolidar los servicios de limpieza; mejorar espacios naturales y reforzar la seguridad y las prestaciones sociales”.

Para ello, Romero le ha pedido al resto de grupos que no se comporten como “bloques enfrentados cegados por una ideología nociva para los intereses del pueblo”. Los representantes de los demás partidos le han tendido la mano. Entre ellos, Javier Heras, portavoz de IU-Equo-Más Madrid y miembro de su gobierno durante el mandato anterior. “Tiene usted la legitimidad de las urnas para ser alcalde. Nosotros ejerceremos una oposición responsable, pero en caso de haber necesitado nuestro voto, lo hubiese obtenido”, anunció Heras. En su opinión, en los primeros cuatro años de Romero “prevalecieron las disputas políticas”, algo que espera que no ocurra ahora.

Juan Torres, de Izquierda Independiente (dos concejales), también brindó su apoyo a los socialistas si estos apuestan por viviendas accesibles, mejores cuidados a los mayores, un impulso de los servicios sociales y la protección del medio ambiente. Lucía Fernández, del PP, prometió que estará expectante para que Romero “cumpla con las obligaciones de su cargo”. Entre sus partidarios, en cambio, la sensación era que el partido no terminaba este sábado, que seguirán dando batalla. El fantasma de una moción de censura sobrevuela la cabeza de Romero a primeras de cambio. El alcalde no lo cree, y se muestra convencido de que el diálogo bastará para garantizar la gobernabilidad.